domingo, mayo 5, 2024
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Otra razón por la que Obama no se gana el voto hispano

por Edward Barrios Acevedo

Al inspirar a un público con su mensaje de esperanza y un futuro más brillante, el candidato a la presidencia, Barack Obama, es capaz de deslumbrar a la multitud con una nueva exhortación por lograr la unidad y el optimismo.

Con los republicanos susurrándole al oído al senador novato de Illinois, contándole de su apoyo, la campaña de Obama se apresura en señalar que él puede acabar con el estancamiento de Washington y la política partidaria mientras que trasciende la raza, el género y la clase.

El mensaje de inspiración del senador Obama de hecho resulta atractivo a lo mejor que llevamos dentro. Si medimos el tamaño de las multitudes y el interés por la campaña de este año, pareciera que no nos da abasto.

Obama es el hijo de 46 años, de padre negro de Kenya y madre blanca nacida en Kansas.

En Nevada y en Carolina del Sur, la comunidad africana-americana ha tomado su partido con lealtad como uno de los dos candidatos al borde de hacer historia. Esta comunidad le entregó el 80 por ciento de su voto al senador por Illinois. Como contraste, la senadora por Nueva York, Hillary Clinton, captó de 3 en 1 el voto hispano en Nevada. El voto hispano fue clave para su victoria en ese estado.

La polaridad en términos del apoyo para estos dos candidatos demócratas tan diferentes sería, sin duda, tema de discusión mucho más el día del 5 de febrero, llamado Super Tuesday, y después, en lo que las campañas se movilizan hacia el norte y el oeste, regiones en las que los hispanos comprenden una parte importante de la población votante.

Los locutores de la televisión notan la razón por la que los latinos apoyan a la senadora Clinton, empezando con lo obvio: el amplio reconocimiento de su nombre y profunda admiración por su esposo, Bill, que nombrara a más hispanos a puestos altos en su gobierno que cualquier otro presidente, antes o después.

Quizás bajo la influencia de su propio prejuicio, más de pocos escritores y comentadores han planteado el tema del racismo.  Los medios blancos parecen disfrutar de explorar las “tensiones” entre las comunidades negra y marrón cuando se encuentran enfrentadas luchando por las migajas de la sociedad.  Con base en aquella premisa, los analistas saltan a la inferencia de que los hispanos no apoyarán a un candidato a la presidencia que sea negro.

De manera sutil y poderosa, esta teoría sugiere que los latinos quisieran sabotear, de alguna forma, la campaña de Obama. Es tanto así que esos latinos machos hasta preferirían a una mujer que un negro.

Al  poner en escena esta fantasía de teatro político, a los analistas y hasta a los mismos asesores de Obama se les puede escapando algo. El que Obama no haya captado el voto latino tiene poco que ver con la raza ni con el reconocimiento de su nombre. De lo contrario, puede tener todo que ver con las promesas del senador.

El mensaje de esperanza y rechazo al partidismo, el que tiene resonancia para muchas más personas, cae desfallecido en el regazo de los latinos.

¿Por qué es así? Por que este grupo demográfico poderoso, en particular los latinos inmigrantes, ya creen de lleno en el Sueño Americano, y son más optimistas sobre el futuro que sus contrapartes blancas y negras.

Los estudios comprensivos más recientes que tratan específicamente el optimismo del público, realizado por el Centro de Investigación Pew, hallaron que el 44 por ciento de todos los adultos hispanos creen que a la generación que les sigue le irá mucho mejor que ahora, con un porcentaje de unos doce puntos más que lo que creen los negros o los blanco. Estas cifras son mucho más altas a pesar de que los hispanos reportan menos satisfacción en general con su condición actual, en razón de ingresos por hogar y en educación, que otros grupos étnicos.

No obstante los que atizan las divisiones entre las comunidades negra e hispana, los latinos tienen una historia de haber apoyado a candidatos africano-americanos quienes entregan no tanto mensajes de esperanza, como resultados de hecho.

Entonces, cuando por ahí aparece un candidato carismático que nos insta a confiar y creer en el futuro, los latinos dicen, “Genial, qué gusto que te unas a nosotros. ¿Dónde han estado el resto de ustedes todos estos años?”

Los latinos optan por la senadora Clinton, no porque es blanca, y no negra, pero porque además de ser inteligente y competente, tiene una historia larga y fuerte de haber trabajado con activistas de base como Dolores Huerta, co-fundadora de los Trabajadores Agrícolas Unidos, durante más de dos décadas.

No te impresiona tanto alguien que te entrega lo que ya tienes. Hispanic Link.

(Edward Barrios Acevedo es maestro y columnista en Los Ángeles. Comuníquese con él a: edwardfactor@yahoo.com).  © 2008

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