El Gran Remate de Libros, Discos y Películas vuelve con fuerza y promueve el derecho a la cultura para todos
por el equipo de El Reportero
La Ciudad de México volvió a convertirse en un gran foro cultural gracias a la edición número 19 del Gran Remate de Libros, Discos y Películas, un evento esperado por miles de capitalinos que buscan acceder a la literatura, el cine y la música a precios accesibles. Realizado durante cinco días en el Monumento a la Revolución, este encuentro cultural reunió a cerca de 200 expositores y ofreció un abanico impresionante de contenidos para todos los gustos, edades e intereses.
Organizado por la Secretaría de Cultura de la capital, el remate tuvo como objetivo principal garantizar el derecho a la cultura y combatir el rezago de materiales almacenados por editoriales, distribuidoras y tiendas especializadas. Lejos de limitarse a saldos o títulos pasados de moda, el evento sorprendió con una selección ecléctica y de gran valor: desde clásicos de la literatura universal hasta libros de cocina, ciencia, historia y filosofía; desde discos compactos de trova latinoamericana hasta vinilos de jazz, rock y música clásica; y desde películas de arte hasta cine mexicano contemporáneo.
Los asistentes —muchos de ellos jóvenes, estudiantes, familias completas y coleccionistas— encontraron ediciones únicas, libros agotados y material de difícil acceso en librerías convencionales. Todo ello con descuentos que alcanzaron el 80 por ciento, lo que convirtió al remate no solo en una fiesta del conocimiento, sino también en una oportunidad económica para fomentar el hábito de la lectura, la apreciación musical y el disfrute del cine.
Uno de los grandes aciertos de esta edición fue su enfoque incluyente y accesible. Hubo actividades complementarias como lecturas públicas, presentaciones de libros, firmas de autores y conciertos breves, que convirtieron al evento en una experiencia cultural completa. Además, la presencia de sellos independientes y editoriales alternativas dio visibilidad a nuevas voces, enfoques críticos y propuestas frescas que normalmente no encuentran espacio en las grandes cadenas comerciales.
En un país donde el promedio de lectura es de 3.9 libros al año por persona, según datos del INEGI, iniciativas como el Gran Remate resultan vitales para revertir esa tendencia. Pero más allá de cifras, el evento refuerza la idea de que el acceso a la cultura no debe ser un privilegio sino un derecho garantizado por el Estado, una visión que ha impulsado la Ciudad de México mediante políticas que favorecen la descentralización cultural y el fortalecimiento del consumo local.
Así, entre libros de segunda mano, novedades editoriales, cintas de culto y discos entrañables, miles de personas hicieron suyo un espacio público convertido en mercado de saberes y emociones. Y aunque el evento concluyó, su impacto continúa: muchos lectores iniciaron o completaron colecciones, descubrieron autores desconocidos o simplemente encontraron un motivo más para amar el arte.
El Gran Remate demuestra que cuando se abren las puertas del acceso cultural, la ciudadanía responde con entusiasmo y demuestra que la cultura, lejos de ser un lujo, es una necesidad esencial.