jueves, mayo 16, 2024
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En la guerra contra las drogas en México, el enemigo somos nosotros

por Raúl Yzaguirre

Raúl YzaguirreRaúl Yzaguirre

En lo que los ojos del mundo siguen enfocados en los conflictos violentos del Medio Oriente, uno de los aliados más cercanos a los Estados Unidos está siendo asediado.

México está enredado en una guerra cada vez más amplia con los carteles de narcotraficantes más poderosos de nuestro hemisferio. Ese es el mensaje que el presidente de México, Felipe Calderón, entregó durante una visita a Washington esta semana.­

Las autoridades en México reportan que fueron asesinadas más de 5.500 personas en el 2008 como resultado de una campaña sin precedentes cuyo fin es derrotar a los mandamases quienes han estado operando imperios criminales con práctica impunidad en esa nación durante años.

Es trágico, pero el objetivo noble y resoluto del Presidente Calderón es también quijotesco. Para parafrasear un viejo refrán, el aliado más cercano de México en este objeto, los Estados Unidos, es también su peor enemigo.

El poder creciente de los carteles en México se relaciona directamente con la enorme demanda por drogas en los Estados Unidos. En términos sencillos, nuestros prójimos estadounidenses son los mejores clientes que tienen los carteles y como consecuencia, son los que financian la continua masacre de agentes del orden y personas inocentes en México.

Los Estados Unidos también es una fuente importante de las cada vez más poderosas armas que usan los traficantes de drogas, quienes, dicen los expertos, tienen armas más poderosas y más sofi sticadas que las de las tropas federales y la policía asignadas a combatirlos.

Las autoridades mexicanas reportan que el 90 por ciento de las armas que confi scan se compran en tiendas y ferias de armas, para después entrar de contrabando en México.

El mes pasado, la entonces secretaria de estado Condoleezza Rice y secretario de defensa Robert Gates (quien, anunció el presidente electo Obama, seguirá ocupando su puesto) prometieron que los EE.UU. redoblará sus esfuerzos por proveer dinero, capacitación y equipo para ayudar a México a “confrontar a estos criminales y ­proteger a nuestros ciudadanos” como parte de la Iniciativa Mérida.

La iniciativa es la más reciente de una serie de esfuerzos fallidos de frenar el fl ujo de drogas ilegales a los Estados Unidos y se anticipa costará unos $1,4 mil millones. Esta semana el presidente electo Barack Obama anunció que respalda el programa.

Por desgracia, así como con todas las demás iniciativas anti-drogas internacionales que apoya los Estados Unidos, la Iniciativa Mérida está condenada al fracaso.

Por ejemplo: los carteles mexicanos son ahora los mayores proveedores de drogas ilegales a los Estados Unidos. No siempre fue el caso. Nuestro vecino al sur se ganó esta controvertible distinción después que los Estados Unidos ayudara a paralizar los potentes carteles de Colombia durante los años 1980 y 1990. En otras palabras, aunque hayamos ganado algunas batallas en Colombia, estamos perdiendo la guerra en México.

La Iniciativa Mérida fracasará porque la causa principal de esta crisis no es el tráfi co de drogas internacional, sino la adicción y el abuso de drogas en los Estados Unidos, los cuales son temas fundamentalmente de salud pública.

La actual política de intentar controlar la provisión de drogas que entran a los Estados Unidos es un fracaso comprobado. El fiarse de mayor acción de las fuerzas del orden para reducir la demanda para las drogas sólo ha llevado a atascar nuestras tribunas y cárceles y ha producido más abuso de drogas. La rehabilitación obligatoria, mayor educación e iniciativas de prevención, y más investigación son las únicas soluciones comprobadas.

Sin una solución, la matanza en México continuará.

Los narcotraficantes les dan a las autoridades del orden y a cualquier otro que les quiera obstruir una opción: “Plomo o plata” (y el plomo se destina para toda la familia).

México puede que esté proveyendo las drogas, pero Estados Unidos provee el plomo y la plata. Hispanic Link.

(Raúl Yzaguirre es director ejecutivo del Center for Community Development and Civil Rights de la Arizona State University. Sirvió 30 años como presidente del Consejo Nacional de La Raza, la más infl uyente organización de defensa de los derechos latinos de la nación. Comuníquese con él a: raul.yzaguirre@asu.edu). © 2009

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