miércoles, mayo 15, 2024
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Una lección democrática de sus nuevos beneficios

por Deepak Bhargava

Uno de los efectos más corrosivos de nuestro contaminado ámbito político es que ya no se cree mucho en las posibilidades que ofrece la democracia.

Seamos izquierdistas, derechistas o centristas, la mayoría de nosotros siente que Washington es una burbuja impenetrable donde la política ha sido acaparada por grupos de interés y que la gente de a pie no tiene la capacidad de hacer una diferencia.

Los eventos de los últimos dos meses han probado que esta teoría es errada. Millares de los más nuevos y más vulnerables residentes de los EE.UU. han demostrado que seguimos viviendo en una nación en la que el poder del pueblo surte efecto.

En enero, la opinión convencional era que la reforma migratoria no iba para ningún lado este año. Pese al costo y el sufrimiento inmensos que ha creado nuestro sistema inoperante, pese a la promesa del presidente Obama de hacer de la reforma migratoria una prioridad, pese a que para los dos partidos el cambio ofrece algo positivo, los sabios nos han dicho que la reforma migratoria ya no se consideraría; que era algo demasiado complejo, demasiado controvertido para ser tratado por un Congreso exhausto y dividido. El mensaje a las comunidades inmigrantes fue claro: lo sentimos, sean realistas, esperen hasta el próximo año – o tal vez hasta el 2013.

Entonces ocurrió algo extraordinario. En lugar de aceptar el veredicto sumario de la clase política, los inmigrantes respondieron con fuerza.

Organizaron marchas y manifestaciones en sus comunidades locales.

Enviaron miles de correos electrónicos y mensajes de texto a sus representantes en el Congreso. Lanzaron un peregrinaje de jóvenes caminantes, “Sendero de los Sueños”, de Florida a Washington, D.C. Llamaron a sus aliados de las organizaciones laborales y de derechos civiles para que los respaldaran e insistieran que la reforma migratoria es algo urgente que no se puede aplazar. Tuvieron la audacia de creer que nuestro sistema político puede responder a nuestros valores comunes y necesidades compartidas.

Y el sistema respondió. El presidente invitó a líderes inmigrantes a conversar a la Casa Blanca. Los senadores Charles Schumer y Lindsey Graham resucitaron las discusiones sobre un proyecto de ley de reforma migratoria integral y la semana pasada develaron el marco de la legislación.

El asunto ha sido tratado en los programas de opinión por televisión y en las páginas editoriales. Ahora los analistas políticos están diciendo que la reforma migratoria podría darse este año, si las estrellas se alinean y los activistas continúan presionando a favor de su causa.

El capítulo más reciente de esta extraordinaria historia ocurrió este fin de semana con la marcha más grande de la era de Obama. Convergieron personas procedentes de casi todos los estados en el parque nacional frente al Capitolio para pedirle al Congreso que promulgue una ley de reforma integral que:

• Honre a las familias: una política de inmigración que mantenga a las familias unidas por el bien del país. Las familias ayudan a sus parientes a conseguir trabajo, vivienda y a comenzar su vida.

• Proteja la democracia: Nuestra democracia resulta traicionada cuando a 12 millones de personas que trabajan, pagan impuestos y son parte de nuestras comunidades, se les excluye de la familia íntegra estadounidense.

• Proteja a los trabajadores estadounidenses: Las décadas sin una reforma migratoria han creado una segunda clase de trabajadores explotados por patrones sin escrúpulos. La reforma migratoria tiene que darle el portazo a la trampa del suelo salarial que hunde a todos los trabajadores.

• Honre la justicia: Es tiempo de restaurar la justicia con asegurar que todos los inmigrantes tengan las protecciones legales del derecho a debido proceso y con devolverle la prioridad a la discreción judicial por encima de los caprichos de la burocracia.

El lema de la manifestación llevaba un mensaje que resuena con una fuerza especial: El cambio requiere valor.

No se puede saber si una ley de reforma migratoria será promulgada este año. Tal como ilustra el vaivén del debate sobre la reforma del sistema de salud, hoy la reforma no es fácil de lograr y de la noche a la mañana cambian las fortunas de la política. Los inmigrantes nos han hecho recordar un principio fundamental de la ciudadanía: sólo los que son consecuentes con sus principios y están dispuestos a actuar, serán capaces de redimir las posibilidades que ofrece la democracia. Hispanic Link.

(Deepak Bhargava es director ejecutivo del Center for Community Change, con sede en Washington, D.C. Comuníquese con él a: ­dbhargava@communitychange.org). ©2010

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