por la Universidad de Michigan
ANN ARBOR, Michigan.— Las películas y los juegos de videos violentos hacen que las personas se tornen insensibles al dolor y el sufrimiento del prójimo, según un informe de investigación que se publica en la edición de marzo de 2009 de la revista Psychological Science.
El informe detalla las conclusiones de dos estudios conducidos por el profesor Brad Bushman, de la Universidad de Michigan, y el profesor Craig Anderson, Ecde la Universidad estatal de Iowa. Los estudios cubren una importante brecha de investigación en la literatura sobre el impacto de los medios violentos. En trabajos anteriores Bushman y Anderson demostraron que la exposición a la violencia en los medios causa una desensibilización psicológica —baja del ritmo cardíaco y la conductancia en la piel— cuando poco después se presencian escenas de violencia real. Pero la investigación presente demuestra que la violencia en los medios también afecta la ayuda que se ofrece a una persona herida, tanto en un estudio de campo como en un experimento de laboratorio.
“Estos estudios muestran claramente que la exposición a la violencia en los medios puede reducir el comportamiento de ayuda”, dijo Bushman, profesor de psicología y comunicaciones de la U M, y profesor investigador en el Instituto de Investigación Social (ISR por su sigla en inglés) de la UM. “Las personas expuestas a la violencia en los medios están menos inclinadas a ayudar a otras en momentos de necesidad porque están ‘cómodamente anestesiadas’ al dolor y el sufrimiento de otros, para usar el título de una canción de Pink Floyd”.
En uno de los estudios 320 estudiantes universitarios usaron para aproximadamente 20 minutos un juego de video violento o no violento. Pocos minutos después escucharon una pelea escenificada en la cual la “víctima” sufrió un esguince de tobillo y gemía de dolor.
Las personas que habían jugado con un video violento demoraron un tiempo significativamente más largo para ayudar a la víctima que las que habían jugado con un video no violento, 73 segundos comparado con 16 segundos. Las personas que habían jugado con un video violento asimismo mostraron menos probabilidades de darse cuenta y de informar sobre la pelea. Y aún las que informaron del incidente opinaron que era menos grave que las personas que habían jugado con un video no violento.
En el segundo estudio los participantes fueron 162 espectadores adultos de películas. Los investigadores escenifi caron una situación de emergencia menor afuera del teatro, en la cual una joven con un tobillo vendado y muletas “accidentalmente” dejaba caer las muletas y hacía esfuerzos para recuperarlas.
Los investigadores tomaron el tiempo que demoraban los espectadores de película para recoger las muletas. A la mitad de los espectadores se les tomó el tiempo antes de que entraran a la sala, a fin de determinar la disposición de ayuda de las personas que veían películas violentas y las que veían películas no violentas. A la otra mitad del grupo se les tomó el tiempo después que vieron una película violenta o una película no violenta. Los participantes que acababan de ver una película violenta demoraron un 26 por ciento más en ayudar que las personas que entraban al teatro o las personas que terminaban de ver una película no violenta.
Los estudios forman parte de un programa continuo de investigación de las causas y las consecuencias de la agresión humana conducido por Bushman, quien también está afi liado a la Universidad VU de Ámsterdam.