por Brian Lamb
Director Global de Diversidad & Inclusión en JPMorgan Chase & Co
Durante el año pasado y hasta hace poco, hemos visto numerosos recordatorios de que el racismo sistémico trae consecuencias devastadoras para las personas, las familias y las comunidades. La pandemia de COVID-19 está arrasando a las comunidades negras y latinas en todo el país, impactando desproporcionadamente a la gente en estas comunidades a un ritmo mucho más alto que a los estadounidenses blancos, mientras deja un rastro de empleos perdidos y negocios cerrados de propiedad latina y negra a su paso. Esto, junto con la matanza de George Floyd y tantos otros, h a provocado una gran cantidad de apoyo corporativo para los latinos y afroamericanos en los últimos meses, y hemos visto numerosos ejemplos de empresas que se han movilizado para realizar cambios concretos en la forma en que hacen negocios en un esfuerzo por promover la equidad racial en todo el mundo. Siendo el banco más grande de los Estados Unidos, ya era hora de que JPMorgan Chase se hiciera cargo de su participación en la creación de oportunidades económicas e inclusión para comunidades que históricamente han sido marginadas.
El racismo sistémico es una parte trágica de la historia de Estados Unidos. Es un defecto congénito de nuestra sociedad que ha provocado diferencias raciales en prácticamente todos los ámbitos de la vida estadounidense, incluida la riqueza, la propiedad de una vivienda, los resultados educativos, la atención médica, las tasas de encarcelamiento y la esperanza de vida. Vidas reales se ven afectadas por estas brechas y es nuestra responsabilidad hacer algo al respecto, dado el papel de los bancos en la salud financiera de las comunidades a las que servimos. ¿CÓMO JPMORGAN CHASE ESTÁ COMBATIENDO LA DIVISIÓN DE RIQUEZA RACIAL? Durante los últimos meses, hemos revisado nuestras prácticas comerciales, productos y el papel que desempeñamos en las comunidades de este país para comprender los cambios que debemos realizar para abordar los principales impulsores de la división racial de la riqueza. Nos hemos centrado especialmente en desarrollar formas de ampliar los préstamos y viviendas asequibles, aumentar el crédito y el capital para las pequeñas empresas de propiedad de negros y mejorar el acceso a herramientas que ayudarán a las personas latinas y afroamericanas en estas comunidades a ahorrar dinero y encaminarse hacia una salud financiera sostenida. Este trabajo nos llevó a hacer un compromiso de $30 millones durante los próximos cinco años para brindar oportunidades económicas en comunidades desatendidas, con un enfoque especial en las comunidades latinas y afroamericanas. Estos compromisos incluyen préstamos, equidad y financiamiento directo para promover la propiedad de vivienda y viviendas asequibles. Nos hemos fijado el objetivo de generar 40.000 préstamos adicionales para la compra de viviendas para hogares latinos y afroamericanos. Para hacer esto, hemos comprometido $8 millones para hipotecas. También queremos que las comunidades desatendidas puedan aprovechar las tasas de interés históricamente bajas, y hemos comprometido $4 millones para ayudar a los hogares latinos y afroamericanos a refinanciar sus préstamos hipotecarios.