El movimiento abordará ahora las ejecuciones hipotecarias
por Sally Khon
The American Prospect
Mientras el invierno se va, el movimiento Occupy Wall Street está calentándose de nuevo. Pero no espere el mismo foco en campamentos físicos y protestas pendencieras. Mientras la sangre del 99 por ciento sigue hirviendo por la injusticia de la creciente desigualdad, al organizar reuniones y grupos de trabajo, prevalecen las cabezas más frías. Esto es Occupy 2.0— lo principal del momento.
Por mis conversaciones con los organizadores y partidarios de Occupy, mi sensación es que el principal impulso para organizar la energía y atención irán hacia Occupy Our Homes— una coalición de activistas de Occupy que se unen con grupos de base existentes para apoyar a familias que están enfrentando ejecuciones hipotecarias o que han sido desalojadas por los grandes bancos. Priorizar Occupy Our Homes es una gran opción por dos razones.
Primero, la crisis de la ejecución hipotecaria es inmensa y creciente. A pesar del reciente acuerdo hipotecario con los fiscales generales estatales que dará 750,000 de familias con ejecuciones hipotecarias un puñado de $2,000 cada una (!), 4.2 millones de familias ya han sido ejecutadas hipotecariamente durante la crisis económica. El sitio industrial RealtyTrac estima que ese número se disparará a 10 millones en 2012. Aparte de literalmente sacar la alfombra a millones de familias norteamericanas en el peor momento posible, según la Reserva Federal, altas tasas de propiedades con ejecución hipotecaria reducen los precios y valores, hiriendo a los propietarios y la economía como un todo.
Puede no haber una ilustración más ponderosa de los abusos del 1 por ciento que los grandes bancos, salvados con dinero de los contribuyentes en familias que luchan y minan la economía para todo el 99 por ciento. Al organizarse como Occupy Our Homes es una opción estratégica de segunda fase para Occupy por otra razón, una resumida de la mejor manera por mi madre. Ella envió dinero al Parque Zuccotti y su propio sitio local de Occupy en Allentown, Pennsylvania pero, a sus 64 años (¡lo siento mamá!), me dijo que de ninguna manera iba a estar durmiendo en el suelo afuera en el frío.
La gran cosa respecto de Occupy Our Homes como táctica es que todavía hay una manera tangible par alas carpas y sacos de dormir de involucrarse (ya que cuando los partidarios de Occupy acamparon fuera en el pasto de la casa de un veterano de la guerra en Irak cerca de Atlanta, finalmente salvando su hogar de la ejecución hipotecaria) pero la prevención de la ejecución hipotecaria también crea las avenidas para otro tipo de compromisos, ya sea con una cacerola, escribiendo una carta al banco, o uniéndose a una vigilia de rezos. Tales acciones pusieron un rostro más amplio en el movimiento del 99 por ciento, no solamente chicos punk con bandanas, sino familias de clase media amenazadas con quedarse sin hogar paradas con presidentes de la asociación de bloques y pastores y abuelas (i.e., mi mamá). Diga lo que quiera sobre las tendencias principales, así es como los movimientos evolucionan siendo una preocupación limítrofe a una fuerza para el cambio.
No quiero rechazar el rol de la vanguardia, aquéllos en el lado líder de los orígenes del movimiento quienes toman los primeros y más atrevidos pasos y, generalmente riesgos. Pero los líderes de la vanguardia deben ser auto-conscientes y situarse en el contexto más amplio, viendo el prospecto del llamado de las principales corrientes como una señal de su éxito, no una amenaza para minarla. Es absurdo pavimentar un camino y luego enojarse porque otros lo siguen. En vez, el próximo paso es pavimentar uno nuevo.
Desafortunadamente, predigo que una multitud de Occupiers duros se aferrarán de manera testaruda a la táctica de los campamentos públicos de Occupy y las protestas marginales masivas, confundiendo esas tácticas con la totalidad del movimiento y no tomando en consideración la posibilidad de que esas tácticas puedan haber sobrevivido a su simbólico poder. Debates relacionados sobre la unidad política de tácticas de bloque negro han estado surgiendo y esperamos que esos importantes debates continúen, uniendo varias filosofías dentro de Occupy en un todo diverso.
Pero como con muchos movimientos, parece que la siguiente fase dividirá el movimiento en facciones, con el ala anarquista radical separándose del resto. Tal vez el mejor resultado de esto sería que aunque los anarquistas continuarán sus acciones del tipo “día de rabia” y la agresión de la policía, harán que el ala Occupy Our Homes parezca más razonable y racional. En el mejor escenario, el ala más radical seguirá pavimentando rutas innovadoras para el futuro momento. Eso sería la cosa de vanguardia que hacer.
Finalmente, mire a la primavera para ver si otra ala emerge— las organizaciones de base existentes llevando grupos de acciones atadas a la misión de Occupy Our Homes pero con un tono más radical y confrontacional. Esto incluirá tal vez la perturbación más visible y sistemática de las reuniones de accionistas corporativos que se haya visto en nuestro país, así como otras acciones enfocadas en los grandes bancos en particular. No hay duda de que habrá algunos malos pasos, pero para que quede claro, la diferencia con este grupo de organizadores y acciones que explícitamente buscan enviar el mismo mensaje y metas de Occupy Our Homes y que implícitamente crean presión política y espacio a través de tácticas más marginales que legitimizan otros brazos del movimiento. Recientemente intentaba explicar la hibernación a mi hija de tres años. Le dije que los animales como los osos almacenan comida en el otoño, cavan y reúnen fuerza en el invierno y luego salen listos para la primavera.
El movimiento del 99 por ciento reunió gran voluntad pública y momento político en el otoño de 2011. Ahora, el movimiento está planificándose tranquilamente y reuniendo fuerza estratégica.
En la primavera, el activismo populista florecerá por Estados Unidos con una densidad y diversidad no escuchada en décadas. Va a ser una primavera muy caliente ciertamente.