Islandia desmantela gobiernos corruptos, luego arresta a todos los banqueros Rothschild
posted by Ask Marion
by Daily Thought Pad
Desde el 1900, la gran mayoría de la población estadounidense ha soñado con decir “NO” a los inconstitucionales, los delincuentes corruptos, criminales bancarios Rothschild / Rockefeller, pero nadie se ha atrevido a hacerlo. ¿Por qué? Si sólo la mitad de nuestro país y el “1 por ciento”, que pagan la mayoría de los impuestos, dijera NO MAS! Nuestro gobierno literalmente cambiaría de la noche a la mañana. ¿Por qué es tan difícil para algunas personas a entender, que, al no limitarse a dar su dinero a las grandes corporaciones, que luego envían los trabajos, la propiedad intelectual, etc. al extranjero y promueven los derechos anti-constitucionales … Va a lograr más que si utiliza la violencia. En otras palabras…
INVESTIGUE DÓNDE ESTÁ ENVIANDO CADA CENTAVO! ¿Es eso tan difícil? La verdad del asunto es que … Nadie, salvo los islandeses, que fue la única cultura en el planeta que llevó a cabo esto con éxito. No sólo han tenido éxito al derrocar a un corrupto gobierno, redactaron una Constitución, que evita que esto vuelva a ocurrir. Esa no es la mejor parte … Lo mejor de todo es que arrestaron a todos los títeres bancarios de Rothschild / Rockefeller, responsables del caos económico del país y la crisis.
La semana pasada 9 personas fueron detenidas en Londres y Reykjavik por su posible responsabilidad en el colapso financiero de Islandia en 2008, una profunda crisis que se convirtió en una reacción pública sin precedentes que está cambiando el rumbo del país.
Ha sido una revolución sin armas de Islandia, el país que acoge la democracia más antigua del mundo (desde 930), y cuyos ciudadanos han logrado efectuar el cambio con manifestaciones y golpeando ollas y cacerolas.
¿Por qué no el resto de los países occidentales no han oído hablar de esto?
La presión de los ciudadanos de Islandia “ha logrado no sólo derribar un gobierno, sino también comenzar la redacción de una nueva constitución (en proceso) y está tratando de meter en la cárcel a los banqueros responsables de la crisis financiera en el país. Como dice el refrán, si pides las cosas con cortesía es mucho más fácil conseguirlas.
Este proceso de revolución tranquila tiene sus orígenes en 2008, cuando el gobierno islandés decidió nacionalizar los tres principales bancos, Landsbanki, Kaupthing y Glitnir, cuyos clientes eran principalmente británicos, norte y sudamericanos.
Después de que el Estado se hizo cargo, la moneda oficial (corona) se desplomó y la bolsa suspendió su actividad después de un desplome del 76 por ciento. Islandia entraba en bancarrota y para salvar la situación, el Fondo Monetario Internacional (FMI) inyectó 2.100 millones de dólares EE.UU. y los países nórdicos ayudaron con otros 2.500 millones de dólares.
Grandes pequeñas victorias de la gente común
Mientras los bancos y autoridades locales y extranjeras buscaban desesperadamente soluciones económicas, los islandeses salieron a las calles y sus insistentes manifestaciones diarias frente al parlamento en Reykjavik provocaron la dimisión del primer ministro conservador Geir H. Haarde y de todo su gobierno.
Los ciudadanos exigieron, además, convocar elecciones anticipadas, y lo lograron. En abril, un gobierno de coalición fue elegido, formado por la Alianza Social Democrática y el Movimiento de Izquierda Verde, a cargo de un nuevo Primer Ministro, Jóhanna Sigurðardóttir, A lo largo de 2009, la economía islandesa continuó en situación precaria (al final del año el PIB había caído un 7 por ciento), pero, a pesar de ello, el Parlamento propuso para pagar la deuda a Gran Bretaña y los Países Bajos un pago de 3.500 millones de euros, una cantidad que cada mes pagarán las familias de Islandia durante 15 años con el 5,5 por ciento de interés.
La medida provocó la ira de nuevo en los islandeses, que volvieron a las calles para exigir que, al menos, esa decisión fuera sometida a referéndum. Otra pequeña gran victoria para las protestas callejeras: en marzo de 2010 que hizo la votación y un abrumador 93 por ciento de la población se negó a pagar la deuda, por lo menos con esas condiciones.
Esto obligó a los acreedores a repensar la oferta y mejorarla, ofreciendo 3 por ciento de interés y el pago en más de 37 años. Ni siquiera eso fue suficiente. El actual presidente, al ver que el Parlamento aprobó el acuerdo por un estrecho margen, decidió el mes pasado no aprobar y hacer un llamado a los islandeses a votar en un referéndum final.
Los banqueros están huyendo de miedo
Volviendo a la tensa situación en 2010, mientras que los islandeses se negaban a pagar una deuda contraída por los gigantes financieros sin consultar, el gobierno de coalición había iniciado una investigación para determinar las responsabilidades legales por la fatal crisis económica y ya había detenido a varios banqueros y altos ejecutivos vinculados de cerca a las operaciones de alto riesgo. Interpol, por su parte, había emitido una orden de arresto internacional contra Sigurdur Einarsson, ex presidente de uno de los bancos. Esta situación llevó a que los asustados banqueros y ejecutivos salieran del país en masa.
En este contexto de crisis, se eligió una asamblea para redactar una nueva constitución que refleje las lecciones aprendidas y sustituyera a la actual, inspirada en la Constitución danesa.
Para eso, en vez de llamar a expertos y políticos, Islandia decidió apelar directamente al pueblo, que después de todo tienen poder soberano sobre la ley.
Más de 500 islandeses se presentaron como candidatos para participar en este ejercicio de democracia directa y redactar una nueva Constitución. 25 de ellos, sin afiliación partidaria, entre ellos abogados, estudiantes, periodistas, agricultores y representantes sindicales fueron elegidos.
Entre otras novedades, esta constitución llama a la protección, como ninguna otra, de la libertad de información y de expresión en la llamada Iniciativa Islandesa de Medios Modernos, en un proyecto de ley que pretende hacer del país un refugio seguro para el periodismo de investigación y la libertad de información, donde las fuentes, periodistas y proveedores de Internet que informen noticias estén protegidos.
El pueblo, por una vez, decidirá el futuro del país, mientras que los banqueros y los políticos serán testigos de la transformación de una nación desde el costado.