por Marvin Ramírez
Era el final de una tarde tibia, y el inicio de una noche fría a las 6 p.m. aproximadamente el lunes 23 de noviembre.
Elvita Flamenco, dueña de la joyería Elvita’s Jewelry, quien estaba acompañada por su hija Sandy Flamenco y rodeada de varios dueños de la tienda con quienes comparte las instalaciones, acababa de comprar mercancía en oro para prepararse par alas ventas de Navidad, que la harían recuperar lo perdido en el negocio, durante el mal momento económico de este año.
Quedaba una hora para que se fuera a casa, cuando la paz fue interrumpida por dos hombres con capuchas negras que cubrían sus caras, blandiendo sus armas, y ordenándoles a todos quedarse quietos en el negocio.
“No se muevan”, dijo el hombre varias veces, mientras apuntaba su pistola a todos alrededor, mientras uno de ellos saltó sobre el mostrador en Elvita’s Jewelry, llevándose todo lo que podía.
Con la valentía de un guerrero, la mayor de las Flamenco se lanzó sobre el hombre armado, quien estaba rápidamente llenando un contenedor con todo lo que podía, mientras el otro evitaba que el resto se moviera.
Mientras se colgaba del hombre armado, el otro vino en su rescate, golpeando a Flamenco con su arma, logrando impedir que los ladrones se llevaran más.
Tras la lucha, que envió a Flamenco al suelo, y los ladrones con una poca cantidad de joyas, los dos hombres corrieron hacia la Calle 22 y se dirigieron a pie hacia Capp para perderse de un determinado comerciante vecino, que seguía a los hombres en su auto. Los perdió en Capp y la Calle 24. A Flamenco, quien fue trasladada al hospital en ambulancia, le pusieron tres puntos en su cabeza.
En julio pasado, la joyería La Guadalupana, a tres tiendas de Elvita’s, fue atacada posiblemente por los mismos hombres armados y más recientemente Tere’s Jewelry el 22 en Calle Misión, también fue visitada por ladrones, aunque no lograron llevarse nada. JJ Jewelry en la Calle 24, fue otra joyería fue atacada estos días. Todos estos robos ocurrieron casi al mismo tiempo al día.
La declaración de la policía para los comerciantes fue, según Jorge Linares de La Guadalupana, “hay mucho que la policía puede hacer… uno debe buscarse su propia protección”.