domingo, mayo 19, 2024
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Segunda parte de la perdida 13a Enmienda a la Constitución

­por Marvin J. Ramirez

Marvin  J. RamírezMarvin J. Ramírez

< La semana pasada publicamos la primera parte de la Perdida 13a Enmienda a la Constitución. Si usted no lo leyó, le animo a hacerlo visitando www.elreporteroSF.com cuando este salga. Estamos actualmente un poco tarde en la publicación de nuestra edición en línea.

La Décimatercera Enmienda trata con la prohibición a abogados de correr por puestos por su posesión de un título de nobleza, Esquire.

Cuando escribimos nuestra primera parte de este artículo la semana pasada, la fecha de su propuesta inicial en 1789, y otra vez en 1810, habían17 estados en la Unión. Para ser parte de la Constitución, la 13a Enmienda tuvo que ser ratificada por 13 de los 17 estados. Es totalmente aceptado que la ratificación se logró en 12 estados.

Lisa Guliani es la autora de la mayor parte de esta segunda parte a la 13a Enmienda “Perdida”.

Guliani encontró algunos documentos interesantes sobre la 13a Enmienda perdida, como ella lo describe en sus propias palabras, a continuación.>

De particular interés para mi fue uno que se refiere el investigador Dodge, “No existen registros públicos que hablen siquiera de la existencia de este libro.” ¿Qué? ¿Secreto maquinado por abogados? Imagínense eso. ¿Parece exagerado? Me parece estar en lo correcto.

A través de la historia, los banqueros y abogados han trabajado en conjunto para dominar el mundo y destruir a los Estados Unidos.

Casi lo realizaron con éxito en varias ocasiones, y miren quién lo está logrando ahora Por ejemplo, consideren la depresión de los años 30, un típico caso de movimientos bancarios ilícitos que impactó a trabajadores de la sociedad que laboran duro en situaciones extremas.

Pregúntenle a cualquier persona de la tercera edad acerca de los años 30 y la Gran Depresión. Si se acuerdan algo del pasado seguramente se acordarán de los días horrorosos de aquella época.

En tiempos actuales, los políticos, abogados y las agencias gubernamentales trabajan en forma conjunta como si fuesen un tumor maligno furioso en movimiento, además de contaminar un sistema ya infectado, esparciendo más enfermedades políticas y económicas por medio de la máquina y del país. ¿Quién sufre? Todos – con la excepción de los banqueros y abogados que siempre parecen salir triun fantes.

La 13a Enmienda se le denomina “El Título de la Nobleza” debido a que se refi ere al “Noble,”que fue (y sigue siendo) usado por abogados y colocado tras el nombre de la persona. La palabra deriva del inglés.

Hace mucho tiempo atrás los “Nobles” eran los abogados. ¿Por qué? Porque se les podía confi ar.

Un abogado con un título tras su nombre en aquellos días le era leal a la monarquía – es por ello que nuestros ancestros querían prohibir cualquier persona que portara ese título o aquellos que recibían esos “honores” (la mayoría de los ciudadanos que no tenían conocimiento de esto estaban exentos) de tener cargos públicos. Siento que está bien decir que la gente en general considera a los abogados con recelo hoy en día, por una justa causa.

¿Por qué? Porque las cosas no han cambiado mucho.

Simplemente dejan un gusto raro en la boca … El motivo detrás de la 13a Enmienda radica en que las personas (abogados) con cargos públicos políticos no podían dictaminar y menos infl uenciar al público utilizando su destreza para destruir o trastornar al gobierno. Es más, la 13a Enmienda deja bien en claro que cualquier persona con cargo público , que tenga un título nobiliario o que acepte “honores” deberá dejar el cargo y PERDER SU CIUDADANÍA de los Estados Unidos. ¡Guau!!

¡Se trata de una multa ­seria! Los Fundadores de nuestra Patria consideraban “títulos de la nobleza” una gran amenaza continuar la República y se agregó esta multa a la Enmienda para dejar bien en claro que dichos títulos no se tolerarían en gobiernos Americanos. La 13a Enmienda se creó para proteger a las personas de la corrupción, legisladores deshonestos. (¿Qué pasó con el tiempo?) Cuando se estaba proponiendo en el año 1789, y aún después, existían fuerzas que se oponían a la ratifi cación. ¿Sorprendidos? Sabíamos quiénes eran y quienes son. ELLOS eran y son los controladores y sus secuaces y ELLOS son los que dicen que la nunca fue ratifi cada. Sin embargo, existe evidencia para sugerir que se trata de otra mentira dentro de una montaña de estiércol de las cual hemos sido alimentados. COMO fanfarronean, ¿no es así? Seguiremos la próxima con: El razonamiento que se esconde detrás de la 13ª Enmienda.

 

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