por la Universidad de Michigan
ANN ARBOR, Mich. — El uso de terapias complementarias y de alternativa para los niños se está haciendo, nuevamente, más común en Estados Unidos. Estudios recientes indican que aproximadamente el 30 por ciento de los niños sanos y el 50 por ciento de los niños que padecen enfermedades crónicas usan algún tipo de tratamiento alternativo.
“Hay un espacio enorme para la medicina eleccionescomplementaria y de alternativa en la pediatría”, dijo dolores Mendelow, profesor clínica asistente de pediatría y enfermedades contagiosas en la Escuela de Medicina de la Universidad de Michigan.
Las terapias complementarias y de alternativa se están convirtiendo en un tratamiento más prevaleciente para los niños. Si los individuos siguen las direcciones de sus médicos estos tratamientos son una forma segura y eficaz de sanar y de mantenerse saludable, dijo Mendelow.
Si bien ciertos tipos de terapias complementarias y alternativas son seguros para los niños, hay muchas que podrían ser peligrosas. Mendelow señala que las familias deberían consultar siempre con el pediatra de sus niños antes del comienzo de cualquier tratamiento nuevo.
Las terapias de alternativa podrían dar buenos resultados contra muchas enfermedades, incluidos el resfrío común o las erupciones en la piel, cuando los medicamentos que se expenden sin receta no tienen un éxito inmediato.
Por ejemplo puede usarse la miel para la tos relacionada con el resfrío común, aunque no para los niños de menos de un año de edad.
“En términos de medicina complementaria, usamos acupuntura, suplementos dietéticos y terapias herbales o botánicas”, dijo Mendelow.
Algunos tipos de terapias que pueden ser beneficiosas para los niños: Yoga. Los expertos sugieren que los pacientes de pediatría participen en yoga como una forma de terapia.
El yoga, cuando se le combina con los medicamentos recetados por un médico, puede usarse para ayudar a que los pacientes con asma aprendan y practiquen el uso de la respiración profunda y que mantengan la calma cuando les afecta la cortedad de respiración. El yoga también ayuda a reducir el estrés en los adolescentes.
Tai chi. La investigación muestra que los adolescentes encaran un alto nivel de estrés, lo cual les pone en riesgo de depresión. Las terapias que integran mente y cuerpo, tales como el tai chi, ayudan a reducir el riesgo de depresión y ansiedad. El tai chi y el yoga ayudan a disminuir la presión sanguínea y la actividad del sistema simpático en los niños. Eso permite una sensación de relajamiento y calma.
Prebióticos. Estas bacterias vivas, similares a las que se encuentran en el estómago humano, pueden hallarse en suplementos dietéticos o en comidas tales como el yogurt. Los estudios controlados han mostrado que los prebióticos, usados para el tratamiento de la diarrea relacionada con los antibióticos, son beneficiosos para los niños. El uso de prebióticos puede reducir la diarrea en uno o dos días lo cual permite que los niños vuelvan más pronto a la escuela o a la guardería infantil. No se recomiendan los prebióticos para los niños que toman algún medicamento inmunosupresivo o para los que tienen comprometido su sistema de inmunidad. Siempre consulte primero con el médico.
Si bien hay pruebas firmes de que estas terapias complementarias y alternativas son seguras para los niños, Mendelow advierte a los padres y las madres que hay otros medicamentos y tratamientos complementarios y alternativos que pueden tener consecuencias graves para los niños y los adolescentes.
Algunos de los tipos de terapias que pueden ser dañinos para los niños, incluyen: Ma Haung. Es un poderoso medicamento chino que se usa para el control del asma, y es un compuesto con efedra, un estimulante que a menudo se usa para realzar el desempeño atlético. El uso de este tipo de agente estimulante en un niño puede conducir a palpitaciones cardiacas y otros eventos relacionados con el corazón, todos extremadamente peligrosos para un niño.
Creatina. Es otro suplemento que no debería usarse en la dieta de un niño. “La creatina se usa para aumentar el volumen del cuerpo, la musculatura, y sabemos que puede tener efectos secundarios adversos para los riñones”, dijo Mendelow.
Otros suplementos. Los niños que están tomando anticoagulantes deberían evitar ciertas terapias complementarias y alternativas incluido ginkgo biloba o dosis altas de aceite de pescado. Los anticoagulantes incrementan el tiempo de sangramiento como lo hacen estos dos suplementos, de manera que los niños tienen más propensión a la hemorragia. Antes de tomar cualquier suplemento siempre consulte con su médico si está tomando otros medicamentos bajo receta, para asegurarse de que es apropiado hacerlo.
Quiroprácticos. Mendelow no recomienda la manipulación espinal rápida. “La espina dorsal de los niños probablemente no esté plenamente desarrollada hasta que tengan 18 ó 20 años de edad, y esa manipulación puede causar más daño que beneficio”, señaló.