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Las vidas – y las muertes – de los periodistas en la frontera con México

por Alejandra Matos

EL PASO, Texas – Con la constante violencia en México ha llegado un aumento en el reportaje sobre la guerra continua en Ciudad Juárez, la metrópolis vecina del otro lado de la frontera.

En el 2009, fueron asesinadas más de 2.600 personas allí. El editor de El Paso Times, Chris López, se ha dedicado a seguir el desorden desde que se unió al periódico en el 2009.

“Esta es una de las narrativas más dinámicas en la frontera – y en el país”, insiste.

El Diario de El Paso, el único periódico en español aquí, también ve la importancia de reportar sobre la violencia por lo que sus lectores con frecuencia están directamente ligados a Juárez y a otras partes de México.

“Intentamos cubrir la violencia binacionalmente. Hablamos con las agencias con académico norteamericanos para que nos den su opinión sobre el fenómeno”, dice editor de El Diario de El Paso, Armando Vélez.

El público de su periódico se compone principalmente de inmigrantes mexicanos.

Por esta razón, dice Vélez, es que a sus reporteros se les pide cubrir otros aspectos de la vida diaria. Redactan notas aún de la vida diaria de los Juarenses, pero tratan de incorporar la manera en que la violencia surte efecto sobre sus vidas, añadió.

“El que diga que el telón de fondo de la guerra de los carteles de drogas no tiene impacto sobre cada segmento de la sociedad en Juárez no está allí, conversando con la gente”, asegura López. “No se puede contar una historia en Juárez en este momento sin darle ese contexto porque lo viven todos los días”.

La estación local de Univisión en El Paso, KINT Canal 26, también realza otros aspectos de la vida en Juárez. Los reportes como el que hizo productora Ariadna López sobre un orfanato le recuerda a la gente que la vida continúa allí, explica.

“La gente en El Paso quiere saber sobre la violencia, pero muchas veces preferiría no ver las noticias ni leer el periódico ya que está cansada de tanta violencia, y al final del día es exactamente la misma historia”, dice López.

En el 2009, fueron asesinados 11 periodistas en México, haciendo que sea el segundo país más peligroso para los periodistas, según el International News Safety Institute.

El Diario de Juárez perdió su periodista de asuntos policiales, Armando Rodríguez, en noviembre del 2008. Rodríguez calentaba su auto, próximo a ­llevar a su hija a la escuela, cuando le dispararon.

En vez de dar marcha atrás, el periódico asume medidas de precaución para proteger a sus periodistas.

“El mejor homenaje que pudiéramos darle a Armando es de continuar con nuestro trabajo”, indica editora Rocío Gallegos. “Hemos estado más cautelosos, sencillamente. No publicamos los nombres de los reporteros con notas que nos parezca puedan ser amenazantes, ni incluimos tampoco los nombres de los fotógrafos”.

Karla Mariscal, locutora de noticias para el Canal 26, perdió a su hermano en noviembre del 2009 cuando le hicieron una emboscada y lo asesinaron en Ciudad Juárez.

El Canal 26 ya no envía a ninguno de su personal a reportar sobre el crimen del otro lado de la frontera. Lo que hace es valerse de alguien que vive y trabaja en la ciudad. “No podemos poner en riesgo a nuestra gente. Nuestra estación ya ha sufrido lo suficiente”, explica.

La estación de ABC de El Paso, KVIA Canal 7, envía a sus equipos de noticias a Juárez, según el tipo de nota que optan por cubrir. También tienen a una periodista de la Corporación BELO con base en KVIA que reporta sobre asuntos fronterizos.

“Nos toca trabajar con ella y emitimos sus notas, también. Es un tremendo beneficio para nosotros porque ella también puede ir y venir y contar historias de la frontera que mostramos a nuestros televidentes”, comenta directora de noticias para KVIA, Brenda De Anda Swann.

De manera consistente El Paso Times envía a periodistas a Juárez. Aunque la seguridad es una preocupación, López dice que no lo detendrá de enviar a periodistas a la ciudad.

Como contraste, Vélez envía a sus periodistas si se requiere, pero colaboran principalmente con periodistas en Juárez.

“No dan los hechos concretos unos 20 periodistas del El Diario de Juárez, y de allí modificamos la información para reflejar la manera en que afecta a nuestros lectores aquí en El Paso”, explica.

Al final del día, cuando el periódico va a la imprenta, o cuando se apagan las luces del estudio televisivo, los periodistas son seres humanos que tienen familias, y aunque su labor es importante, López indica que hay una línea que hay que trazar en algún momento.

“Para los periodistas de CNN es fácil entrar a Juárez, hacer su reportaje, y volver a sus casas en los Estados Unidos”, expresa. “Nosotros, por otro lado, vivimos en esta comunidad. Cruzamos a diario y tenemos familia en Juárez. Si nos exponemos más de lo necesario, nos van a matar y se nos va a apagar la voz”.

(Alejandra Matos es estudiante de periodismo en la Universidad de Texas en El Paso). ©2010

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