NOTA DEL EDITOR
Estimados lectores:
Con mucho sentimiento les escribo estas palabras para introducir un tema que es de mucha importancia para nuestras culturas provenientes de los países en vía de desarrollo, especialmente Latinoamérica: La envidia. Encontré este interesante artículo, del cual publico un extracto, y escrito por Lipton Matthews, que trata el tema de la envidia como un estatus negativo en el progreso dentro de nuestras culturas. – Marvin Ramírez
por Lipton Matthews Compartido de Mises Wire
Los economistas piensan que la cultura es un concepto difuso. Sin embargo, como demuestran las investigaciones, la cultura permite conocer el potencial de crecimiento
de un país. Un rasgo cultural digno de estudio por su propensión a impedir el desarrollo es la envidia. La envidia se describe como un sentimiento de resentimiento motivado por los logros de otras personas. La manifestación de esta emoción puede ser destructiva o progresiva. Obtener una educación, iniciar un negocio o invertir son ejemplos de envidia constructiva. El deseo de superar al rival puede servir de incentivo para realizar actividades productivas.
En concreto, los estudios postulan que los individuos trabajan más horas para compensar la caída de ingresos en relación con otros grupos. Sin embargo, muchos han argumentado que la envidia constructiva es más dominante en los países desarrollados, mientras que el miedo a la envidia destructiva es omnipresente en el mundo en desarrollo. Esto se debe a
que en los países con instituciones débiles es decir, instituciones que no protegen la propiedad privada hay menos probabilidades de enriquecerse; por lo tanto, la escasez de éxito hace que el logro sea pretencioso.
En consecuencia, los individuos competentes evitan racionalmente las iniciativas emprendedoras para frustrar los planes de los envidiosos. Como era de esperar, el comportamiento de evitación de la envidia impone una limitación a la productividad, restringiendo así el crecimiento de la prosperidad material.
En los estudios antropológicos, los estudiosos postulan que la intención de prevenir los efectos de la envidia destructiva ha dado lugar a la subproducción deliberada de cultivos.
Para las personas en un entorno envidioso, los beneficios del rendimiento superan los costes de la envidia destructiva. En «Envy and Agricultural Innovation: An Experimental Case Study from Ethiopia», Bereket Kebede