por el equipo de El Reportero
Mientras Donald Trump se prepara para su regreso a la presidencia, México trabaja en un acuerdo para limitar la cantidad de deportados de terceros países que podría recibir desde Estados Unidos. La presidenta mexicana Claudia Sheinbaum confirmó esto durante una conferencia de prensa el jueves, expresando su esperanza de construir sobre los acuerdos ya establecidos con la administración de Biden.
“Estamos en solidaridad con todos, pero nuestra principal responsabilidad es con nuestros propios ciudadanos”, declaró Sheinbaum, enfatizando la disposición de México para negociar con la administración de Trump. “Esperamos lograr un acuerdo que permita que los deportados sean enviados directamente a sus países de origen.”
Para abordar las posibles deportaciones masivas, Sheinbaum señaló que su administración está coordinándose con los gobernadores de los estados fronterizos, incluyendo Baja California, Sonora, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas. Estas conversaciones buscan preparar a México para la posibilidad de recibir un gran número de compatriotas repatriados.
“Nos estamos preparando para cualquier escenario,” destacó, “y aunque esperamos que dichas deportaciones no ocurran, debemos estar listos para recibir a nuestros compatriotas.”
Karoline Leavitt, portavoz del equipo de transición de Trump, subrayó la postura firme de la próxima administración sobre la inmigración. “El presidente electo Trump tiene el mandato de asegurar la frontera, deportar a individuos peligrosos y garantizar la seguridad pública,” dijo Leavitt en una declaración a CNN. “Cumplirá con ese compromiso.”
Sheinbaum y Trump sostuvieron recientemente una conversación sobre temas fronterizos y la crisis del fentanilo, la cual ambos líderes describieron de manera positiva. En X, Sheinbaum calificó la llamada como “excelente,” mientras que Trump afirmó en Truth Social que México había acordado frenar la migración a través de su territorio. Sheinbaum desmintió rápidamente esta afirmación.
“Nunca hemos propuesto cerrar la frontera,” afirmó Sheinbaum. “Esa no es nuestra postura ni estamos de acuerdo con ello. Cada quien tiene su manera de comunicarse, pero les aseguro que esto nunca ha sido parte de nuestras discusiones.”
Este marca el primer gran contacto entre Sheinbaum y Trump desde que este último anunció planes de imponer aranceles a productos mexicanos en represalia por la inmigración ilegal. Aunque Sheinbaum ha expresado estar lista para contrarrestar cualquier medida económica con aranceles recíprocos, su administración se mantiene enfocada en soluciones colaborativas.
México también ha intensificado sus esfuerzos para abordar la seguridad fronteriza y el narcotráfico. Esta semana, las autoridades mexicanas anunciaron el mayor decomiso de fentanilo en la historia del país, recuperando más de una tonelada de este opioide sintético en Sinaloa. Además, datos revelaron que las autoridades mexicanas han detenido un promedio de 5,200 migrantes al día desde que Sheinbaum asumió el cargo el 1 de octubre.
La crisis migratoria en la frontera entre Estados Unidos y México continúa evolucionando, con migrantes de Centro y Sudamérica, así como de países como Venezuela, Cuba e, incluso, China, intentando cruzar hacia Estados Unidos. La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos informó más de medio millón de encuentros con migrantes centroamericanos solo en 2022.
En otro punto de América Latina, Panamá ha rechazado preventivamente la posibilidad de aceptar deportados de origen no panameño. El Ministerio de Relaciones Exteriores de Panamá emitió un comunicado enfatizando la adhesión del país al derecho internacional y su compromiso con la protección de los intereses nacionales.
“No estamos obligados a aceptar deportados no panameños,” afirmó el ministerio. “Nuestra política exterior prioriza el respeto mutuo y el bienestar de Panamá.”
La crisis migratoria y fronteriza sigue siendo uno de los temas más urgentes para la región. Tanto México como sus vecinos navegan los complejos desafíos del derecho internacional, las obligaciones humanitarias y los intereses domésticos, mientras se preparan para cambios significativos en las políticas migratorias de Estados Unidos bajo la próxima administración de Trump.
– Basado en reportes de Abel Alvarado, CNN, y otras fuentes adicionales, incluyendo el Ministerio de Relaciones Exteriores de Panamá.