por José de la Isla
HOUSTON, Texas — Al salir de una reunión en la Casa Blanca sobre la inmigración el 25 de junio con 19 miembros más del Congreso y el presidente Obama, el congresista Silvestre Reyes dijo que le parecía que la Cámara de Representantes contaba con el número suficiente de votos como para aprobar legislación comprensiva. No obstante, a sólo unas horas antes de la conversación sobre la política migratoria, director del personal de Obama, Rahm Emanuel, les indicó a los reporteros que si bien la aprobación “no era imposible… no habría sido necesaria la reunión” si en realidad el presidente contara con los votos.
No es la primera vez que el hombre de Obama se ha demostrado impolítico en cuanto al tema peliagudo de la inmigración. Esta vez, sin embargo, Emanuel, quien antes representara un distrito de Chicago ante el Congreso cuya población era hispana en un 25 por ciento, opuso este importante tema con otro más. “También es mejor que sigamos con el enfoque sobre mejorar la economía”, dijo, como si descartara la importancia de la inmigración como asunto político.
Este enfoque de ‘al ataque’ contrapone a otros asuntos de perro hambriento que están a la espera – la salud, los déficit, la educación, la energía o el medio ambiente – con la inmigración. Es una táctica característica de instar la demora de una confrontación. “Me parece que lo más importante es comenzarlo este año”, dijo Emanuel, como si el completarlo no fuera más importante.
Pero la realidad es que todo esto se comenzó y se dejó incompleto en el 2007. Al mismo Emanuel se le recuerda por haber dicho que la inmigración era “el tercer riel” de la política demócrata y que advirtió a los demócratas no debían retar con ello a los republicanos (al igual que evitar criticar la guerra en Irak). La mayoría de los que aceptaron esto no salieron tan bien el las elecciones a medio término como resultaron los que no le hicieron caso. Parece haber recibido algo de auxilio del congresista Luis Gutiérrez (demócrata por Illinois), fuerte promotor de la reforma migratorio, quien le dijera al Wall Street Journal, “Diablos, si tuviéramos los votos, no te estaríamos llamando”.
Por otro lado, Jim Manley, asistente al presidente mayoritario del Senado, Harry Reid (demócrata por Nevada), no concordó con lo de los votos. Notó que el Senado había aprobado un proyecto de ley de reforma bipartidista en el 2006 y que podría volver a hacerlo, diciendo, “La Casa Blanca debería dejarnos a nosotros lo de contar los votos”.
Durante la reunión con Obama, congresista Nydia Velázquez (demócrata por Nueva York), presidenta del Comité sobre Pequeñas Empresas y el Caucus Hispano, le mostró al presidente Obama una lista de 210 miembros de la Cámara de un total de 435, aprestados a votar por una reforma comprensiva.
“No sé de dónde saca Rahm Emanuel esa información”, dijo.
Reyes y Velázquez estaban entre los 20 miembros del Congreso quienes asistieron a la reunión bipartidista en la Casa Blanca.
Obama les dijo a los legisladores que el pueblo estadounidense quería fronteras más seguras, sanciones contra los empleadores que usan trabajadores ilegales, quienes a su vez, hacen reducirse los niveles de salario, y una manera eficaz de reconocer y legalizar a los trabajadores indocumentados.
Secretaria del Departamento de Seguridad Nacional, Janet Napolitano, dirigirá un grupo de líderes de la Cámara y del Senado para comenzar a hacer frente a estos asuntos.
Obama anunció que el FBI había despejado mucho de lo acumulado en cuanto a revisiones de historias personales que obstruían el proceso legal de inmigración. El Departamento de Seguridad Nacional ha estado arremetiéndose contra los empleadores que explotan la situación migratoria.
Durante la reunión, Obama se refi rió a la “retórica exagerada e infrecuente demagogia por todos lados de los temas”.
No obstante, al menos que él y su hombre Emanuel estén haciéndose el policía bueno y el policía malo, hay algo que no causa gracia sobre los mensajes confusos que ofrecen.
El mensaje de Emanuel de la Casa Blanca es diferente del mensaje del presidente. Uno ha de preguntarse si Emanuel ha abierto un nuevo tercer riel en cuanto al tema de la inmigración, uno que alimenta al medio con demagogia, haciendo que la reforma aparente ser menos factible de lo que es, una diversión de otros asuntos de gran importancia.
Cuando llevas la delantera en una carrera corta de 440 yardas, con la reforma migratoria, por ejemplo, no es nada listo agregarle cien yardas más.
[José de la Isla, cuyo último libro Day Night Life Death Hope, lo distribuye la Fundación Ford, redacta un comentario semanal para Hispanic Link News Service. También es autor de The Rise of Hispanic Political Power (2003). Comuníquese con él a: joseisla3@yahoo.com]. © 2009