domingo, diciembre 29, 2024
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Simcox quiere tener a republicanos en su partido

by José de la Isla

HOUSTON, Texas — Co-fundador de la milicia Minuteman Civil Defense Corps, Chris Simcox, anunció a fines de abril que retará al titular John McCain para la nominación al Senado de los Estados Unidos representando al estado de Arizona en el 2010.

En marzo del 2005, Simcox y Jim Gilchrist movilizaron a voluntarios a convergir en el condado Cochise de aquel estado, para patrullar la frontera.

Fue un éxito inesperado de relaciones públicas, ya que la mitad de los voluntarios citaron a los políticos letárgicos como su motivo por unirse a la movilización, y la entrada sin autorización desde México fue su pararrayos.

Cuando llegamos por trabajo al área el fotógrafo Wilhelm Scholz y yo, los Minutemen se habían apropiado de símbolos como la bandera – sobre sombreros y camisetas – para dar muestra de su descontento. Gilchrist se lanzó como candidato al Congreso para el partido American Independent Party en California a finales del verano del mismo año. En un correo electrónico de respaldo a Gilchrist, Simcox criticó al gobernador Arnold Schwarzenegger al presidente Bush y al “establecimiento” republicano, como los llamó, por apoyar a un candidato de su propio partido y no a Gilchrist, acusándolos de ser “blandos” en cuanto a la inmigración.

Ahora quiere ser uno de ellos y pertenecer a su partido.

La otra parte de su mensaje fue reveladora. Dijo Simcox, “No podemos darnos el lujo de tener a otro congresista en [Washington] D.C. quien esté dispuesto a malvender la seguridad nacional de nuestro país para beneficiar al partido”. Agregó que Gilchrist “ayudaría a poner el temor a Dios en el partido republicano”.

Ahora, parece ser que Simcox se posiciona para poner un poco de su propio temor trastornador en la política republicana en Arizona.

En abril del 2005, Gilchrist y Simcox se dividieron el proyecto Minuteman en dos facciones. Los entendidos atribuyeron la división a sus egos en conflicto en lo que se peleaban por la atención de los medios.

Gilchrist caracterizó a algunos miembros del proyecto Minuteman como “desquiciados”.

Simcox anteriormente se había desplazado del sur de California para ir a Arizona. En Tombstone, publicó un periódico, The Tumbleweed, cuyo tono convertía temas de políticas a discusiones de valentía y armas.

La organización que fundó con Gilchrist adoptó cada vez más elementos de un movimiento nativista.

Había acusaciones de “funcionarios traidores” y “violaciones a la soberanía nacional”. El único patriotismo válido era del estilo Minuteman.

Tal vez resulte apropiado que esta cultura se arraigue en Tombstone, cerca de Boot Hill, y que las oficinas del periódico se encuentren en la calle Toughnut. Por otro lado, muchos de los comerciantes locales se burlaron del periódico, y se refirieron al puñado de seguidores de Simcox más como la pandilla que no sabía disparar derecho.

Cuando Wilhelm y yo lo llamamos a Simcox para entrevistarlo en el 2005, nunca se encontraba en la oficina. A mediados del 2006 tampoco se asomó para rendir cuentas de temas que surgían de fondos de hasta $1,8 millones para una trinchera estilo israelí de seis pies de hondo en la frontera, y para una malla que pensaba erigir.

Algunos de los críticos de Simcox se alegran abiertamente que se lanzó a la nominación republicana.

NOTICELo que dice muchas veces es o cínico o extremado. Es un blanco de burla tan fácil.

Su motivación no parece ser unirse al partido republicano, sino que el partido se le una a él, para transformarlo del partido de Lincoln al partido sarcástico de Rush Limbaugh.

Simcox y otros como él sólo desviarán las discusiones que deberíamos estar entablando; sus palabras chirriantes incitan acciones tétricas que apelan a una naturaleza más baja. Tampoco tiene una historia de resolución de problemas entre su biografía. Más bien, es la de derivar gusto de ver un problema.

Nuestro periscopio político nos dice que Simcox no cuenta con ninguna posibilidad de ganar. Ahora pedimos más de nuestros políticos.

[José de la Isla, cuyo último libro Day Night Life Death Hope, lo distribuye la Fundación Ford, redacta un comentario semanal para Hispanic Link News Service. También es autor de The Rise of Hispanic Political Power (2003). Comuníquese con él a: joseisla3@yahoo.co­m].©  2009

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