by Raisa Camargo
Hispanic Link News Service
Inminentes reducciones masivas en el presupuesto de Texas, estado que está sin recursos, están por tirarle un portazo en la cara a la juventud latina del estado, quienes comprenden aproximadamente la mitad (2,34 millones) del cuerpo estudiantil de las escuelas públicas. Por todo el estado, expertos y defensores de la comunidad concuerdan sobre el peligro que presagia para el futuro económico del estado, también. Una vez entre los más pudientes de los estados, el llamado Estado de la Estrella Solitaria se ha convertido en el Estado de la Privación Solitaria. Está tratando de resolver un déficit presupuestario entre los $15 mil millones y los $27 mil millones.
La solución que propone el gobernador Rick Perry, que tiene apoyo de los conservadores dentro de la legislatura controlada por los republicanos, tiene como objetivo las escuelas. Incluye dejar cesantes masivamente a 100.000 maestros y podar $9,8 mil millones de la educación pública para los años fiscales 2012 y 2013.
Importantes recortes, que varían entre el Senado y la Cámara estatales, incluyen aumentar el tamaño de las clases y eliminar el programa de concesión prekinder de Texas. Recortan financiamiento de la educación para padres adolescentes, la prevención de la deserción escolar, para los certificados para enseñar educación bilingüe, de los presupuestos de las universidades comunitarias, y de un programa de concesiones que ofrece apoyo financiero para la matrícula y costos universitarios para estudiantes de bajos recursos.
“Están hipotecando el futuro de Texas”, dice profesor de sociología Steve Murdock, de la Rice University, ex director de la Oficina del Censo de EE.UU. Refiriéndose al fondo de concesiones universitarios, hace eco de las declaraciones de Roberto Alonzo, presidente de la asamblea mexicano-americana de la legislatura estatal. Su temor: la eliminación del programa resultaría en una generación perdida de estudiantes aptos para la universidad.
La versión de la Cámara estatal reduciría de por sí solo la educación universitaria en $1,7 mil millones, y suprimiría el apoyo para 80.000 becas, según el comisionado coordinador de Texas Higher Education, Raymundo Paredes. Murdock enfatizó a Hispanic Link News Service que los cortes abrirían aún más la brecha académica que divide a los jóvenes blancos de los hispanos, lo cual aumentaría futuras pérdidas en ingresos para el estado. En el libro que publicara en el 2003, titulado en inglés, “The New Texas Challenge” (El nuevo desafío para Texas), Murdock indica que para el 2040, el ingreso anual del estado aumentaría en $300 mil millones si esta brecha fuera a cerrarse.
Murdock, quien ha caracterizado a Texas como “los Estados Unidos de mañana”, proyecta que el porcentaje de estudiantes blancos, no hispanos, que comprenden actualmente un tercio de los estudiantes a nivel estatal, se disminuirá a una quinta parte.
“Queda muy claro que el futuro de Texas está particularmente ligado a su población hispana”, declara.
Los legisladores conservadores están en punto muerto queriendo evitar usar parte de un fondo de emergencias de $9,4 mil millones y tampoco están dispuestos a subir los impuestos en distritos pudientes para asegurarse el ingreso que necesitan.
“Estamos en crisis y parece que va a empeorar”, dice Angela Valenzuela, profesora de la Universidad de Texas, Austin, y directora de la University of Texas Center for Education Policy, quien teme que los recortes más
que probable se aprobarán.
Las escuelas charter, que tienen un 53 por ciento de estudiantes hispanos matriculados, también enfrentan reducciones importantes. Josie Duckett, vice presidenta de Relaciones Públicas y Gubernamentales de la Texas Charter Schools Association, dijo que el 32 por ciento de las escuelas charter sirven de escuelas de recuperación para los desertores, y que el 11 por ciento son escuelas de preparación académica para la universidad. La mayoría ofrece cursos de educación bilingüe. Los estudiantes que están aprendiendo el inglés y los de bajos recursos rinden más en las escuelas charter que en las tradicionales públicas, según un estudio que salió el verano pasado en el Instituto CREDO de la Stanford University.
Texas está categorizado 43 entre los 50 estados en cuanto a índices de graduación, ya que sólo un 61 por ciento de sus estudiantes completan la secundaria. Los estudiantes negros e hispanos tienen dos veces mayor probabilidad de dejar a destiempo la escuela que los estudiantes blancos.
Las brechas en logro académico se dan con frecuencia entre los estudiantes de poco dominio del inglés, según la Intercultural Development Research Association, una organización sin fi nes de lucro en San Antonio que analiza las estadísticas de las escuelas públicas y las políticas educativas. La Texas Education Agency informa que los que aprenden inglés comprenden el 17 por ciento, o 815.998, de los estudiantes de Texas entre kinder y grado 12.
Linda McNeil, de la Rice University, considera que existen opciones para prevenir los recortes, incluyendo una reforma del sistema impositivo de franquicias, un impuesto que imponen los estados sobre las corporaciones, y la eliminación de sistema de exámenes, Texas Assessment of Knowledge and Skills (TAKS), el cual, indica, afecta demás a los latinos.
“Cuando ofrecemos una educación verdaderamente rigurosa, los muchachos latinos simplemente brillan, por ende sabemos que no son los muchachos (el problema)”, dice McNeil, directora del Center for Education de la Rice University. “Sabemos que nuestro sistema ha sido desigual”.
(Raisa Camargo, reportera becaria con Hispanic Link en el 2010, continúa sus estudios de periodismo en la University of Central Florida en Orlando. Comuníquese con ella a: raisa@knights.ucf.edu).