miércoles, julio 17, 2024
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Cuarta parte de la perdida 13a Enmienda a la Constitución

por Marvin J. Ramirez

AQUELLOS QUE NO RECUERDAN LA HISTORIA …

Marvin  J. RamírezMarvin J. Ramírez­

En esta cita de despedida, George Washington advirtió: “… cambio por usurpación; por lo que esto, en un instante, será un instrumento de bien, se trata del arma tradicional por la cual se destruye el gobierno gratuito”.

En 1788, Thomas Jefferson propuso tener una “Declaración de derechos” similar a la de Virginia. Sus tres sugerencias eran “libertad de comercio a fin de evitar el monopolio, un juicio por jurado en todos los casos” y “la no suspensión del habeas corpus.”

Sin lugar a dudas la advertencia de Washington y las ideas de Jefferson fueron descartadas por aquellos conocedores de la ley. ¿Quién hubiese pensado que nuestro sistema legislativo se convertiría en un monopolio en contra de la libertad lo cual se convirtió en la principal causa de rebelión en contra del Rey George III?

Esta es la cuarta parte del artículo: La 13 enmienda perdida de la constitución. La semana pasada publicamos la tercera parte de este múltiple-facético artículo a los efectos de que les brinde a nuestros lectores la información que hasta ahora se ha mantenido en secreto por los controladores de nuestro país, los banqueros y la armada privada de abogados.

A continuación un artículo impreso por el “AntiShyster,” en “The Correspondent” de Condon, Montana.

Sí. En enero de 1810, el republicano (los ancestros de los demócratas modernos) el senador Philip Reed presentó una enmienda que, una vez que se la consideró dos veces bajo una comitiva, se la aprobó por el senado por un voto de 19 a 5 el 26 de abril de 1810. Luego la Casa el 1ro de mayo de 1810 aprobó la enmienda por 87 a 3 votos. (Ver Conklin en 123) Cuando se la aprobó, continuó el siguiente texto: “Si algún ciudadano de los Estados Unidos aceptará, reclamar, recibir o retener algún título de nobleza o honor, o va a, sin el consentimiento de Congreso aceptan y retienen cualquier presente, pensión, oficina o emolumento de cualquier clase en absoluto, de cualquier emperador, rey, príncipe o poder extranjero, tal persona dejará de ser un ciudadano de los Estados Unidos y será incapaz de sostener cualquier ofi cina de la confi anza o sacará ganancia bajo ellos, o cualquiera de ellos.”

Aún ahora, la negativa de un juicio por jurado es lugar común en nuestra corte y habeas corpus, por crímenes en contra del estado, se ha suspendido. (Cuando decimos crímenes en contra del estado nos referimos a “crímenes políticos” donde no se encuentran las partes afectadas y el corpus delicti [evidencia] también es imaginaria.)

La autoridad para crear monopolios eran leyes hechas por jueves de la Corte Suprema de Justicia como John Marshall, y otros durante los años 1800.

Los jueces (y abogados) se otorgaron el poder de declarar “decretos” de la gente “inconstitucionales”, esperaron hasta que se absorbieran y después se otorgaron el monopolio y crearon una asociación de abogados.

Si bien el Art. VI de la Constitución de EE.UU exige que las Ordenes Ejecutivas y los tratados son obligatorios por el estado (“… y los jueves en todos los estados deberán acatarlas, cualquier cosa dentro de la Constitución o las leyes de cualquier estado de lo contrario no obstante.”), la Corte Suprema sostiene que la Carta de Derechos no es obligatoria dentro de los estados, y por ende resurgieron varias quejas enumeradas en

la “Declaración de Independencia,” exactamente cómo previó Thomas Jefferson en “Notas sobre el estado de Virginia”, Query 17, p. 161, [1784]: “Los hacedores de la ley se harán corruptos, a nuestra gente no le importará … el tiempo para arreglar cualquier derecho fundamental sobre una base legal es [ahora] mientras que nuestros hacedores de la ley son honestos y estamos todos unidos. De la conclusión de esta Guerra, estaremos cayendo en picada.

No será necesario utilizar todo tipo de recurso para apoyar a las personas. Serán olvidadas, de esa manera se olvidarán sus derechos. Se olvidarán de ellas mismas con la única causa de hacer dinero y nunca pensarán en la unión para respetar sus derechos. De esa manera, los grilletes no se despojarán al fi nalizar la contienda, se hará cada vez más pesado hasta que nuestros derechos recobren vida o expiren en la convulsión”.

Esperaremos la inevitable convulsión.

Sólo nos quedan dos preguntas: ¿Lucharemos para recobrar nuestros derechos? O ¿Nos someteremos hasta que se venza nuestro último derecho, nos doblegaremos ante la Corte y tal vez ante “Un nuevo orden mundial”?

