lunes, abril 29, 2024
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Cómo el sistema educativo está diseñado para convertir a los indivíduos en autómatas

QUERIDOS LECTORES: en el curso de una investigación encontré este artículo excelente que trata con una verdad escondida detrás del sistema educativo actual. Escrito en 2004, el contenido de esta pieza puede deslumbrar a muchos que todavía creen que el plan de estudios en el curriculum actual de las escuelas está más lejos de lo que nosotros como gente, necesimos para aprender, adquirir conocimiento, hacernos independientes y desarrollar nuestro potencial más alto para crear un mundo mejor. Usted sea el juez. PARTE 1 de una serie.

Concejo para cualquiera que todavía está en el colegio

por Montalk.net
del Sitio Web Montalk

“La escuela apesta”
La mayoría de los estudiantes estará de acuerdo, y muchos ha dado voz a su disgusto en relación a esta abominación que llamamos educación pública.
Ellos desprecian a los buenos estudiantes quienes obedecen como pequeños corderos, fruncir el ceño ante la conformidad impuesta y se ríen de la naturaleza hipócrita del sistema.
Lo mismo se hará en este artículo, pero existe una gran diferencia entre estos estudiantes desafiantes y yo, el autor. Yo fui uno de esos buenos corderitos. Me gradué de la secundaria con un puntuaje de 4.0, un record perfecto de asistencia, dos años del consejo estudiantil en mi haber y un serie de honores que me condujeron a la universidad. Los maestros me amaban, los estudiantes me temían y me respetaban, y el director me conocía mejor de lo que yo a él.
Eso es suficiente como para hacerte vomitar. Yo sé que a mí me hizo vomitar. Así que aquí estoy, mordiendo la mano que me alimentó debido a que lo que me fue dado no ha sido más que propaganda y amarguras.
No estoy escribiendo este artículo debido a la envidia o por despecho contra los universitarios adoctrinados por el sistema, tampoco estoy tratando de poner en vergüenza a mi escuela por todos mis fallos académicos. De hecho, no puedo, debido a que yo fue un graduado universitario y tuve pocos, si no es que ningún fallo académico.
Estoy escribiendo este artículo porque el sistema mismo es un desastre.
Al haber estado en muchas escuelas públicas diferentes por los últimos 15 años, tengo una credibilidad más que adecuada para realizar esta afirmación.
Lo que se enseña es fortuito, inútil y carente de significado
En las clases se invierte mucho tiempo en tópicos inútiles.
La calidad de la educación ha sido sacrificada por la cantidad, y como resultado de ello, la inflación académica y la devaluación de la información ha convertido la ambición intelectual en apatía y a las mentes brillantes en simplonas.
En el esfuerzo de ser multicultural y ecléctico, el plan de estudio académico se ha vuelto superficial y desorganizado en medio de su esfuerzo por enseñar a los estudiantes un punto de vista global. Los tópicos se enseñan de manera fragmentaria, y los profesores nunca invierten tiempo para ayudar a sus alumnos a integrar las piezas en forma de un todo coherente que pueda constituir una base para futuros desarrollos.
E incluso, si dentro de una clase las ideas son colocadas juntas, el esquema educativo mayor todavía permanece fragmentado.
Por ejemplo, tanto la geometría como en la física pueden ser dominados por el estudiante promedio, pero la relación entre los dos a menudo no. Cuando la física es enseñada en una escuela primaria o en una secundaria, solamente involucra los conceptos más elementales de geometría, y viceversa. Son la síntesis de los dos, cada una de las ciencias permanece sin ningún propósito o efectividad.
Tal síntesis entre los tópicos ha sido un aspecto descuidado en el plan de estudios, y consecuentemente, la experiencia de uno dentro del sistema de educación pública se convierte en una vaga memoria de hechos al azar, carentes de significado e inútiles, de la misma manera que un motor desarmado es sólo un montón chatarra consistente en partes de metal.
La mayoría de los temas escolares mismos ni siquiera son verdadero conocimiento.
Los libros de historia están llenos de inexactitudes y distorsiones cuidadosamente incluidas a propósito con la finalidad de obtener una ganancia corporativa y ser políticamente correctos.

Mucho de lo que es la escuela es una pérdida de tiempo
El propósito de la educación es hacerlo a uno pensador independiente y competente, uno que pueda marcar la diferencia para un mundo mejor, y que obtenga la mayor probabilidad de supervivencia y éxito en el mundo.
Así que, ¿qué demonios es lo que estamos haciendo con eventos tan superficiales como talleres motivacionales, juegos de fútbol y básquetbol, días de peinados locos, educación sexual, educación sobre la muerte, trivias de bolos y juntas del consejo estudiantil?
Seguro, sin estos elementos, la escuela sería muy aburrida. Pero se supone que la escuela es una incubadora de jóvenes humanos que los prepara para la excitación del mundo real. La escuela está haciendo más de lo que se supone que hace, y se ha convertido en un proveedor sustituto de tal excitación, convirtiéndola en artificial y socialmente perjudicial.
¿Se supone que tu aspiradora también lava los platos, corta tu cabello, maneja tus cuentas y se convierte en tu cita para la noche del viernes?
Mucho de lo que se ocupa la escuela son actividades extracurriculares, tiempo el cual podría ser invertido en actividades en el mundo real en vez de desperdiciarlo en trivialidades. El efecto es un cúmulo de estudiantes que dependen del sistema y que son aislados del mundo real.
El resultado es disfuncionalidad social, financiera y académica. Una vez más la cantidad ha prevalecido sobre la calidad debido a que no existe ganancia para el que provee si proporciona calidad. La calidad solamente ayuda a aquellos que la exigen, pero cuando los consumidores de educación han sido reducidos a niveles primarios, el discernimiento y la apreciación de la calidad desaparecen.
A pesar de estos problemas, casi todo mundo está contento.
Los padres están contentos. Las mamás pueden ver sus telenovelas y los papas pueden ir a trabajar mientras los chicos son adiestrados. Ellos no tienen que preocuparse por enseñar moral o ética a sus hijos debido a que la escuela lo hace por ellos. Ellos no tienen que entretenerlos o invertir tiempo auténtico en convivir con ellos debido a que estos niños están demasiado ocupados siendo entretenidos en funciones estudiantiles.
Las mamás sólo tienen que llevar a sus niñas a las prácticas de futbol, y los papás arrojan el balón unas cuantas veces. Los padres perfeccionistas hacen que sus hijos sean competitivos, no guiándolos y ayudándoles de forma constante, sino riñéndoles en cada ocasión en que en la escuela surge un reporte sobre su desempeño.
Los maestros están contentos, ya que ellos obtienen un empleo seguro de las 8 a las 5 horas, y entre más trabajen, más les pagan. Entre más los programas escolares se encuentren financiados con el fondo federal o estatal, más obtienen. Entre más escuelas posean programas, más financiamientos y bonificaciones reciben de los benefactores federales.
Todo mundo es feliz, excepto los estudiantes.
Pero, ¿a quién lo importa? ¿Quiénes son ellos para quejarse? Aquellos que poseen el oro hacen las reglas, y los estudiantes apenas tienen unas pocas monedas para galletas y leche.
Es un hecho bien conocido, que en la escuela pasas más tiempo aprendiendo a cómo obedecer y aprendiendo qué debes pensar, en vez de aprender a cómo pensar y pensar por ti mismo.
La verdad del asunto es que al menos tres cuartas partes del tiempo escolar son una pérdida de tiempo. Traducción de Dion Conde.

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