Las farmacéuticas elevan precios mientras los norteamericanos en apuros buscan alternativas accesibles
por L.J. Devon
Las personas están cansadas de ser tratadas como peones en una economía amañada. Están hartas del sistema médico que abusa de ellas en todo lo que les importa. La gente está comenzando a abandonar las reglas del juego, saliendo de un sistema médico complicado que los ha tratado como un tonto. La gente ya no quiere ser manipulada como piezas de ajedrez por las manos maestras de las compañías farmacéuticas que sólo añaden nuevos efectos colaterales a sus vidas mientras drenan sus finanzas. Están cansadas de ser manejadas por compañías farmacéuticas competitivas, que juegan para el jaque mate, no para curar.
El sistema médico norteamericano está lleno de personas cuidadosas, pero de arriba abajo la economía farmacéutica está organizada para mantener a la gente enferma y dependiente. Ahora más que nunca la industria farmacéutica comienza a mostrar el mal.
Los precios de la medicina se elevan de $13.50 a $750cuando la maniaca sociópata se hace cargo
El más reciente ejemplo del mal de las grandes farmacéuticas está en Turing Pharmaceuticals. Martin Shkreli, fundador y jefe ejecutivo de un nuevo arranque, tomo la propiedad de una droga de 62 años llamada Daraprim y aumentó el precio de cada tableta de $13.50 a $750. Hace algunos años, Daraprim costaba sólo $1 la tableta, pero desde que las nuevas farmacéuticas adquirieron la licencia de comercialización su precio se elevó bruscamente. Ahora, bajo el comando de Shkreli, de 39 años, la pastilla cuesta 750 veces de lo que costaba hace sólo algunos años. Las ventas de la medicina en 2010 fueron de $667,000. Pero en 2011, las ventas brincaron a $6.3 millones, mientras las cifras de prescripción se mantuvieron en aproximadamente 12,700.
Durante algunas décadas, Daraprim ha sido utilizada para tratar toxoplasmosis, que infección parasitaria que puede ser transmitida al bebé de una madre infectada. Es una infección rara pero aún se observa en los pacientes con sida que tienen sistemas inmunes comprometidos.
La Sociedad Americana de Enfermedades Infecciosas y la Asociación de Medicina de VIH escribieron a Turing Pharmaceuticals, acusándolos de una especulación con los precios que es “injustificable para la población de pacientes médicamente vulnerables” y “no sustentable para el sistema de cuidado de la salud”.
Con su arrogancia característica, Shkreli replicó: “Ésta no es la codiciosa compañía farmacéutica dirigida a sacar a los pacientes, somos nosotros tratando de hacer negocios. Éste es uno de los productos farmacéuticos más pequeños internacionalmente”. Y añadió: “No tiene sentido ningún criticismo sobre eso”.
Cuando tenía veinte años, Shkreli también atrajo la ira mientras manejaba MSMB Capital, una compañía de fondos de cobertura. Fue descubierto tratando de convencer a la FDA de aprobar algunas medicinas elaboradas por las compañías donde tenía acciones.
Grandes farmacéuticas cometen suicidio mientras sangra la codicia
Los grandes aumentos de precios de Turing Pharmaceutical no son los únicos signos de la implosión de la industria farmacéutica sobre sí misma. De hecho, muchas compañías farmacéuticas ahora compran medicinas viejas, les dan una nueva apariencia mercantil y luego aumentan sus precios como si fueran medicamentos de “especialidad”.
Cuando Rodelis Therapeutics adquirió la medicina Cycloserine, elevaron el precio de 30 pastillas de $500 a $10,800.
Cuando Valeant Pharmaceuticals compró una vieja medicina para el corazón llamada Isuprel, la compañía muy pronto aumentó el precio 525 por ciento, desatando finalmente una investigación del Congreso llevada a cabo por el independiente de Vermont Bernie Sanders y el Representante de Maryland Elijah E. Cummings. Sanders y Cummings encontraron que el precio del fármaco ya se había quintuplicado previamente por una gran farmaceuta compradora. También descubrieron que un antibiótico llamado Doxycycline ¡se disparó de $20 el bote en octubre de 2015 a $1,860 en abril de 2014!
La industria farmacéutica está enmascarando un sistema que aparentemente promueve la salud, pero que en realidad domina las vidas de las personas a través del aumento de precios y los no queridos efectos colaterales. Mientras más gente comience a darse cuenta de esto, más se inclinarán a las actuales respuestas que promueven la medicina holística. Las grandes farmacéuticas están cometiendo suicidio mientras su avaricia sangra. El clima de manipulación de la economía farmacéutica no es propicio a la salud. Mientras más gente se dé cuenta de eso, más buscarán respuesta fuera del bote de píldoras. Natural News.
