by Paul Joseph Watson
Como nunca antes, los hombres están enfrentando un ataque frontal a sus derechos, su salud y su cultura. La guerra a la masculinidad nunca había sido tan brutal, pero no es una guerra que haya sido librada por las mujeres. El ataque viene directamente desde arriba, pues el establishment intenta desesperadamente castrar y desempoderar a los hombres para forzar a las mujeres a ser más dependientes del Estado, lo que dota por tanto de mayor poder a la centralización y ayuda al crecimiento de un gran gobierno.
Aquí presentamos diez maneras en que el Estado ha declarado la guerra a los hombres y la masculinidad:
Fertilidad Descendente
La contabilización del esperma entre los hombres ha decrecido significativamente en los últimos 50 años, y en particular en los últimos 25. En algunos países de Europa, la contabilización del esperma descendió a la tercera parte desde 1989. Esta caída puede ser explicada en parte por la exposición a pesticidas, químicos de trastornos endócrinos como Bisphenol A y los demás horrores artificiales que cada día impregnan el agua y el suministro de alimentos. Muchos han establecido una conexión entre la caída de la contabilización de los espermas y el llamado abierto de innumerables elitistas a reducir drásticamente la población del mundo en un 95 por ciento. La investigación muestra que la subpoblación, no la sobrepoblación, será la mayor crisis demográfica del siglo XXI como consecuencia de la incapacidad humana de alcanzar la tasa de remplazo de 2.1 niños.
Guerra química “Afemina” a Jóvenes
La exposición a ptalatos, que se encuentran en muchos plásticos, está afeminando a jóvenes al bloquear la testosterona masculina normal y causando anormalidades genitales, según los científicos. “Los muchachos expuestos a altos niveles de éstos en sus partes eran menos propensos a jugar con coches, trenes y pistolas o a involucrarse en juegos ‘rudos’ como jugar peleando”, según un reporte de noticias de la BBC. De acuerdo con Elizabeth Salter-Green, directora del grupo de campaña de químicos CHEM Trust, los ptalatos son un verdadero género-Bender porque conducen a la reducción del “carácter masculino”.
Degradación de los Modelos de Masculinidad Positiva
Mientras que hace 50 años los anuncios, Hollywood y la televisión estaban plagados de ejemplos de modelos positivos de masculinidad que los jóvenes podían seguir, la actual industria del entretenimiento rutinariamente retrata hombres como despistados y torpes patanes en el mejor de los casos (pienso en Homero Simpson , Todos Aman a Raymond, Casada con Hijos) o, en el peor, como depredadores sexuales agresivos. Desde que los anuncios están dirigidos sobre todo a las mujeres, los hombres en los comerciales ahora son rutinariamente representados tanto como perdedores castrados como imbéciles. Los jóvenes que consumen estos contenidos crecen pensando que eso es aceptable e incluso son impulsados para aspirar a los rasgos de este personaje. Al hacerlo, son despojados de su masculinidad natural y encuentran dificultoso en extremo atraer mujeres bien proporcionadas, a las que les disgusta justamente este carácter.
Malestar Metrosexual
La segunda oleada del feminismo fue una creación del establishment mismo y en su centro tenía poco que ver con un interés genuino en los derechos de la mujer. El feminismo radical confunde deliberadamente los roles de género y hace a los hombres jóvenes aprensivos de desarrollar su masculinidad por temor a ser vistos como despóticos o agresivos con las mujeres. Esto contribuyó a una generación entera de hombres “metrosexuales” que son promiscuos, no se quieren comprometer en una relación y son incapaces de satisfacer las necesidades básicas de las mujeres de compañerismo sano, desestabilizando la sociedad y haciendo más difícil para las mujeres encontrar compañeros adecuados a largo plazo con quienes tener hijos.
El Mito del “Hombre Gana Más”
El establishment promulga el mito de que a los hombres se les paga más que a las mujeres debido a la discriminación, alimentándose de las doctrinas feministas sobre los sistemas patriarcales que oprimen a las mujeres en sus centros de trabajo. En realidad, la “brecha salarial” de alrededor de 19 por ciento entre los dos sexos en los Estados Unidos se explica por una serie de razones que no tienen nada que ver con la discriminación, incluyendo el factor de que los hombres trabajan más horas y buscan trabajos menos deseables que pagan más. Como resultado, los hombres suman 93% de las muertes en el centro de trabajo, a pesar de constituir sólo el 54% de la fuerza laboral. 94% de los suicidios en el centro de trabajo cada año son también hombres. El establishment entierra las cifras de esta fatalidad espantosamente alta de los hombres en el centro de trabajo porque contradicen completamente el mito de que el mercado laboral discrimina a la mujer.
6 )La Tramp a “Privilegiada”
Los estadistas, los colectivos y sus boquillas en los medios y el establishment aclaman que los hombres occidentales (los blancos en especial) no pueden expresar una opinión válida sobre cualquier tema relacionado con una minoría (como el feminismo o la inmigración) porque tienen “privilegios”.
7) El sistema legal discrimina a los hombres
Tanto en los procedimientos de divorcio como en los de custodia a los hijos, es ampliamente conocido que los tribunales favorecen fuertemente a la mujer y discriminan al hombre. Los hombres son rutinariamente golpeados con onerosas pensiones alimenticias incluso cuando las mujeres son capaces de trabajar y tener una buena paga. Los hombres sólo reciben la custodia de sus hijos en alrededor de un 10 por ciento de los casos de divorcio en los Estados Unidos. Lo irónico de este sistema es que ha sido instituido por otros hombres, enfatizando de nuevo cómo la guerra a los hombres está siendo librada no por mujeres, sino por el establishment predominantemente masculino.
8) La Masculinidad como una Palabra Sucia
La disidente feminista Camille Paglia escribió recientemente un artículo en Wall Street Journal en el que afirma: “Lo que ven es cómo la civilización comete suicidio”. Paglia se refería a cómo la emancipación de las virtudes masculinas por el establishment amenaza con crear una desestabilización masiva de la sociedad debido a que cada vez son menos los hombres capaces de llenar los roles tradicionalmente “masculinos” en el mercado de trabajo. Paglia señala los recortes a los recesos en las escuelas, el esfuerzo por negar las distinciones biológicas entre hombres y mujeres, y la caracterización de la izquierda de opiniones controvertidas como “discurso de odio” como ejemplo de cómo la masculinidad está siendo deliberadamente erosionada. “La masculinidad se está convirtiendo en algo que sólo es imitado de las películas. No hay nada más. No hay lugar para algo varonil ahora.”
9) El abuso doméstico contra los hombres
Mientras las mujeres tienen numerosas redes de seguridad a las que dirigirse si son víctimas de abuso doméstico, los hombres no tienen prácticamente ninguna, a pesar del factor de que el abuso doméstico contra el hombre es un enorme y creciente problema. En el Reino Unido, por ejemplo, 44 por ciento de las víctimas del abuso doméstico son hombres, mientras que más hombres casados sufren abuso en manos de sus cónyuges que las mujeres casadas. Mientras el abuso doméstico contra la mujer es constantemente subrayado por los medios de comunicación, el abuso doméstico contra los hombres es una completa no-cuestión.
Conclusión
Una sociedad totalitaria sólo puede sobrevivir si la población masculina ha sido castrada, mutilada y marginada. Con la eliminación de este baluarte natural contra la tiranía, la élite puede centralizar poder y perseguir la tiranía colectivista sin oposición. Esta es la razón por la que el hombre y la masculinidad están siendo atacados en todos los niveles –y por la que ambos, hombres y mujeres, unan sus fuerzas para luchar contra ese enemigo común.