domingo, abril 28, 2024
HomeEditorial EspañolNo dejemos escapar la libertad

No dejemos escapar la libertad

por Marvin J. Ramirez

NOTA DEL EDITOR

­Marvin  J. RamírezMarv­in R­amír­ez­­­­­­­­­

Este largo artículo mostrará a todos nuestros lectores cuán preciosa es la libertad, y estamos a punto de perderla – y me refiero a perder nuestro país libre si es que– si las personas involucradas, policías, soldados, esos tontos políticos que no saben para quiénes trabajan o a quiénes defienden en realidad – no se despiertan ahora y detienen al Nuevo Orden Mundial que está tomando fuerza.

El Reportero le presenta esta oportunidad de leerlo con fines históricos de aprendizaje y para ayudarlo a pensar en hacer la diferencia ahora.

Según el desconocido remitente de este artículo, el cual puede ser largo, pero vale la pena leerlo porque si no aprendemos de la historia, estamos condenados a repetirla. Agradezcan a Dios por aquéllos que están dispuestos a enseñarnos a partir de sus experiencias. Esta es una historia escrita por Kitty Werthmann, una mujer de Austria quien cree que Estados Unidos es verdaderamente el país más grande del mundo, y no quiere que perdamos nuestras libertades de la manera que otras personas han perdido las suyas. Si su única fuente de noticias es Univisión, Telemundo, CNN, Fox News, Chronicle, etc., es probable que su cerebro haya sido lavado para creer lo que ellos le presentan: que las cosas no están mal, que se están mejorando. No le dicen cuál es la verdadera agenda. Debido a falta de espacio, vamos a publicarlo en tres partes. Esta es la segunda parte.

(La historia completa de 63 minutos está disponible en CD por $15 o $12 con la compra de otro ítem en Realityzone.com)

por Kitty Werthmann

El domingo se volvió el Día Nacional de la Juventud con asistencia obligatoria. A los padres no les gustó el abrupto cambio en el currículum. Les dijeron que si no nos enviaban, recibirían una dura carta de advertencia la primera vez. La segunda vez los multarían por $300, y la tercera vez serían sujeto a ser encarcelados. Las dos primeras horas consistieron en un adoctrinamiento político. El resto del día hicimos deportes. Mientras el tiempo pasaba, nos gustaba. Oh, nos divertimos tanto y obtuvimos nuestro equipo deportivo de manera gratuita. Nos iríamos a casa y les contaríamos alegremente a nuestros padres sobre el buen momento que pasamos.

Mi madre estaba muy descontenta. Cuando comenzó el período siguiente, me sacó de la escuela pública y me puso en un convento. Le dije que no podía hacerlo y ella me dijo que algún día, cuando creciera, le estaría agradecida.

Tenía un currículum muy bueno, pero no era nada divertido – no había deportes ni adoctrinamiento político. Lo odié al principio pero sentí que podría tolerarlo. De vez en cuando, durante las vacaciones, iba a casa. Iría donde mis viejos amigos y les preguntaría qué estaba pasando y qué estaban haciendo. Su estilo de vida relajado era muy alarmante para mí. Vivían sin religión. En esa época, madres solteras eran glorificadas por tener un bebé por Hitler. Me parecía extraño que nuestra sociedad cambiara tan repentinamente. Mientras pasaba el ­tiempo, me di cuenta del gran gesto de mi madre, para que yo no estuviera expuesta a ese tipo de filosofía humanista.

La Igualdad de Derechos Llegan a Casa: En 1939, comenzó la guerra y se estableció un banco de alimentos. Toda la comida fue racionada y solamente podría comprarse con vales de comida. Al mismo tiempo, se aprobó una ley de empleo a tiempo completo que significaba que si uno no trabajaba no obtenía la tarjeta de ración, y si uno no tenía esta tarjeta, moriría de hambre. Las mujeres que se quedaban en casa para criar a sus familias no tenían ninguna capacidad destacada y generalmente tenían que aceptar empleos más adecuados para hombres.

Poco después de esto, el proyecto fue implementado. Era obligación para los jóvenes, hombres y mujeres, dar un año para los cuerpos laborales. Durante el día, las chicas trabajaban en granjas, y en la noche regresaban a sus barracas para el entrenamiento militar, tal como los chicos. Eran entrenados para tener armas anti-aviones y participaban en el cuerpo de señales. Después del cuerpo laboral, no los daban de baja, sino que eran usados en las líneas delanteras.

Cuando regresé a Austria a visitar a mi familia y amigos, la mayoría de esas mujeres son emocionalmente lisiadas porque simplemente no estaban preparadas para hacerle frente a los horrores del combate. Tres meses antes de cumplir 18 años, fui severamente herida en una redada aérea. Casi debieron amputarme una pierna, entonces me salve de ir a las fuerzas laborales y el servicio militar. (La próxima semana, Hitler Restructuró la Familia A Través de las Guarderías).

RELATED ARTICLES
- Advertisment -spot_img
- Advertisment -spot_img