martes, julio 16, 2024
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Un canditado elige no ser ridículo: Ron Paul triunfa sobre Trump

by John Nichols

Ron Paul está lejos de ser perfecto. Pero el congresista de Texas y candidato presidencial maverick del GOP trae a la carrera de 2012 unos antecedentes que más valen alabanzas que los de sus competidores por la nominación Republicana.

Paul votó contra el Acta Patriótica.

Paul votó contra comenzar la Guerra en Irak.

Paul ha apoyado consistentemente movimientos para traer las tropas desde Irak, de Afganistán y de cualquier parte donde estén acuarteladas.

Paul ha trabajado con el Congresista de Massachusetts Barney Frank en una campaña para recortar el presupuesto del Pentágono en $1 trillón.

Paul ha trabajado con Frank para descriminalizar la marihuana y contrarrestar los peores excesos de la guerra contra el narcotráfico.

Paul se ha opuesto consistentemente a los acuerdos de libre comercio que han llevado a despidos masivos y cierres de fábricas en Estados Unidos.

Paul ha trabajado con el Senador de Vermont Bernie Sanders y el congresista de Florida Alan Grayson para tomar medidas duras contra los abusos y secretos de la Reserva Federal.

Sí, sí, claro que la retórica anti-gobierno de Paul va a los extremos, y sí, sí, claro que es un libertario inconsistente en algunos temas clave.

Pero Ron Paul realmente ha tomado muchas posturas alabables en años recientes.

Y ahora ha hecho algo verdaderamente digno de admiración, no solamente en el contexto de la actual carrera Republicana, sino respecto de la política de la edad, de obsesión farandulera…

Ha elegido no ser ridículo.

Confrontado con la perspectiva de participar en un debate auspiciado por Newsmax, conducido por la segunda figura más absurda de la vida pública norteamericana, Paul simplemente dijo “no.”

La campaña del candidato quien, en la nueva encuesta Des Moines Register está en segundo lugar entre los candidatos del GOP a menos de un mes de los caucus de Iowa, los primeros del país, emitió una deliciosa declaración:

La selección de una personalidad de la televisión de realidad para conducir un debate presidencial que los votantes van a estar viendo está tras la oficina de la Presidencia y vuela en la cara de la historia y dignidad de esa oficina. La participación de Trump como moderador distraerá de preguntas y respuestas relativas a temas importantes tales como la economía nacional, la alta deuda del gobierno federal, el rol del gobierno federal, la política exterior y similares. Para estar seguros, la participación de Trump contribuirá a una atmósfera circense no deseada.

La selección de Trump es también ampliamente inapropriada dado sus antecedentes de jugar con decisiones serias sobre si compite por el cargo más importante de nuestro país, una decisión que parece hacer de manera frívola. La elevación del estatus de Trump como candidato, lo que duró poco tiempo, lo puso en el radar de muchas organizaciones mientras recordamos que la primavera pasada fue invitado como orador en la Cena del Día de Lincoln del Partido Re1publicano de Iowa, aunque a último minuto dejó a RPI sosteniendo la bolsa al cancelar. A cambio, el RPI canceló su mayor gala de beneficencia del año y sufrió una vergüenza y además se le pidió al RPI que se involucrara con medidas para refinanciamiento.­

Nuestro candidato ni siquiera considerará participar en el debate de fines de diciembre hasta que Trump se disculpe públicamente con los líderes del partido de Iowa y rectifique totalmente la situación.

Por lo tanto, nuestro candidato Ron Paul, el campeón de la Constitución, ha dicho que no asistirá.

Trump estaba furioso. El anfitrión de reality show calificó al congresista de Texas de “payaso.” (Trump también atacó a otro contendor que rechazó la invitación al debate, el ex gobernador de Utah Jon Huntsman. Pero, a diferencia de Paul, Huntsman no es un contendor serio en Iowa, donde se realizará el debate.)

Paul respondió al golpe de Trump al decir: “No me di cuenta de que tenía la capacidad de poner las manos en y asignar gente.”

Ron Paul podrá no ganar la presidencia, pero está ganando el debate sobre el debate con Donald Trump.

Pero aunque Trump no tenga un serio contendor presidencial en este panel de debate, no estará solo.

A la segunda figura más absurda en la vida pública norteamericana se le uniría el 27 de diciembre la figura pública más absurda de la vida pública norteamericana: Newt Gingrich.

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