Déjenme decirles algo:
La Embajadora de la ONU, Nikki Haley, dijo el domingo 30 de julio – después de la elección para elegir la Constituyente en Venezuela, que “La falsa elección de Maduro es otro paso hacia la dictadura. No aceptaremos un gobierno ilegítimo. El pueblo venezolano y la democracia prevalecerán”. Seguido, el Presidente Trump impuso sanciones económicas contra Maduro y su administración.
Con una nueva asamblea constituyente el gobierno tendrá el poder de reescribir la constitución venezolana, y eso es lo que le preocupa a la oposición aliada a Washington.
Uno no tiene que ser socialista para expresar una opinión sobre un sistema que se hace llamar socialista. Yo no soy socialista, ni simpatizo con el socialismo, pues se que es un sistema de control sobre la gente y la economía por una corporación estatal materialista que suprime las libertades civiles.
Sin embargo, el caso de Venezuela, y después de tantas veces compartir panfletos en Facebook a favor de la oposición venezolana, encuentro que hay otra realidad que talvez muchos ignoran: y es que lo que realmente está en juego en esa patria bolivariana es la soberanía del petroleo, y no las caras bellas de sus Miss Universos.
¿Que le puede importar a Washington si la democracia no es perfecta o si no la hay en Venezuela o en otro país?
¿Acaso no es desde la Casa Blanca que se dan órdenes para bombardear naciones soberanas y asesinar a sus líderes cuando estos no obedecen las órdenes del Pentágono – a nombre de los carteles del petróleo?
No más fíjense en algunos países árabes que los EE.UU. apoya para no ir tan lejos, donde los crímenes de estado dejan mucho que decir. Donde no importan los derechos de las mujeres o las decapitaciones de sus críticos.
Sin embargo, los EE.UU., en vez de buscar un cambio de gobierno, les dan más armas, pues las companías de EE.UU. controlan el mercado de su petróleo.
Hay rumores que el calor se intensifica hacia una intervención y que un golpe podría estar por delante en esa nación caribeña.
Y no es que Maduro sea un santo, pero estoy llegando a la conclusión de que si él suelta las riendas del poder, a Venezuela le pasará cómo a México, donde el petróleo ya no es mexicano y ahora tienen que comprar la gasolina a los EE.UU. Creo que eso no le debe pasar a Venezuela.
Lo mejor sería que ambos lados se sentaran a negociar – sin intervención extranjera – y para empezar que el gobierno de Maduro libere el mercado de dólares para que la economía vuelva a su anterior curso. Pero que también subscriban un acuerdo constitucional que dicte que el petróleo de Venezuela NUNCA DEJARÁ DE SER PATRIMONIO VENEZOLANO – pase lo que pase, gobierne quien gobierne, y que ninguna Constitución pueda aceptar en su papel algo que permita que el petróleo sea controlado por intereses extranjeros, ni Wall Street, por supuesto.
Pero estoy seguro que los intereses petroleros de EE.UU. no quieren negociación, sino que se desate una guerra civil y la economía se desplome para que el país se vuelva ingobernable – y entonces llamar a los Marines para “proteger los intereses norteamericanos”. Aunque, esto último es menos probable, pues las fuerzas armadas venezolanas no han abandonado a Maduro, todavía.
Los grandes yacimientos petroleros venezolanos son ahora el objetivo de Washington, ya que en febrero de 2003 PDVSA (Petróleos de Venezuela, SA) fue convertida en empresa estatal. Y les duele que el petróleo venezolano se les haya ido de las manos y que Venezuela (no hace mucho) haya pagado su deuda. ¿O no es cierto?
De acuerdo con algunos cálculos, las reservas venezolanas deberían durar entre 100 y 150 años bajo condiciones de intensa explotación.
Se dice que el pago de la deuda de $2,500 millones y las bajas del crudo, han sido la causa de la escasés, pues el gobierno se ha visto forzado a mantener un recorte de importaciones de bienes básicos pese a la aguda recesión que vive el país desde hace tres años.
Y no dudo que la violencia y su causa hayan sido en su mayormente ingeniados. Y si lo dudan, hagan un poco de trabajo investigativo en el internet sobre cómo y que gobiernos la CIA ha tumbado a nivel mundial. Yo lo he hecho, y por eso no tengo dudas que eso es lo que está sucediendo en Venezuela.
Ha habido represión, ¿pero que gobierno no usa la fuerza cuando las protestas llegan a tal punto de querer colapsar al gobierno? Acaso no la hay en EE.UU., o en Nicaragua o en México mientras la prensa tradicional calla?
También han habido muchos errores y atropellos de parte del gobierno, especialmente en la falta de libertad mercantil que ha disparado la inflación y la escasés, pero detrás de ello, no dudo que son los petro-banqueros que quieren el caos.
A esos intereses no les parece bien que un país ‘subdesarrollado’ tenga tanto poder económico y no pueda ser contralado.
Por lo tanto, considero no se deben ir de boca creyéndole a los noticieros tradicionales, pues ellos están siguiendo un guión para que haya guerra.
¿Recuerdan la frase célèbre de William Randolph Hearst?
Entre los empleados de Hearst estaba el famoso ilustrador Frederic Remington.
En 1897, Remington se aburría mucho por la falta de algo noticiable en Cuba y telegrafió a Hearst, “Todo tranquilo. No hay problemas aquí. No habrá guerra. Deseo volver”.
En respuesta al mensaje de Remington, Hearst contestó, “permanezca por favor. Proporcioná las fotos y yo proveeré la guerra”.
Menos de tres semanas después, el buque estadounidense USS Maine explotó en el puerto de La Habana. La causa de la explosión que cobró 274 vidas sigue siendo un misterio.
Sea cual fuere su verdadera causa, Hearst determinó que el hundimiento del Maine fue el resultado de la traición española y su periódico publicó vigorosamente historias que ayudaron a crear y fomentar el sentimiento americano antiespañol.
Dentro de tres meses, Estados Unidos estaba en guerra con España en lo que se conoció como la guerra EE.UU-España.
Nunca antes de eso los medios habían demostrado tener efectos tan inmediatos y de largo alcance.
Les dejo este enlace con un artículo (en ingles) bien analizado sobre la polémica venezolana.
Venezuela: Reactionary Coup in the Making, Media Disinformation, The Attitude of the Left
– Vale, Marvin Ramírez