por Jorge Mújica Murias
Dicen los que se supone que saben, que todo el mundo se fue de Arizona desde antes de que la juez Bolton medio anulara las partes más gachas de la SB1070. Se fueron los que no querían ser detenidos por ser sospechosamente cafés al andar en Phoenix y Tucson, y quienes no tienen ganas de conocer personalmente en persona al cherife Joe Arpaio.
Nadie sabe cuántos se fueron, pero una encuesta del periódico New York Times quería entender por qué se fueron, y preguntaba por tres posibles opciones: “1. La Ley (SB 1070) ya está funcionando y los ilegales se están yendo; 2. Se van porque temen ser injustamente perseguidos; y 3. No se”. La primera respuesta fue favorita de uno de cada 3 personas, y 2 de cien no supieron ni onda. La gran mayoría, casi 7 de cada diez, le atinó a la realidad y respondió que había temor a la persecución injusta.
No se sabe bien a dónde se fueron, pero se duda que a México, como querían los impulsores de la ley. El Censo de Estados Unidosen su último reporte da una clave: de hecho “los Hispanos han estado abandonando Arizona desde que se inició la recesión; aproximadamente 40,000 se fueron en 2008”, dice, y aclara que “quienes se fueron no volvieron a México, sino que se asentaron en estados más amigables para los inmigrantes”.
En otras palabras, recortada y todo, la SB 1070 tuvo el mismo efecto que hace 15 años la nefasta proposición 187 de Pete Wilson, sacar a miles de inmigrantes de California y mandarlos a todo México… pero se quedaron en México del Norte.
Pa’ Dentro de Yanquilandia
Y como sabemos hasta el requetecontracansancio, los inmigrantes seguirán viniendo. Hace unos días, en su último reporte de información sociodemográfica, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía de México, el INEGI, reveló que el año pasado cinco mexicanos por cada mil emigraron al extranjero. En números, son mil 465 mexicanos al día, y cuando el INEGI dice “al día” incluye “fines de semana, vacaciones y días festivos”.
En total, en todo el año, unos 535 mil mexicanos se fueron para extranjia en 2009. En reversa, según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), unos 214 mil mexicanos volvieron al país. Restando uno del otro, México perdió unos 321 mil paisas.
Por obviedad obvia, con recesión y todo, la absoluta mayoría no se fueron a Sudáfrica más que p’al Mundial, ni a Bora Bora con todo y su hermoso clima. Se vinieron pa’ca, pa’ México del Norte.
Por abundar, dice el INEGI que “La mayoría de los mexicanos que salieron del país se encuentra entre los 20 y 30 años, la etapa más productiva”, y que “los motivos económicos figuran entre las principales causas que determinan los cambios de residencia; para el grupo de jóvenes, éstas incluyen la búsqueda de mejores oportunidades de empleo y mejoras salariales”. Aquí el INEGI descubrió el agua tibia. Obviamente, cuando al otro lado de la raya pagan seis veces más por el mismo trabajo, patitas pa’ que las quiero…
Para cerrar con broche de oro y volver al tema de los que no vuelven a México, resulta que Arizona está deteniendo a los que van pa’ fuera rumbo al sur. En el colmo del absurdo, la Patrulla Fronteriza tiene retenes por el área de Nogales para “cachar a los que tienen antecedentes criminales o están envueltos en tráfico” de armas o personas, dice Guadalupe Ramírez, jefe del puesto fronterizo de la fronteriza ciudad.
Con el operativo, la teoría de que los indocumentados se iban a deportar solitos esta más equivocada que nunca. La Patrulla Fronteriza ficha a sus detenidos y los deporta a menos que sean criminales de verdad, narcos o traficantes de armas.
Nuestra buena amiga Isabel García, de una organización de Derechos Humanos en Tucson piensa que es nomás para aumentar los números de arrestos de la Migra, pero esto es tan absurdo que William Gheen, presidente de los Americanos por la Inmigración Legal, grupo terriblemente antiinmigrante, le pide a la administración de Barack Obama una política de “salvoconducto”, con garitas especiales por donde la gente pueda salir del país sin “consecuencias negativas”.
En resumen, quienes hoy se quejan de que hay mexicanos y otros inmigrantes desde Alaska hasta Alabama, harían bien en acordarse de la proposición 187 de hace década y media, y darse cuenta de que con la SB 1070 no se la van a acabar: ahora si que nos van a encontrar hasta en la sopa en cada pueblito donde no había ni un migrante.
Y qué bueno, porque mientras más gringos promedio conozcan a los migrantes promedio, más nos van a aceptar como lo que somos, gente normal, común y corriente, como ellos.