miércoles, julio 17, 2024
HomeEditorial EspañolLa agenda de los Illuminati (décimaquinta parte de la serie)

La agenda de los Illuminati (décimaquinta parte de la serie)

by Marvin Ramirez

­Marvin  J. Ramírez­Ma­rv­in­ R­­am­­í­r­­ez­­­­­­

NOTA DEL EDITOR: Dada la importante e histórica información contenida en este artículo de 31 páginas sobre la historia de la sociedad secreta y malvada, los Iluminados, El Reportero se honra en brindar a nuestros lectores la oportunidad de leer tal documento, que los medios principales han catalogado de una teoría de conspiración. Para comprender mejor esta serie, le sugerimos que lea los artículos previos publicados en nuestras editoriales.

Esta es la décimaquinta parte de la serie.

Lo siguiente es una transcripción de una grabación distribuida en 1967 por Myron C. Fagan. El ha esperado que si suficientes norteamericanos han escuchado (o leído) este resumen, la agenda de dominación de los Iluminados para Estados Unidos se abortaría, tal como Alexander I de Rusia torpedeó los planes de los Iluminados para Un Mundo, Liga de Naciones en el Congreso de Viena de 1814-15. Fagan describe correctamente a los miembros del Congreso, el poder Ejecutivo, y el poder Judicial de ese momento como TRAIDORES por su rol en contribuir a implementar la caída de la soberanía de Estados Unidos. Es comprensible que gran parte de la audiencia de ese período haya considerado imposible de creer que, por ejemplo, los Kennedy, eran (son) parte de la trama de los Iluminados, pero sí dijo que Jack tuvo un renacimiento espiritual e intentó rescatar al país del estrangulamiento de los Iluminados al emitir certificados de plata de EE.UU., que aparentemente contribuyeron en gran parte a la decisión de los Iluminados de asesinarlo (su hijo, John Jr., también fue asesinado porque intentó exponer a los asesinos de su padre después de llegar al poder).

— Rusia podría estar en el lado ganador esta vez como lo estuvo en 1814 y por lo tanto el zar podría estar sentado de manera segura en su trono. Acá es pertinente señalar que Rusia, bajo el régimen zarista, había sido el único país en el cual los Iluminados nunca habían hecho progresos ni tampoco los Rothschilds habían sido capaces de infiltrarse en sus intereses bancarios, por lo tanto sería másdifícil lidiar con un zar ganador. Incluso si los pudieran atraer en la llamada “Liga de Naciones”, la conclusión sería que nunca, pero nunca, iría por un gobierno de un mundo.

Entonces incluso antes de que estallara la Primera Guerra Mundial, los conspiradores tenían un plan de realizar lo que quería Nathan Rothschild ­en 1814, que era destruir al zar y también asesinar a todos los posibles herederos reales al trono y tendría que hacerse antes del fi n de la guerra. Los Bolcheviques rusos serían sus instrumentos en este plan particular. Desde el cambio de siglo, los jefes de los bolcheviques eran Nicolai Lenin, Leon Trotsky, y después Joseph Stalin. Claro que ésos no eran sus verdaderos nombres de familia. Antes del estallido, Suiza se convirtió en su refugio. La sede de Trotsky estaba en el Lado Este bajo en Nueva York, gran parte el hábitat de los refugiados judíos-rusos. Tanto Lenin como Trotsky tenían barba y estaban descuidados. En esos días, eso era el signo de los bolcheviques. Ambos vivían bien, aunque ninguno tenía una ocupación regular.

Ninguno tenía un medio de mantención visible, aunque ambos tenían mucho dinero. Todos esos misterios se resolvieron en 1917. Justo después del comienzo de la guerra, extraños y misteriosos eventos ocurrieron en Nueva York. Noche tras noche, Trotsky entraba y salía furtivamente de la mansión de Jacob Schiff y al fi nal de esas mismas noches, habían reuniones de gánsteres en la Parte Este baja de Nueva York.

Todos ellos refugiados rusos en la sede de Trotsky y todos estaban pasando por algún tipo de proceso de entrenamiento que estaba envuelto en misterio. Nadie hablaba, aunque se filtró que Schiff estaba fi nanciando todas las actividades de Trotsky. Luego, repentinamente Trotsky se esfumó y también lo hicieron aproximadamente 300 de sus gánsteres entrenados.

En realidad estaban en alta mar en un barco equipado por Schiff para reunirse con Lenin y su pandilla en Suiza. Y también en el barco había $20,000,000 en oro; los $20,000,000 fueron brindados para fi nanciar la conquista de los bolcheviques sobre Rusia. En anticipación a la llegada de Trotsky, Lenin se preparó para realizar una fi esta en su refugio en Suiza. Hombres de los lugares más altos en el mundo iban a estar invitados a esa fi esta. Entre ellos, estaba el misterioso coronel Edward Mandell House, el mentor de Woodrow Wilson, y más importante, el mensajero especial y confidencial de Schiff.

Otro de los invitados esperados era Warburg del Clan Banquero Warburg en Alemania, quien había fi nanciado al Kaiser y a quien el Kaiser había recompensado haciéndolo jefe de la Policía Secreta en Alemania. Además, estaban los Rothschilds de Londres y París también Lithenoth, Kakonavich, y Stalin (quien era entonces el jefe de una pandilla de bandidos que robaba trenes y bancos). Era conocido como el “Jesse James de los Urals”. CONTINUARÁ EN LA PRÓXIMA EDICIÓN.

RELATED ARTICLES
- Advertisment -spot_img
- Advertisment -spot_img