viernes, diciembre 27, 2024
HomeCalendario & TurísmoUn libro que a mi madre le hubiera gustado

Un libro que a mi madre le hubiera gustado

­by Ron Arias

(Un artículo para Hispanic Link por Ron Arias, escrito como un mensaje a su madre, fallecida en 1969)

A mi madre, Emma Estrada: Te hubiera gustado este libro – Mexican-Americans in Los Angeles — por Alex Moreno Areyan. Es nuevo, y pienso que te gustaría no sólo porque tu foto está en él — la cual te muestra en 1938 vistiendo una falda de china poblana y blusa blanca cuando solías vender cigarrillos en el Café Caliente en la Calle Olvera. Me contabas que ése era el club nocturno donde vendías a clientes como Anthony Quinn, Rita Hayworth, Humphrey Bogart y otras estrellas de Hollywood. No creo que esa foto tuya es por lo que te gustaría el libro de Moreno Areyan. Pienso que te gustaría porque finalmente verías lo que algunos de nosotros hemos alcanzado; qué tipo de logros hemos obtenido: estrellas de cine, músicos, alcaldes, sheriffs, cantantes de música popular, artistas, atletas profesionales, cineastas, periodistas, líderes sindicales y mucha gente más exitosa.

Es un libro de fotografías pero sus anotaciones te dirían que la mayoría de estas personas fueron los modelos a seguir que tú no tuviste. Fueron personas que rompieron barreras, gente como Edgard Roybal, el primer congresista federal del Este de Los Ángeles, o el gran tenista Pancho González, el primer latino local ganador de campeonatos nacionales.

Si pudieras ver tu foto verías a una muchachita joven y bonita que había dejado su tierra natal de El Paso para hacer su vida en L.A. Te casaste en secreto con mi padre, Bonifacio “Frankie” Giner, un cantinero en el Caliente. Hacia 1942 tenías un matrimonio deshecho y dos hijos — mi hermano mayor Bob y yo. Así que entre otros indistintos trabajos, laboraste como una Rosie, la remachadora en una planta de aviación donde fabricaban aviones para la guerra.

Como me contabas, ­era una época en la cual ser mexicano o de ascendencia mexicana era lo mismo que ser inferior en todas las formas, desde el trabajo que hacías hasta la educación que tenías. Ni siquiera te permitían usar las piscinas públicas hasta el fin de la semana, antes de que la ciudad desaguara los destapacaños, como tú les llamabas.

En esos días, mientras más querías pertenecer a la imagen de la Avenida Madison de gente blanca y América protestante, mucho más escondías lo que pudiera delatarte como mexicana. Así que tú hiciste lo que hizo Rita Hayworth, te pintaste el cabello castaño, dejándolo largo con bucles sueltos como ella lo usaba y le añadiste tu propio estilo, diciéndoles a tus nuevas amistades que eras francesa, española y portuguesa.

Afortunadamente, no tuviste que cambiarte el nombre, como frecuentemente lo hacían muchas estrellas de cine que tenían atractivo bi-cultural. Sabías, probablemente, que Rita había sido Margarita Cansino, Quinn se quitó sus nombres de nacimiento Rodolfo Oaxaca y el tipazo Gilbert Roland (conocido como el Cisco Kid) nació con el nombre de Luis Antonio Dámaso Alonso. Si no lo sabías entonces, lo encontrarías en el libro de Moreno Areyan.

Es básicamente un libro de fotos pero hay mucha historia mezclada en sus páginas. Por cierto, tu foto está en la sección de “Landmarks” porque tú trabajaste en la calle Olvera. Tal vez no sabías, pero esa calle de un mercado mexicano idealizado se creó al fi n de los años veinte en un callejón de edifi cios decrépitos junto al lugar donde la ciudad fue fundada en 1781.

En dicha sección verás otros lugares familiares de renombre como la placita del centro o el barrio Chávez Ravine que fue destrozado para albergar el estadio Dodger. Y verás nuevos lugares conmemorativos que no existían cuando estabas en vida, como el parque Rubén Salazar, nombrado por el reportero del Los Angeles Times, quien estaba reportando sobre una manifestación contra la guerra de Vietnam en el Este de L.A. cuando fue muerto por un asistente del sheriff local.

Por más que tratabas de esconder tus raíces mexicanas entre nuevas amistades y extraños – sin mencionar nunca que en un tiempo vendías cigarrillos con un vestido folklórico mexicano — pienso que te daría gusto saber que hoy es muy aceptable tener orgullo de nuestra cultura, con todos sus estereotipos.

Está bien hablar español en la escuela, es común tener líderes locales y nacionales con apellidos hispanos y todo el mundo acepta estrellas de cine y TV con aspecto latino. Jimmy Smits, un actor latino que no creo conociste, incluso hizo el papel de presidente en el programa de TV, West Wing Yo sé que los prejuicios y el racismo no mueren completamente, solamente cambian para tomar nuevas formas, como la paranoia engendrado por los que meten miedo a lo largo de la frontera entre México y EE.UU. Sí, aún existe, al igual que existió en tu niñez y por muchas generaciones anteriores.

Pero como verías confi rmado en el libro de Moreno Areyan, no hay razón para que empecemos a sentirnos inferiores nuevamente. Te sentirías orgullosa. Estoy seguro de eso. Hispanic Link.

(Más conocido por su novelita “El Camino a Tamazunchale”, nacido en L.A., Ron Arias fue maestro y periodista por cuatro décadas. A los 68 años de edad vive en Hermosa Beach con su esposa Joan. Al presente está escribiendo una novela cuyo protagonista es un hombre de Los Ángeles en busca del tesoro de su pasado en el México de hoy y en la Nueva España de hace más de 400 años. Comuníquese con él a: rarias3@mac.com)

RELATED ARTICLES
- Advertisment -spot_img
- Advertisment -spot_img
- Advertisment -spot_img