¿Es possible el muro?
por Josh Siegel
Cuando Donald Trump asuma la presidencia en enero, tendrá la autoridad para reformular dramáticamente la política de inmigración.
Mientras Trump necesita el apoyo del Congreso para conseguir dinero para financiar su mayor promesa de campaña —construir un muro a través de la frontera sur—, puede actuar por sí mismo en otras áreas, como lo ha hecho el presidente Obama, para decidir cómo aplicar la ley migratoria.
“El presidente tiene suficiente autoridad ejecutiva y discrecionalidad para hacer cumplir la ley como le plazca”, dijo David Leopold, abogado de inmigración y ex presidente de la Asociación de Abogados Norteamericanos de Inmigración. “Hay mucha discrecionalidad en la política migratoria”.
Cómo Trump Puede Actuar Solo
En diversas entrevistas con The Daily Signal, Leopold y otros expertos describieron cómoTrump puede realizar sus distintas promesas en cuanto a la revisión de su política migratoria.
Trump puede emprender acciones inmediatas por sí mismo, comenzando con la cancelación del programa de Obama de Acción Diferida para Llegadas de Niños, o DACA, que ha brindado protección a la deportación y permiso de trabajo a los cerca de 800,000 inmigrantes que llegaron como niños ilegalmente a los Estados Unidos.
El programa garantiza la protección por dos años, después de los cuales los beneficiarios pueden aplicar de nuevo. Los nuevos aplicantes aún pueden buscar la protección de DACA a través de los Servicios de Ciudadanía e Inmigración del Departamento de Seguridad de la Patria de los Estados Unidos (USCIS).
“Una de las preguntas es si va a suspender [DACA] de inmediato, o dejar que el programa continúe de forma que cuando la protección expire, no permita renovarla”, dijo Faye Hipsman, analista político del Instituto de Política Migratoria. “USCIS aún está recibiendo aplicaciones de DACA de primera vez, de forma que ocurriría de manera progresiva y escalonada”.
Trump también podría cancelar de forma permanente un programa más amplio de Obama, el cual hace a más gente elegible para la protección de DACA, al tiempo que extiende el estatus legal para incluir a los familiares de ciudadanos o residentes legales. La Suprema Corte ha bloqueado ese programa.
Además, Trump, si así lo desea, puede cambiar las prioridades del Departamento de Seguridad de la Patria en cuanto a quiénes busca deportar.
La administración Obama pidió a Inmigración y Aduanas (ICE), la agencia que maneja la mayoría de las deportaciones, enfocar sus recursos en aquellos que sean considerados una amenaza a la seguridad pública, o que serán convictos de crímenes, por lo general un delito grave.
Otras prioridades para la deportación incluyen individuos condenados por múltiples faltas, y llegadas recientes de ilegales posteriores al 1 de enero de 2014.
“En este momento, la forma en que la administración Obama lo está manejando es que, al menos que usted sea una prioridad, no iremos activamente tras usted. Trump puede echarlo abajo”, dijo Theresa Cardinal Brown, directora de política migratoria del Centro de Política Bipartidista, y ex asesora política en el Departamento de Seguridad de la Patria.
Luego de haber llamado a deportaciones masivas al inicio de su campaña, Trump dio marcha atrás para decir que va a enfocarse en los inmigrantes ilegales con antecedentes criminales.
“En gran medida, la seguridad de la frontera es uno de los cinco temas principales a los que dirigirá sus esfuerzos al asumir el cargo”, dijo Jessica Vaughan, del Centro de Estudios de Inmigración.
En busca de la ayuda del Congreso
Trump necesitaría la cooperación del Congreso para su propuesta firmada: terminar la construcción de un muro a lo largo de la frontera sur.
Probablemente, el mecanismo de seguridad de la frontera que el Congreso apoyaría no tendrá la forma de una pared de ladrillo y mortero como la describió Trump, sino de una cerca extendida.
Los expertos de inmigración dicen que los Estados Unidos han gastado billones en los años recientes con el fin de cercar alrededor de un tercio de la frontera.
