martes, diciembre 24, 2024
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Las ONU se prepara para manejar la Salud Mental Global

by Brandon Turbeville
Infowars.com

En un mundo donde la soberanía nacional rápidamente se está volviendo cosa del pasado, los anuncios de que Naciones Unidas estará tomando el liderazgo en cualquier variedad de temas ya no es chocante. Ciertamente, hay un verdadero impulso en el mundo para ver Naciones Unidas como la principal autoridad en virtualmente cada tema, desde derechos humanos hasta el contenido nutritivo de la comida.

Tras décadas de propagandas, Naciones Unidas ha desarrollado una reputación no merecida por humanitarismo y democracia. Como resultado, la gran mayoría ve Naciones Unidas como una organización benevolente que pueden llamar a defender los derechos humanos en sus hogares. Desgraciadamente, la soberanía nacional raramente entra en la ecuación ya, puesto que el ciudadano promedio tiende a mirar directamente a Naciones Unidas para abordar sus preocupaciones, bypaseando a sus propios gobiernos.

Un ejemplo es un reciente informe de AFP, titulado, “Experts urge U.N. to address mental health,” que discute cómo un reciente artículo en PLoS Medicine, un reconocido diario médico, ha llamado a la Asamblea General de Naciones Unidas para desarrollar un plan para abordar desórdenes mentales, neurológicos, y abusos de sustancias (MNS).

El artículo fue escrito por Vikram Patel del London School of Hygiene and Tropical Medicine y Judith Bass de la Escuela de Salud Pública de Johns Hopkins en Estados Unidos, entre otros colaboradores. Escriben, “Ha llegado el momento para el reconocimiento a los más altos niveles de desarrollo global, sobre todo la Asamblea General de la ONU, de la necesidad urgente para una estrategia global para abordar el peso global de los desórdenes MNS.”

También declaran que se necesita inversión en tres áreas diferentes, pero clave– “expandir el conocimiento sobre los desórdenes de salud mental, mejorar el acceso a programas basados en evidencia, y la protección de los derechos humanos.”

Aunque un mayor entendimiento de los desórdenes mentales y su tratamiento es una meta encomiable, también es una en la cual el complejo Psiquiátrico/Psicológico y Naciones Unidas tienen antecedentes horribles.

Ciertamente, incluso dentro de los límites individuales nacionales, el complejo Psiquiátrico/Psicológico tiene mayor autoridad que necesita o merece. Cuando uno multiplica esa autoridad opresora con la jurisdicción global de Naciones Unidas, así como la tendencia de la ONU a introducir guías tiránicas en su propio derecho, claramente podemos ver una receta para el desastre.

En un excelente análisis de la situación, el Daily Bell escribe, El elemento principal de esta charada (y probablemente su razón) será un Estatuto del Pueblo para la Salud Mental que brindará la oportunidad para que las elites creen todavía mayor control y manejo de las burocracias.

Comenzar con estas burocracias puede parecer inocente e incluso innovador. Pero con el tiempo se volverá aparente que la ONU está estableciendo algún tipo de aparato de salud mental mundial para evaluar la estabilidad emocional e intelectual de las personas.

En el peor caso– si llega tan lejos– la ONU intentará otorgarse no solo la autoridad para evaluar la competencia mental de la gente sino también la autoridad para enviar a las personas a instituciones mentales y a campos de reeducación si no son lo suficientemente dóciles y abiertos para el apropiado nivel de control mental.

Aunque este análisis puede parecer extremo para algunos, el hecho es que no es tan extremo como puede sonar. Considerando el nivel de control que el complejo Psiquiátrico/Psicológico actualmente tiene sobre nuestras vidas, la transición de esta autoridad no merecida de un nivel nacional a un organismo internacional no es para nada inverosímil.

Ciertamente, una organización de fijación de estándares autoritaria de la ONU en el área de salud mental ciertamente no sería un tema para que todos se preocuparan. La ONU ha, en virtualmente cada caso, mostrado su aptitud hacia la legislación opresiva, la falta de preocupación por la dignidad humana y los derechos individuales, así como obligar a sus delineamientos sobre el resto del mundo a través de sanciones furtivas y económicas.

Por ejemplo, la organización que fija estándares para los alimentos, Codex Alimentarius, ha consistentemente impuesto sus delineamientos en los gobiernos nacionales a través de los mecanismos de solución de controversias de la OMC. Los delineamientos de Codex Alimentarius incluyen reducir el nivel de nutrición disponible en suplementos de vitaminas y minerales, permitiendo la creciente proliferación de alimentos genéticamente modificados, y la irradiación ilimitada de productos alimenticios.(Ver mi libro Codex Alimentarius – The End of Health Freedom)

Las organizaciones relacionadas a la ONU, como el FMI (Fondo Monetario Internacional) también son muy exitosas para implementar programas de austeridad en países endeudados como Grecia, como una condición para mayores préstamos, los que son en sí mismos nada más que un aumento de la deuda irracional a través del sacrificio de los estándares de vida y la riqueza física tangible.

Incluso la OMC (Organización Mundial de Comercio), otra agencia relacionada con la ONU es famosa por desmantelar cualquier tarifa proteccionista o subsidies impuestos por los estados nación en productos baratos que son botados hacia sus economías. También es bien conocida por castigar a cualquier país que se aleje aunque sea un ­poco de la agenda de la globalización.

Una burocracia controlada por la ONU que supervise los tratamientos y diagnósticos de los desórdenes de salud mental, adicciones, o cualquier otra cosa que involucres al individuo es sin duda, una receta para el desastre.

El complejo Psiquiátrico/Psicológico ya entrega gran 3autoridad sobre las vidas de seres humanos supuestamente libres. Esta autoridad, como existe actualmente, debe ser eliminada.

No podemos dar a esta industria mayor control sobre nuestras vidas, menos autoridad internacional en detrimento de la soberanía nacional.

Brandon Turbeville es un autor de Mullins, Carolina del Sur. Tiene un Grado de la Universidad Francis Marion donde obtuvo el Premio Pee Dee Electric Scholar en su pregrado. Ha publicado varios artículos en una gran variedad de temas, incluyendo salud, economía y libertades civiles. También es autor de Codex Alimentarius – The End of Health Freedom, 7 Real Conspiracies y Five Sense Solutions.

Su primer artículo apareció en Activist Post.

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