MÁS EDICIONES ENCONTRADAS

Hemos recibido la información de un investigador en Indiana, y el otro en Dallas, quiénes han encontrado más cinco ediciones de estatutos que incluyen la Constitución y la 13a Enmienda ausente.

Estas ediciones fueron imprimidas por: Ohio, 1819; Connecticut (uno de los Estados que votaron contra la ratifi cación de la Enmienda), 1835; Kansas, 1861; y el Territorio de Colorado, 1865 y 1867.

Estos hallazgos son importantes porque:

1. ellos ofrecen confirmación independiente de las reclamaciones Dodge; y

2. ellos amplían las fechas conocidas de publicaciones de Nebraska, 1860 (el hallazgo más reciente de Dodge), a Colorado en 1867.

El descubrimiento más intrigante fue la edición de Territorio de Colorado 1867 que incluye tanto la 13a Enmienda “ausente”, como la 13a Enmienda corriente (liberando a los esclavos), en la misma página. La 13a Enmienda corriente es puesta en una lista como la 14a Enmienda en la edición de Colorado 1867.

ARGUMENTOS

Imagine una Nación que prohibió a al menos algunos abogados servir en el gobierno. Imagine un gobierno prohibido escribir leyes que conceden “honores” (privilegios especiales, inmunidades, o ventajas) a individuos, grupos, o funcionarios del gobierno. Imagine un gobierno que sólo podría escribir leyes que se aplican a todos, hasta ellos mismos, igualmente. Esto significaría un gobierno incapaz de pasar legislación de interés especial, rupturas de impuesto de subvención a unos a costilla de otros, o rutinariamente gobernar a favor de una clase a expensas de otro. Esto significaría igualdad política verdadera, no sólo entre ciudadanos individuales, sino hasta entre los ciudadanos y su gobierno.

Esto significaría un gobierno que fuese eficazmente prohibido explotar a su propia gente. Nunca ha sido hecho antes. Ni una sóla vez. Pero se ha sido intentado: en 1810 el Congreso de los Estados Unidos propuso una 13a Enmienda a la Constitución estadounidense que podría habernos precisamente esa clase de igualdad y paraíso político. La historia comienza (otra vez) en 1983, cuando David Dodge y Tom Dunn descubrieron una edición de 1825 del Código Civil de Maine que contenía la Constitución estadounidense y una 13a Enmienda que ya no aparece en la Constitución: “Si algún ciudadano de los Estados Unidos aceptará, reclamara, recibiera, o retuviera algún título de nobleza o honor, o sin el consentimiento de Congreso aceptara y retuviera cualquier pensión presente, puesto público, o emolumento de cualquier clase, de cualquier emperador, rey, príncipe, o poder extranjero, tal persona dejará de ser un ciudadano de los Estados Unidos, y será incapaz de sostener cualquier puesto público de confianza o sacará ganancia bajo ellos, o cualquiera de ellos”.

Esta Enmienda habría restringido a al menos algunos abogados de servir en el gobierno, y prohibiría a legisladores pasar cualquier legislación de interés especial, rupturas fiscales, o inmunidades especiales para alguien, ni siquiera para ellos mismos.

­Esto podría haber garantizado un nivel de igualdad política en esta Nación que la mayor parte de personas no pueden imaginar hasta hoy. Desde 1983, los investigadores han destapado pruebas que:

1. La 13a Enmienda que prohíbe “títulos de nobleza” “y honores” apareció en almenos 30 ediciones de las Constituciones de los Estados Unidos que fueron imprimidas por al menos 14 Estados o Territorios entre 1819 y 1867; y

2. Esta Enmienda silenciosamente desapareció de la Constitución a finales de la Guerra Civil.

Esta Enmienda, ya sea:

1. No fue de-ratificada y equivocadamente publicada durante casi 50 años; o

2. Fue ratificada en 1819, y luego ilegalmente quitada de la Constitución por el ño 1867.

Si esta 13a Enmienda no fue ratificada y equivocadamente publicada, la historia ha permanecido desapercibida en la historia norteamericana durante más de un siglo. De ser así, esto es al menos una historia buena – una anécdota histórica extraordinaria.

Por otra parte, si Dodge está en lo correcto y la Enmienda fue realmente ratificada, la Enmienda ha sido subvertida de nuestra Constitución. De ser así, esta Enmienda “ausente” todavía sería Ley, y esta historia podría ser una de las historias más importantes en la Historia norteamericana. Independientemente de lo que sea la respuesta, está seguro que algo extraordinario pasó a nuestra Constitución entre 1819 y 1867.

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