por Basilisa Alonso
La propuesta de reforma migratoria integral que presentara el 29 de enero en Las Vegas el Presidente Obama, eventualmente podría colocar a hasta 11 millones de inmigrantes indocumentados, un 80 por ciento de los cuales es hispano, sobre el camino hacia la ciudadanía estadounidense.
También podría iluminar el cielo con un asombroso despliegue de fuegos artificiales políticos para el Cuatro de Julio.
Mientras que millones vieron y oyeron el discurso televisado de Obama, el discurso, que duró 25 minutos, fue rumiado y analizado durante días tanto en la prensa escrita como por los medios de difusión, y el mensaje que contenía iba dirigido claramente a los 535 integrantes del Congreso federal, quienes deben aprobarlo antes que llegue al despacho del presidente para su firma.
Lo que está en juego – la reputación del presidente, la viabilidad futura del partido republicano y el bienestar de la comunidad hispana – es enorme.
El plan de Obama salió un día después que “la pandilla de ocho” senadores, demócratas Charles Schumer de Nueva York, Dick Durbin de Illinois, Robert Menéndez de Nueva Jersey y Michael Bennet de Colorado, y republicanos Marco Rubio de la Florida, Lindsey Graham de Carolina del Sur y John McCain y Jeff Flake, ambos de Arizona presentaron un plan propio. Dentro del marco del plan del presidente, se incluiría un camino hacia la ciudadanía que no se vincula con aplicar leyes fronterizas.
También permitiría el derecho a presentar solicitud para parejas homosexuales.
El presidente ofreció, además, consideraciones para el agronegocio y la reunificación de familias, relajando los reglamentos de auspicio y elevando el límite anual de siete a 15 por ciento. Ofrecería un camino expeditado a los jóvenes “inocentes”, quienes se comprometan a servir en las fuerzas militares o a atender cursos para sacar un título universitario. El plan del Senado haría lo mismo para los jóvenes indocumentados y los trabajadores del campo agrícola.
Ambas propuestas enfatizan la seguridad en la frontera y en el lugar de trabajo, pero los senadores supeditan la ciudadanía a medidas más firmes de seguridad fronteriza. Se les facilitaría el camino hacia la legalidad a los inmigrantes en los campos STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas por sus siglas en inglés). Ambos planes urgen criterios más estrictos para lograr la residencia permanente, los cuales incluirían el control de antecedentes, el pago de impuestos y multas debidos o atrasados, y el aprender el inglés.
Durante una rueda de prensa que convocara el 30 de enero el liderazgo demócrata del Senado, en la que participaron sólo los senadores Schumer y Durbin, junto con el presidente mayoritario del Senado, Harry Reid, Schumer respondió a una pregunta que hiciera un reportero sobre si la ciudadanía estaría vinculada a la verificación de una “frontera segura”. Dijo que el Departamento de Seguridad Nacional establecería un sistema de “medida” para determinar si se han cumplido con las pautas de seguridad fronteriza. Añadió, “Dick y yo, y también Bob y nuestros … amigos republicanos queremos asegurarnos que se asegure la frontera pero sin usar esto como una barrera para prevenir que 11 millones eventualmente adquieran un camino a la ciudadanía”.
Para los inmigrantes que aprueben los controles iniciales de antecedentes y paguen las multas, la propuesta del Senado ofrecería “estatus legal condicional”. Sólo después que se haya procesado a los que ya están “en fila” y esté asegurada la frontera, podrán los inmigrantes solicitar la residencia. El plan del presidente también ofrecería un estatus condicional, y sólo después de haber sido procesados los casos atrasados podría un inmigrante solicitar la residencia permanente.
Un sistema de verificación de empleo de mandato gubernamental y más financiación para las agencias y la tecnología para combatir el fraude, además de la exclusión de recibir beneficios durante el periodo de estatus legal condicional son medidas que incluyen ambos planes.
Los empleos en la agricultura reciben prioridad en ambos planes, y tienen apoyo de las grandes empresas y los sindicatos laborales.
El presidente de la Cámara de Comercio de los EE.UU., Tom Donohue, reveló el llamado “super-pac” (grupo de acción política) “Republicans for Immigration”, en un evento del Club Nacional de la Prensa hace unas semanas, afirmando que la economía de los EE.UU. no puede funcionar sin la participación de los inmigrantes.
“Las empresas tienen millones de puestos de empleo que van sin ocuparse”, dijo.
Durante la misma rueda de prensa, presidente de Citigroup, Carlos Gutiérrez, quien sirviera de secretario del Interior durante la presidencia de George W. Bush, notó que se han cerrado muchas granjas de familia estadounidenses y algunas se han mudado a México por la falta de mano de obra.
Presidente del AFLCIO, Richard Trumka, compartió más tarde que unas cuantas docenas de los sindicatos a nivel nacional “van haciendo una campaña nacional para apoyar a los 11 millones de inmigrantes indocumentados”. El plan del Senado ofrecería visas para los inmigrantes que se comprometan a hacer trabajo agrícola.
Presidente del sindicato UFW (Unión de Campesinos) Arturo Rodríguez, dijo que ambas propuestas dan ánimo. Dijo que reconocen la necesidad de trabajadores agrícolas, quienes “tanto sacrifican para llevar la cosecha a nuestras mesas”.
Los miembros del UFW “están preparados a salir y hacer el trabajo necesario para asegurar un proceso justo y digno”, prometió. Obama elogió la mayoría de los elementos del plan de los senadores, diciendo que sus principios “concuerdan mucho con los principios por los que abogué durante los últimos años”.
Ambos planes subrayan la importancia de la ciudadanía, de la reforma del sistema actual migratorio y de la seguridad en el lugar de trabajo y por la frontera. Julieta Garibay, coordinadora del programa educativo United We Dream y recipiente de DACA, dice que los planes fundamentalmente contienen lo mismo, pero “no queremos palabras. Lo que queremos es acción”.
Muchos grupos a favor del inmigrante han quedado deseosos de mayor información después de ambas presentaciones. Garibay dice, “seguimos esperando recibir detalles del plan del presidente, tales como la manera en que hay que tratar el tema de las familias divididas y las personas que actualmente están en proceso de deportación”.
El momento para el debate riguroso vendrá, pero lo que es importante es que “la fundación para la acción bipartita ya está establecida”, enfatiza Obama.
Wade Henderson, presidente de The Leadership Conference, reconoce que hay docenas de inquietudes que hay que atender aun, “pero el presidente le dejó entender a la gente que ha llegado el momento de la reforma. Ha sentado el tono para el discurso futuro”.
El presidente le ha dado claro aviso al Congreso que si no logra tomar acción de manera oportuna, y “votar de la forma correcta”, el próximo paso que tomará será el de redactar un proyecto de ley él mismo. Será entonces, sin duda, que explotarán los cohetes por todo el Capitolio y los cohetes de políticos partidarios ascenderán para explosionar por todo el cielo de Washington.
(Basilisa Alonso es reportera con Hispanic Link News Service en Washington, D.C. Comuníquese con ella a: basilisaalonso@yahoo.com).