por Hispanic Link News Service
WASHINGTON, D.C. – El partido republicano en la Florida ha pasado por un trastorno importante en las últimas semanas, en parte por una contienda de primaria competitiva entre el gobernador titular Charlie Crist y Marco Rubio, cubano-americano, ex presidente del Senado Estatal de Florida, en una campaña por el escaño abierto del estado en el Senado Estadounidense. El escaño lo ocupó previamente el republicano Mel Martínez, quien dimitió el verano pasado.
El dos de enero, controvertido presidente del partido republicano de Florida, Jim Greer, fue obligado a dimitir frente a crecientes críticas de donantes prominentes y el ala conservador del partido. Greer había atraído las críticas por optar por candidatos en las primarias queriendo dejar campo abierto para sus candidatos preferidos.
Los que apoyan al inamoviblemente republicano Rubio quedaron particularmente molestos con la cercanía entre Greer y Crist, a quien muchos conservadores perciben como muy moderado para llevarles el estandarte en la campaña por el Senado. Crist seleccionó específicamente a Greer para servir de presidente del partido hace más de tres años y Greer ha sido un hincha vociferante de la campaña del gobernador por el Senado.
Greer repetidamente ha sobrevivido otros intentos de derrocarlo como presidente del partido, y se percibe que su dimisión es una señal de la fuerza creciente de la campaña de Rubio. Originalmente se tachó a Rubio de una insurgencia menor con pocas posibilidades contra el extremadamente bien financiado y popular Crist.
No obstante, la historia del gobernador en tomar posiciones políticas moderadas, la más reciente en apoyo al estímulo económico del presidente Obama, ha enfurecido a muchos conservadores, quienes han puesto su apoyo en Rubio.
Carismático y fotogénico, Rubio, de 39 años, está considerado un posible dirigente futuro del partido republicano por muchos conservadores a nivel nacional. Su posiciones sobre temas como el aborto, los impuestos y los derechos de la Segunda Enmienda le han ganado elogio y respaldo de muchas figuras y organizaciones de derechas, incluyendo al senador por Carolina del Sur, Jim DeMint, y el Club for Growth, un grupo pro empresas que tiene un historial de éxitos en su respaldo de candidatos insurgentes a las primarias republicanas.
Este aumento en el apoyo se ha convertido rápidamente en éxito en las urnas. En menos de seis meses, la ventaja que tenía Crist sobre Rubio se encogió de estar a mediados del 30 por ciento a un empate estadístico en una encuesta en diciembre, según el sitio Web, Pollster.com.
Como hijo de inmigrantes cubanos quienes huyeron de la isla tras la toma de poder de Fidel Castro, se percibe también a Rubio de tener la posibilidad de aumentar el atractivo del partido republicano para la siempre creciente población hispana estadounidense, a pesar de que se opone a una reforma migratoria que incluyera amnistía. De manera consistente, Florida es un estado clave con una gran población latina. En el 2008, la registración de votantes hispanos se cambió de mayoría republicana a mayoría demócrata.
No obstante, este cambio habrá resultado en parte de un cambio en la composición demográfica de los hispanos en la Florida, partiendo de una dominancia de los cubanos más conservadores, lo cual minimizaría la ventaja que tuviera la herencia cubana de Rubio.
Según el Centro Hispano Pew, aquellos con herencia cubana representan ahora una parte importantemente menor (un 34%) de los votantes hispanos calificados en Florida que lo que representaban en 1990 (un 46%). Mientras tanto, los puertorriqueños y otros de derivación latinoamericana representan una parte mayor de votantes hispanos calificados hoy que en 1990.
En el 2007, el 29 por ciento de los votantes hispanos calificados eran de proveniencia puertorriqueña, un aumento del 24 por ciento en 1990. Y la parte de votantes hispanos calificados de otras proveniencias fue un 37 por ciento en el 2007, un aumento de un 30 por ciento en 1990.
A pesar del acercamiento en las encuestas, Rubio se enfrenta a una contienda difícil aún. Crist es uno de los recaudadores de fondos más prolíficos de la nación. Los informes financieros más recientes indican que tiene más de $6,2 millones en su cuenta de campaña, comparado a $903.000 para Rubio.
El que gane la campaña, que no se decidirá hasta la tardía fecha para la primaria en Florida, el 31 de agosto, probablemente sea el favorito en la elección general contra el demócrata principal, Kendrick Meek, un africano-americano de Miami.
Aunque el presidente Obama ganó la Florida en el 2008 por un margen estrecho, la política a nivel estatal ha estado dominada por los republicanos en años recientes, y las encuestas han mostrado que ambos Rubio y Crist le llevan la ventaja por mucho a Meek.
