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Después de tres décadas de no aparecer en los escenarios de EE.UU., la leyenda cubana Silvio Rodríguez pronto estará de regreso en el Teatro de las Artes Paramount en Oakland, California, y en Nueva York para tocar en el Carnegie Hall el 11 de junio.
Rodríguez, ahora de 63 años, ha sido una especie de galardonado poeta folklórico de la revolución de Fidel Castro en los años recientes, presentándose en importantes eventos oficiales e incluso sirviendo en el parlamento cubano durante un tiempo, aunque muchos lo admiran por sus emotivas letras y encantadoras melodías.
Rodríguez permanece firmemente del lado del sistema socialista que construyó Castro, pero su álbum más reciente sugiere que debe haber ajustes si es que quiere sobrevivir.
“Contra el desencanto, ofrece esperanza”, canta en el álbum “Segunda Cita”, que fue lanzado en marzo.
“Sobreponerse a la ‘r’ de revolución” sigue la canción— aludiendo al levantamiento que llevó a Castro al poder el Día de Año Nuevo de 1959, y a casi todo lo que ha ocurrido en Cuba desde entonces.
“Si no cambiamos, ellos van a cambiarnos”, Rodríguez escribió en respuesta a preguntas escritas de The Associated Press, “y eso no es lo que yo quiero que le ocurra a mi país”.
Agregó que, “Espero que la evolución nos lleve, como dice el ángel en la canción, justo en el cruce de caminos donde tomamos la decisión incorrecta y lo rectifi camos”.
Es una crítica ligera en cualquier caso— y Rodríguez fue evasivo cuando se le pidió dar más luces respecto de lo que quería decir.
También leyó una declaración defendiendo al gobierno cubano— pero no cantó— durante un reciente “Concierto por la Patria” en La Habana.
Y se sumergió en un debate inusual, público, con uno de los principales críticos del gobierno de Castro, Carlos Alberto Montaner — que sin embargo elevó las cejas en Cuba y en el extranjero por el simple hecho de que Rodríguez replicaría al disidente. Los medios ofi ciales de Cuba describen a Montaner como un agente de la CIA.
Rodríguez ha algunas veces abordado temas espinosos, incómodos para el gobierno, pero canciones como “Playa Giron”, una denuncia a la invasión norteamericana de Bahía Cochinos, se han convertido en un himno de la revolución e incluso sus pequeños golpecitos a un sistema comunista de un partido vienen como sorpresa.
Un desacuerdo más fuerte ha provenido de otros miembros del movimiento cubano Nueva Trova en los meses recientes— al menos durante giras en el extranjero.
El cantante de folk Carlos Varela dijo a una estación de televisión de Miami la semana pasada que admiraba a las Damas de Blanco, un grupo de apoyo para las viudas y madres de los prisioneros políticos cubanos, que el gobierno califi ca de blanco de burlas pagadas de Washington.
Varela dijo que pensaba que era “fantástico” que las miembros del grupo hayan sido nominadas para el Premio Nobel de la Paz. También denunció rotundamente los “actos de repudio” de partidarios del gobierno, quienes rodearon a las Damas y les gritaron insultos por horas varias veces durante las últimas semanas.
En marzo, otro importante cantante cubano folk, Pablo Milanés, defendió la huelga de hambre realizada por un disidente cubano, quien exige la liberación de prisioneros políticos y dijo al periódico español El Mundo que los envejecidos líderes cubanos “están estancados en el tiempo”.
Rodríguez y Milanés apenas se hablan. Pero a ellos y Varela se les permite viajar libremente al extranjero, a diferencia de muchos cubanos comunes y corrientes— para quienes obtener permiso para viajar al extranjero es costoso y difícil de obtener.
Citando un ejemplo de políticas erróneas en sus comentarios a AP, Rodríguez mencionó la “ofensiva revolucionaria” de 1968, cuando el gobierno nacionalizó a todas las empresas, asiéndose con todo desde elegantes tiendas de departamentos hasta fuentes de soda.
Rodríguez es considerado por muchos como el Bob Dylan de América Latina, y él y Milanes son miembros fundadores de “Nueva Trova”, que combinó música con política revolucionaria.
Rodríguez también planea realizar presentaciones en San Francisco, Chicago, Los Ángeles y Puerto Rico.
Recordó su última interpretación en Nueva York en 1978, cuando cantó en un teatro en Broadway. (Associated Press y Reuters contribuyeron con este S informe).