[Author]by Julie Chao[/Author]
¿Alguna vez has entrado a una habitación de hotel que olía a humo de cigarro rancio? A pesar de que hayan pasado horas o incluso días desde que el último fumador haya dejado la habitación, los olores persistentes, que resultan de residuos nocivos adheridos a las paredes, alfombras, muebles o partículas de polvo, se encuentran gracias al humo de tercera mano.
Los científicos del Lawrence Berkeley National Laboratory del Departamento de Energía de los EUA, que han hecho importantes hallazgos sobre los peligros del humo de tercera mano y cómo se adhiere firmemente a las superficies interiores, han publicado un nuevo estudio valorando los efectos en la salud de los componentes presentes en el humo de tercera mano en el aire interior. Mirando los niveles de más de 50 compuestos orgánicos volátiles (COV) y partículas que quedan en el aire durante 18 horas después de que se haya fumado, encontraron que el humo de tercera mano sigue teniendo efectos dañinos en la salud por muchas horas después de que se haya apagado el cigarro.
“En los EUA, el hogar es ahora donde los no-fumadores están más expuestos al humo pasivo y de tercera mano. El objetivo de nuestro estudio es proporcionar información que respalde efectivas medidas protectoras en la casa. El daño se puede medir incluso varias horas después de que se acabe de fumar”, dice Hugo Destaillats, químico y autor principal del estudio. “Muchos fumadores saben que el humo pasivo perjudica, por tanto no fuman cuando sus hijos estén presentes. Pero si, por ejemplo, dejan de fumar a las 2 de la tarde y sus hijos llegan a casa a las 4, nuestros estudios nos demuestran que hasta el 60 por ciento del daño de aspirar el humo de tercera mano perdura”.
Su estudio, “Inhalable Constituents of Third-hand Tobacco Smoke: Chemical Characterization and Health Impact Considerations” (Los componentes aspirables del humo de tabaco de tercera mano: la caracterización química y reflexiones sobre el impacto en la salud), se ha publicado por Internet en el diario Environmental Science & Technology.
El equipo del Berkeley Lab ha hecho estudios previos que establecían la formación de componentes perjudiciales en el humo de tercera mano por la reacción de la nicotina con el ácido nitroso interior, demostrando que la nicotina puede reaccionar con el ozono para formar partículas ultra-finas potencialmente perjudiciales, y encontraron que el humo de tercera mano puede causar daño genético en las células humanas. Estos estudios se centraron principalmente en los contaminantes químicos adheridos a las superficies interiores, que pasan al cuerpo humano por absorción dérmica o ingestión de polvo. El nuevo estudio se centra en un tercer tipo de exposición, la inhalación. El estudio demuestra que esta ruta de exposición también es importante, incluso después de que se haya desvanecido el humo.
El equipo recogió datos de dos ambientes: uno era una cámara, del tamaño de un cuarto, en el Berkeley Lab, donde máquinas fumaban seis cigarros y donde se controlaron los niveles de materia en partículas y 58 COV durante un periodo de envejecimiento de 18 horas; el segundo era la casa de un fumador, en la que las mediciones en el campo se hicieron 8 horas después de que se fumara el último cigarro.
El estudio encontró que el daño total integrado aumenta pronunciadamente en las primeras cinco horas después de que se haya fumado un cigarro, continua aumentando durante cinco horas más, y no empieza a estabilizarse hasta después de 10 horas.
“Clasificamos el daño a la salud según cada uno de los contaminantes para los cuales teníamos datos”, dijo Logue. “Encontramos que la materia en partículas, o PM2.5, era la causa del 90 por ciento del daño a la salud”.
PM2.5, o partículas que tienen menos de 2.5 micrómetros de diámetro, pueden ser inhaladas profundamente por los pulmones y pueden causar graves problemas de salud. El estudio identificó también los COV de tabaco que tenían más impacto en la salud, algunos de ellos sobrepasaban las concentraciones que el estado de California considera perjudiciales durante un periodo de 18 horas.
Los investigadores advierten de que este era un estudio inicial de delimitación, para el que tuvieron que depender de datos de salud disponibles sobre partículas de aire exterior. Fuentes exteriores comunes incluyen gases de escape de vehículos, incendios forestales, y quema de combustibles. “Las partículas de tabaco tienen una composición diferente a las partículas de aire exterior, pero hay similitudes químicas”, dijo Gundel.
Otro propósito del estudio era entender mejor la transición entre humo pasivo y humo de tercera mano. Dependiendo de los criterios usados, se pronostica que el daño en la salud causado por el humo de tercera mano puede ser de entre el 5 por ciento y el 60 por ciento del total del daño. “La mayor parte del daño que se atribuye al humo pasivo puede ser debido al humo de tercera mano”, dijo Gundel. “Debido a que la transición del uno al otro es gradual, aún no sabemos cuáles son los efectos crónicos del humo de tercera mano”. UC Newsroom.