Para la mayoría de las personas, poder votar en unas elecciones es la mayor sensación de libertad que se puede lograr en un sistema democrático. “Elegimos a nuestros líderes, somos un pueblo libre, tenemos libertad de prensa”, han sido los lemas que nos enorgullecen como individuos que vivimos en EE.UU.
Sin embargo, ¿cuestionamos alguna vez la legitimidad de esas afirmaciones, respecto de si realmente elegimos a nuestros líderes, somos un pueblo libre y tenemos libertad de prensa?
La mayoría de la gente han visto sólo dos partidos políticos a lo largo de sus vidas que comparten el poder en este país: los partidos Demócrata y Republicano. Los candidatos de estos partidos son los únicos que tienen apoyo en los medios principales, y nadie más, ¿había notado esto o se ha preguntado por qué?
Los candidatos de estos dos partidos políticos son los únicos con los que bromean los medios, hacen comentarios, hacen entrevistas, y sitúan en la verdadera competencia política para los cargos públicos.
¿Se ha preguntado alguna vez por qué son los únicos?
Me he enterado que hay una resolución del Congreso que dice que sólo a los partidos políticos que tienen 15 por ciento en las encuestas se les permite participar en los debates presidenciales; por lo tanto, los medios principales niegan una cobertura igualitaria a quienes son considerados fuera de la camarilla Democrática -Republicana, lo que yo llamaría el cartel privado electoral. Pertenecen a los consorcios financieros privados.
No es un secreto que las mismas personas financian ambos partidos políticos– sobre todo donando grandes cantidades de dinero a las campañas de ambos partidos a través de disfraces corporativos y más especialmente, a los medios, tal como Don King, el promotor del boxeo quien es dueño del campeón y del contendor, mientras los que los fanáticos toman el contienda de manera más seria. Entonces, ¿le importa a Don King quién gana o pierde? Claro que no, él es dueño de ambas partes de la controversia. Y ocurre lo mismo con los dueños de ambos partidos políticos.
Esto es exactamente lo que ocurre dentro de nuestro sistema de partidos, la elite o la aristocracia, quienes no tienen un rostro pero hablan a través de sus bancos y corporaciones son quienes poseen ambas partes del juego– o ambos partidos políticos, y escogen y financian las campañas de sus candidatos, mientras los medios hacen el ruido, dirigiendo las emociones de las personas y siempre prometiendo beneficios y mejor nivel de vida para el pueblo. El premio para los medios: millones de dólares a cambio de su cobertura, y su ataque a quienes están fuera de la camarilla y el pase por alto de lo que estos tienen que decir. En EE.UU. no hay un sistema bipartidista. Es un partido con dos facciones.
Debemos mantener eso en perspectiva actualmente, como dijo una vez Noam Chomsky. Por lo tanto, cuando vota, está votando por la opción de la camarilla, la que responde a los intereses financieros de la elite, y no del electorado.
Por esta razón, creo que toda la elección es un total fraude, después de que ha votado y las cosas no marchan como le prometieron, no puede quejarse, porque votó por lo que obtuvo. Es por eso que presionan a la gente a votar, para legitimar su fraude.
Si no me cree, mire las miles de “leyes” que aprueban cada año. La mayoría son para chupar la riqueza de la gente, y es por eso que la mayoría de nosotros somos pobres, y la elite es siempre más rica.