El próximo presidente tiene la templanza para terminar ese trabajo.
En 2006 el Congreso, controlado por los republicanos, aprobó la Ley de Cerca Segura, la cual autorizaba 700 millas de cerca adicional a través de la frontera con México. El presidente George W. Bush firmó la ley. Sin embargo, más tarde su administración impulsó una enmienda de la iniciativa, que dotaba de discrecionalidad al gobierno para determinar qué tipo de cerca sería apropiada en las diferentes áreas de la frontera, dependiendo de las restricciones ambientales y de uso de suelo.
Como resultado de la enmienda, la mayor parte de la cerca erigida por la ley fueron barreras vehiculares —diseñadas para detener vehículos más que personas—, y una sola capa de vallas peatonales. La ley original dictaba una cerca de doble capa. Los intentos subsecuentes de los republicanos para una capa doble fallaron.
“Dependiendo del tipo infraestructura que desee, [Trump] posiblemente ya tiene la autorización para hacerlo”, dijo Brown. “Sólo necesita al Congreso para conseguir el dinero”.
De igual modo, el Congreso tendría que aprobar el financiamiento de otra de las mayores propuestas de Trump: triplicar el número de los agentes ICE enfocados en deportar inmigrantes que viven ilegalmente en el país.
Brown sostiene que los costos de personal ya ocupan el 80 o 90 por ciento del presupuesto de ICE y de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), la agencia que protege la frontera.
La patrulla fronteriza, por su parte, ha enfrentado retos que cumplen con los objetivos de contratación ordenados por el Congreso.
Los republicanos en el Congreso que comparten las posiciones de línea dura de Trump frente a la inmigración dicen que dan la bienvenida a sus planes, a pesar de que ciertamente costarán mucho dinero.
“Me parece que la conferencia republicana comprende que hemos tenido una elección histórica, de forma que hay un nuevo mandato para componer las cosas en lo relativo a la inmigración”, dijo el republicano Dave Brat, R-Va, en una entrevista con The Daily Signal. “Fue una de las grandes causas de Trump, y una de las que yo he enarbolado. El dinero es importante. Miren a Francia y Alemania. Si no aseguran las fronteras, pierden todo el país”.
Bret Baier, de Fox News, le preguntó al representante de la Cámara, Paul Ryan, R-Wis., quien se reunió con Trump el jueves, si apoya la construcción de un muro abocado sólo a “barreras físicas”.
“Estoy a favor de asegurar la frontera”, dijo Ryan. “Y creo que necesitamos tener barreras físicas en la frontera. Dejaré a los expertos la respuesta de cuál es la manera de asegurar realmente la frontera”.
El líder de mayoría en el Senado Mitch McConnell, R-Ky., está menos comprometido en cuanto a si apoyará el pago de un muro fronterizo.
Al hablar el miércoles con los reporteros, McConnell no respondió directamente las preguntas referentes a su apoyo a la propuesta de Trump.
Pero a pesar del control republicano de la Cámara y el Senado, los planes de Trump de seguridad de la frontera necesitan la aprobación del Congreso y, seguramente, serán rechazados por los demócratas. En el Senado, los demócratas tienen todavía el poder de un filibustero para bloquear la legislación.
“Si la aplicación de la ley es su principal impulso, los demócratas se opondrán, al menos que la legalización sea parte de la conversación”, dijo Brown. Ése a ha sido durante años el quid pro quo de la inmigración.
Más propuestas de Trump
Junto con sus propuestas prominentes, Trump también ha pedido el castigo de las llamadas ciudades santuarios que limitan su cooperación con las autoridades federales de inmigración.
Trump podría retener la financiación federal a esas ciudades, pero para eso necesitaría el apoyo del Congreso.
El presidente electo no ha limitado sus planes a la inmigración ilegal.
Él dice que reducirá los niveles de inmigración legal, un paso que requeriría la aprobación del Congreso.
Y Trump dice que va a suspender la inmigración de países que están “comprometidos con el terrorismo”, aunque no ha aclarado de qué países de trata.