por Diario de Noticias de México
El Instituto Nacional de Migración (INM) de México suspendió las deportaciones de migrantes indocumentados por falta de recursos, luego de un año de tránsito récord de migrantes por el país.
El titular del INM, Francisco Garduño, ordenó la suspensión el 1 de diciembre, en un memorando interno que fue visto y verificado por Associated Press y luego por medios mexicanos.
En las ciudades fronterizas del norte de México, el periódico Milenio habló con varios funcionarios que confirmaron el cese de las deportaciones y agregaron que los guardias fronterizos mexicanos ya ni siquiera se acercan a personas que parecen ser migrantes.
“Es responsabilidad del gobierno federal [de México] abordar el tema migratorio”, dijo Oscar Ibáñez, representante del gobernador de Chihuahua en Ciudad Juárez. «Es necesario asignar recursos en el presupuesto y esta falta de recursos debe declararse una crisis».
Varios funcionarios expresaron su alarma de que el cese de las deportaciones provocaría llegadas de inmigrantes aún mayores a la frontera norte y posibles cierres de puentes internacionales hacia Estados Unidos. El estado de Texas y la Oficina de Aduanas y Patrulla Fronteriza (CBP) de Estados Unidos ya ordenaron varios cierres de cruces fronterizos este año, lo que provocó grandes pérdidas financieras. En Piedras Negras, Coahuila, el Puente Internacional Eagle Pass lleva más de una semana cerrado.
“No hay intención en la Aduana de reabrir el puente”, dijo a Milenio un funcionario del INM. “Cada día llegan unas 2,000 personas que quieren cruzar la frontera”.
Mientras tanto, la suspensión de las deportaciones ha dejado en el limbo a miles de migrantes que ya han recibido órdenes de deportación, una situación exacerbada por el cierre de muchos refugios para migrantes financiados con fondos públicos.
“Estas son personas desesperadas que quisieran regresar a sus países de origen, pero ya no hay recursos federales”, dijo Gladys Cañas, representante de una organización pro-migrantes en Matamoros, Tamaulipas, donde se estima que unos 3,000 migrantes están varados.
El gobierno de México había estado trasladando con frecuencia a migrantes desde puntos del norte cerca de la frontera con Estados Unidos hacia lugares en el sur, en parte para aliviar la presión sobre las ciudades fronterizas, pero también para agotar a los migrantes, según sus defensores.
México ya ha deportado muchos menos inmigrantes este año que en los últimos años. De enero a octubre, el gobierno deportó a 51,000 inmigrantes, frente a casi 122,000 en todo el año pasado y más de 130,000 en 2021.
Las deportaciones habían disminuido vertiginosamente en abril tras un incendio en un centro de detención de migrantes en Ciudad Juárez, al otro lado de la frontera con El Paso, Texas.
Las deportaciones acababan de aumentar nuevamente en octubre, cuando México comenzó a enviar inmigrantes de regreso a sus países, incluidos vuelos a Cuba y Venezuela.
El INM tiene un presupuesto de 1,700 millones de pesos (98 millones de dólares) para 2023. Los legisladores han pedido aumentarlo a 1,900 millones de pesos (109 millones de dólares) para 2024, dadas las históricas llegadas de migrantes de este año.
En los primeros diez meses del año, 588,626 migrantes fueron detenidos en México, un 25 por ciento más que en todo 2022 y un 90 por ciento más que en todo 2021. Se espera que las solicitudes de asilo lleguen a al menos 140,000 para fin de año. – 15 por ciento más que el récord de 130,000 establecido en 2021. Los venezolanos constituyen una gran proporción de estos migrantes, y muchos de ellos son niños.
Con la suspensión de la financiación, “es probable que México dependa más de los soldados de la Guardia Nacional para la gestión de la migración, una misión que apenas están preparados para cumplir”, dijo Adam Isacson, analista de inmigración de la Oficina de Washington para América Latina.
Estas cifras sin precedentes están causando una enorme tensión no sólo en las ciudades fronterizas del norte de México, sino también más al sur. Los refugios para migrantes desbordados en Ciudad de México han obligado a muchos migrantes a dormir en las calles, mientras que un número creciente de migrantes se está trasladando a las ciudades turísticas del sur de México en busca de trabajo.
Diana Chavolla, directora de un albergue para migrantes en Oaxaca, dijo a Milenio que esperaba que la suspensión de las deportaciones aumentara los flujos migratorios hasta en un 60 por ciento.
“Sin recursos, los agentes del INM no pueden realizar operativos”, afirmó. «Esperemos que esto no se salga de control».
Con informes de Milenio y Animal Político.
