jueves, diciembre 26, 2024
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Latinas en cargos públicos citan números bajos y hablan del ‘yo invisible’

por Kelcey Coffin

Phyllis Gutiérrez KennneyPhyllis Gutiérrez Kennney

Individualmente, los hispanos y las mujeres han hecho inmensos progresos en involucrarse en la vida pública en los años recientes. Sin embargo, el ritmo al cual lo hacen las mujeres hispanas es más lento que el ritmo del líder del que es lo uno o lo otro.

De las 75 mujeres en las oficinas electas a nivel estatal, solo tres son latinas y de las 88 en el 110mo Congreso, apenas siete lo son. A nivel nacional, sólo hay 74 latinas entre las 1,748 legisladoras femeninas.

Varias Latinas en los cargos comparten sus desafíos y sugerencias sobre cómo mejorar estas estadísticas con Hispanic Link News Service.

Un punto común entre las latinas en cargos públicos hablan de la lucha de ser notadas, dice Phyllis Gutierrez Kenney, una méxico-norteamericana miembro de la Cámara de Representantes de Washington. Incluso tras ganar la elección con el 76 por ciento de los votos, todavía considera que es tratada como un “yo invisible”.

“En una sala llena de hombres, podría hacer una sugerencia brillante, pero sería ignorada”, dice Kenney. “Luego un hombre diría exactamente lo mismo y lo van a alabar”.

Como una puertorriqueño en Syracuse, N Y., donde menos del tres por ciento de la población es hispana, la Presidenta del Consejo Común de 54 años, Bethsaida González se describe a sí misma como “la negociadora marrón en una comunidad de blancos y negros”. Comenzó como una madre activista, porque su hijo estaba repitiendo el primer grado (le gustaba leer el periódico en vez de copiar las letras de la pizarra, dice), y así comenzó su involucramiento en la política. “La realidad es que como mujer, tengo que trabajar dos veces más duro y como mujer hispana, tengo que trabajar cuatro veces más duro para poder lograr cualquier éxito”, dijo González.

Jackie Colón, Comisionada del Distrito 5 del Condado Brevard de Florida, razona a los 42 años, “La gente no está lista para los hispanos”.

La ecuatoriana no tenía ninguna intención de meterse en política, dice, pero tras ser ignorada por los miembros del consejo de la ciudad, cuando se le preguntó por qué los impuestos estaban tan altos, tuvo que ser escuchada. Compitió contra cuatro oponentes en la carrera hacia el Consejo de la Ciudad de Palm Bay en el 95, y logró el 41 por ciento de los votos. Colón dice que todavía debe ganarse la confianza de sus electores.

“Ser una latina en el consejo de la ciudad no ha sido tarea fácil”, dice la alcaldesa de Avondale, Texas, Marie López Rogers, de 59 años. Como méxico-norteamericana, Rogers sigue luchando contra la discriminación ahí porque, como lo plantea, quiere que todos disfruten de lo que Estados Unidos tiene para ofrecer. Su madre la convenció de que podría hacer “cualquier cosa y de todo”, dice Rogers.

Kenney de Washington está de acuerdo. “Las mujeres traen diferentes perspectivas y pensamientos que son necesarios para hacer equilibrio y tomar buenas decisiones”. González, de Syracuse agrega, “Yo vivo por cuatro ejes: desafíos, opciones, confianza y control… Cuando me presenté para presidenta del consejo, había personas que asumían que eran los próximos y merecían el empleo, pero yo salté adelante”.

Mientras muchas latinas en cargos públicos tienen un sentimiento de urgencia para aumentar sus números, Rosario Marín, una inmigrante mexicana que fue nombrada la 41ra Secretaria del Tesoro de EE.UU. por el Presidente Bush, responde, “No veo estos temas de raza y género. He sido la primera en muchas cosas, pero nunca digo que me eligieron por ser mujer o por ser latina. Quiero ser electa estrictamente por mis antecedentes”. Marín dice que nunca notó ser víctima de racismo o sexismo. Hispanic Link.

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