por Marvin J Ramirez
Justo recientemente, el Alcalde de San Francisco Gavin Newsom propuso lo que él llamó una Legislación de Reforma de Club Nocturnos para combatir “la avalancha reciente de violencia afuera de los clubes.
Éstas son las tres ordenanzas propuestas que al alcalde le gustaría poner en efecto:
- La primera ordenanza requeriría que promotores obtuvieran un permiso antes de sostener dos o más acontecimientos por año civil, permitiendo así al Departamento de Policía y otras agencias reguladoras saber quién es directamente responsable de un acontecimiento y hacerlos responsable del plan de seguridad y cualquier violación de salud o reglas de seguridad.
- La segunda ordenanza re-escribe la ley existente para apretar el proceso de permisos, y darle poderes extraordinarios de subvenciones al Director de la Comisión de Entretenimiento para suspender permisos por una variedad de asuntos de seguridad y ruido.
- La tercera ordenanza clarifica las exigencias de aplicación para Permisos Locales de horas extendidas (local que está abierto entre 2-6 a.m.), requiriendo a este local crear proyectos de seguridad que el Director Ejecutivo de la Comisión debe aprobar.
La ordenanza final ilegaliza holgazanear dentro de 10 pies de un club durante más de 3 minutos. Esto sólo se aplica entre 9 p.m. y 3 a.m. y no se aplica a la gente que espera un autobús u otra actividad.
Una persona debe ser advertida antes de que ellos puedan ser citados.
El alcalde piensa que la ampliación de más control policial sobre los promotores privados, terminará con el holgazaneamiento y la violencia. ¿Sr. Mayor, puede usted presenta prueba que la causa de la violencia y holgazanería que usted habla es causado por los promotores de club nocturnos?
Sí, hay violencia a veces en clubes nocturnos que venden alcohol, pero, ¿puede usted o cualquier oficial de la ley declarar bajo juramento, que los promotores son la causa de cualquiera de los cargos que usted implica?
Un promotor no debería ser responsable de lo que acontece fuera de un club nocturno, ni tampoco debería la ciudad penalizar a una persona que promueve una noche cada semana en un club nocturno. Esto impondría una carga injusta de responsabilidad a una persona que simplemente hace una pequeña ganancia o nada a veces.
En mi opinión, esta es sólo otra intención de acortar las libertades civiles de la gente a la libre asamblea.
Esto impone control de policía sobre civiles que no tienen obligación legal de presentar su información privada a la policía o al estado para hacer una reunión social en un club, y en este caso en la gente que no tiene la responsabilidad de la administración del club nocturno. Estas ordenanzas son sólo una excusa para penetrar en las vidas de la gente como en un estado policial.
Esto es no diferente de lo que la administración Bush ha hecho a la gente en los Estados Unidos después del 11 de septiembre, a quién, con la excusa “de proteger” la patria, él ha corroerido los fundamentos de la libertad y el derecho de los individuos a la privacidad con la infame Acta Patriótica.
La Junta de Supervisores debería pensarla dos veces antes de ir tan lejos en la votación para estas ordenanzas.
El negocio de promotor es un contrato privado entre el dueño del club nocturno y un ciudadano privado. El estado debería quedarse fuera de contratos privados, ya que el dueño ya tiene un contrato con el estado y la policía vía sus licencias de operaciones.
El dueño del club nocturno es el responsable de administrar el club y mantener la seguridad necesaria para proteger a los patrones. Con promotor o sin promotor, el club tiene que llenar los requisitos necesarios de seguridad en el establecimiento donde se sirve alcohol, a como lo requieren las leyes estatales y ordenanzas locales.
Alcalde Newsom, si este es el tipo de gobernatura que usted propone si usted se hace gobernador, gracias, pero no gracias. No necesitamos a un gobernador que ampliará los poderes policiales existentes sobre civiles. Pues un día de éstos, se requerirá que la gente que va a bailar todas las noche se registre con el estado para controlar la violencia.