jueves, diciembre 26, 2024
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¿Sangre en los textos escolares?

Los maestros huelguistas en México continúan firmes contra la represión del estado

por David Bacon

OAXACA- Desde el asesinato de once manifestantes en un bloqueo callejero en el pueblo oaxaqueño de Nochixtlán, el 19 de junio, México se ha manifestado en torno al uso de la fuerza contra los maestros que resisten a la reforma educativa corporativa. Mientras el año escolar está comenzando, los maestros y sus partidarios en cuatro estados se han rehusado a regresar a clases hasta que haya un acuerdo negociado para cambiar el programa del gobierno, y hasta que los perpetradores de la masacre de Nochixtlán sean considerados responsables.

El gobierno dice que no va a negociar, y los líderes corporativos de México están pidiendo que el gobierno use la fuerza para suspender a los maestros y reabrir las escuelas. El peligro de otra confrontación sangrienta es mayor que nunca.

Los maestros en resistencia están concentrados en una red altamente organizada, la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), al interior del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), el mayor sindicato en Latinoamérica. La CNTE ahora controla el sindicato en cuatro estados: Oaxaca, Guerrero, Chiapas y Michoacán. En otros estados, especialmente en la Ciudad de México, tiene una gran base de apoyo. Adelfo Gómez Álvarez, del sindicato de maestros de Chiapas, dijo al diario capitalino La Jornada que “hubo huelgas y manifestaciones en 28 estados, incluyendo la Ciudad de México”.

El presidente mexicano Enrique Peña Nieto declaró: “No va a haber más diálogo si no garantizamos que los niños puedan recibir educación en sus aulas, que hoy están cerradas. Primero educación, después el diálogo”. Enrique Enríquez Ibarra, secretario general de la sección 9, el sindicato de la Ciudad de México, respondió que durante un año los maestros han tratado de negociar con el gobierno mientras continuaban en las aulas, pero el gobierno no respondió. “Hoy no creemos en clases primero y luego el diálogo. La huelga de los maestros continuará”, advirtió.

Los intereses empresariales comenzaron a proponer cambios en el sistema educativo del país desde hace una década, como parte de una serie de reformas económicas que han privatizado gran parte de la economía del país y echado atrás derechos y protecciones que los trabajadores y jornaleros ganaron hace décadas. Apoyadas por grupos de reforma educativa de los Estados Unidos y la Agencia de US para el Desarrollo Internacional, estas reformas corporativas se concentran en estandarizar los exámenes a los estudiantes, y especialmente a los maestros. Así, el examen es usado para eliminar la seguridad laboral de los maestros y castigar la resistencia militante.

“El verdadero objetivo es privatizar la educación”, dice Tranquilino Lavariega, maestro de aula y secretario general del sindicato en Santa Cruz Ocotlán, en Oaxaca. “Estas corporaciones ven a la educación como un negocio. Y porque nuestro sindicato ha sido parte de la oposición a su creciente poder en México, nos ven como una amenaza política”.

A la cabeza de la reforma educativa corporativa está Claudio X. González, perteneciente a una de las familias más ricas y poderosas de México. Él dirige Mexicanos Primero, vocero del ala derechista de la reforma, cuyo programa de reforma fue enarbolado en la Cámara de Diputados hace tres años.

El año pasado, cuando el gobierno comenzó a implementar las pruebas, miles de maestros se rehusaron a realizarlas. En acciones de empleo limitado, muchos se negaron a reportar en clases. Cuando surgió la resistencia, el gobierno empezó por arrestar a los líderes de la CNTE. (Para más información sobre cómo se desarrollo el conflicto esta primavera pasada, véase Bacon, “Why Are Mexican Teachers Being Jailed for Protesting Education Reform?”).

Añadiendo fuego a la indignación estaban las demandas de González de que las escuelas de capacitación para maestros, o “normales”, fueran abolidas y remplezadas por instituciones privadas (fresca en la memoria de los mexicanos está la desaparición, y probable asesinato, de 43 estudiantes en la normal de Ayotzinapa, Guerrero, hace dos años). El 22 de marzo, el secretario de Educación, Aurelio Nuño, propuso una medida que prácticamente cumpliría la meta de González de eliminarlos.

“Los estudiantes de estas escuelas provienen de familias pobres”, explica Lavariega, “de modo que ellos son muy críticos hacia el gobierno y quieren luchar por sus derechos. Es por eso que el gobierno quiere que desaparezcan –esos estudiantes son también una amenaza. Nuño Mayer fue a escuelas privadas. Él piensa que cualquier profesional puede enseñar –que no hay ninguna necesidad de que haya una escuela de maestros, cualquiera puede hacerlo”.

Tras el arresto de los dos principales líderes del sindicato en Oaxaca, la policía hizo fuego contra los manifestantes en un bloqueo en Nochixtlán, matando a once e hiriendo a docenas. La gente en Oaxaca y a lo largo de México reaccionó con indignación. Una marcha de protesta en la Ciudad de México, organizada por el partido de izquierda MORENA (Movimiento de Regeneración Nacional), encabezado por el ex alcalde Andrés Manuel López Obrador, reunió a más de 100,000 participantes. Más calles fueron bloqueadas, especialmente (pero no sólo) en los cuatro estados, y los plantones (campamentos estilo ocupa) se multiplicaron en los centros comerciales apuntando a grandes empresas como Wal-Mart, Bimbo, and Coca-Cola.
CONTINUARÁ LA PRÓXIMA SEMANA

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