miércoles, julio 17, 2024
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Lo que los doctores no le dirán a sus pacientes con cáncer sobre el jarabe de maíz con alta fructosa

por Jenny Thompson The Health Science Institute

Un investigador de California ha llamado al gobierno federal a “dar un paso atrás respecto de la cantidad de jarabe de maíz con alta fructosa en nuestras dietas”.

Correcto. Lo puedo ver ahora: Los agentes federales HFCS que recorren los pasillos de las tiendas y las máquinas de refrescos donde aconsejarán a los consumidores reducir su  consumo de HFCS.

O tal vez este investigador, el Dr. Anthony Heaney de UCLA, tiene otra cosa en mente. Tal vez está consciente de que el gobierno de EE.UU. ha contribuido generosamente al boom de HFCS al imponer altas tarifas para desalentar las importaciones de azúcar, al mismo tiempo que subsidia a las granjas que producen la materia prima para HFCS: el maíz.

En cualquier caso, el Dr. Heaney sólo quiere ayudar a que los pacientes con cáncer vivan más tiempo.

No se puede pelear contra eso.

Cáncer 101

Cuando el Dr. Heaney y su equipo de UCLA recientemente expusieron células de cáncer al páncreas a la fructosa, descubrieron que la fructosa generó un importante aumento de las células malignas.

En el diario Cancer Research, escribieron, “Estos descubrimientos muestran que las células cancerígenas están listas para metabolizar la fructosa para aumentar la proliferación”. Incluso peor, creen que la fructosa puede tener este efecto en otros tipos de células cancerígenas, no sólo el cáncer al páncreas.

Claro que la Asociación de Refinadores de Maíz inmediatamente respondió con un comunicado de prensa, calificando las conclusiones del estudio  de UCLA como “prematuras”.

Es justo. Después de todo, era un estudio de laboratorio, y lo que ocurre en un plato de Petri puede ser muy diferente de lo que ocurre en el cuerpo.

Sin embargo, estoy dispuesta a apostar de que una mayor investigación mostrará que la fructosa sí juega un tipo de rol en la proliferación de células cancerígenas. Por dos razones: 1) La toma de HFCS ya ha sido ligada a un mayor riesgo de cáncer al páncreas, y 2) Todo es sobre el azúcar, que es 50 por ciento fructosa y 50 por ciento glucosa.

Hace unos 80 años, el alemán Otto Warburg, Ph.D., demostró que la glucosa es un potente combustible para el crecimiento de las células cancerígenas. Y no era una teoría alocada. Era una prueba. Y le valió al Dr. Warburg un Premio Nobel.

Por décadas, la comunidad médica ha estado consciente del peligro para los pacientes con cáncer que consumen alimentos con azúcar agregada y carbohidratos refinados simples. Por lo tanto por cada paciente con cáncer, este consejo  debiera ser considerado Cáncer 101: Aléjese de estos alimentos, y restrinja su consumo lo más posible.

Respecto del jarabe de maíz con alta fructosa, si tiene cáncer, no le puede hacer mal evitarlo completamente. Y si no tiene cáncer…bueno, no le puede hacer mal evitarlo completamente!

Pero independiente de lo que haga, no espere a que el gobierno sueñe con un programa burocrático Rube Goldberg diseñado para hacernos disminuir nuestra toma de HFCS.

 

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