Con reportes de BBC News Mundo y otros cables
La liberación de los presos políticos fue bien recibida por organizaciones de derechos humanos, que celebraron la liberación de 200 presos políticos sin escatimar críticas a Managua.
En Estados Unidos, el secretario de Estado, Anthony Blinken, dijo a través de un comunicado que esta decisión «marca un paso constructivo para abordar los abusos contra los derechos humanos en el país y abre la puerta a un mayor diálogo entre EE.UU. y Nicaragua sobre temas de interés».
El presidente del país centroamericano, Daniel Ortega, aseguró en cadena nacional que no hubo ninguna «negociación» con EE.UU. para la liberación de los presos y que no le pidieron a Washington nada a cambio.
En la mañana del jueves, el magistrado Octavio Rothschuh, presidente de la Sala Uno del Tribunal de Apelaciones de Managua, había hecho pública una sentencia que decretaba la «deportación inmediata y ya efectiva de 222 personas sentenciadas por cometer actos que menoscaban la independencia, la soberanía y la autodeterminación del pueblo; por incitar a la violencia, al terrorismo y a la desestabilización económica».
«Los deportados fueron declarados traidores a la patria y sancionados por diferentes delitos graves e inhabilitados de forma perpetua para ejercer la función pública», dijo Rothschuh.
El vuelo con los opositores salió a primera hora de la capital nicaragüense rumbo a Washington DC, donde llegó a media mañana.
El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, habló en cadena nacional para asegurar que la excarcelación y expulsión de los 222 opositores que se produjo este jueves no se hizo para obtener algo a cambio por parte de Estados Unidos.
«No estamos pidiendo que se nos levanten las sanciones. No estamos pidiendo nada a cambio», dijo el mandatario.
Ortega explicó que la expulsión a Washington del grupo de los opositores se produjo luego de que su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, conversara hace unos días por teléfono con el embajador estadounidense en Managua, Kevin Sullivan, antes de un viaje a su país, y le planteara que Washington recibiera a los prisioneros.
El mandatario reconoció que no esperaba una respuesta positiva por parte de Estados Unidos a la solitud. Sin embargo, Sullivan respondió que haría la consulta a la Casa Blanca, no sin antes preguntar cuántos presos pensaba excarcelar.
«Todos», respondió Ortega. «No queremos que quede ningún rastro de los mercenarios del imperio en nuestro país», agregó, según información de la agencia EFE.
Las personas liberadas de la custodia de Nicaragua incluyen líderes políticos y empresariales, periodistas, representantes de la sociedad civil y estudiantes.
La escritora Gioconda Belli, la quien fuera guerrillera y revolucionaria antes de pasar a ser firme opositora al gobierno de Daniel Ortega, dijo: «Quitarles la nacionalidad e invocar un destierro a los nicaragüenses liberados es una muestra de crueldad…», durante una entrevista desde España, quien dijo estar sorprendida por la noticia, y que tuvo que verificar varias veces que la liberación este jueves de 222 opositores de su país era real.