por J. D. Heyes
Los países europeos están liderando el mundo para rechazar los organismos genéticamente modificados en los alimentos y en los cultivos, con dos nuevos países que recientemente se unieron a la lista: Italia y Austria.
Como lo reportó Nation of Change, los ministros italianos optaron por utilizar las recién creadas normas de la Unión Europea que permiten a los países miembros optar por cultivos transgénicos. Las autoridades austriacas también se unieron, y ambas naciones tomaron la decisión de detener el cultivo de ocho variedades de maíz transgénico, que esencialmente equivale a una prohibición total de cultivos transgénicos.
La Unión Europea optó por regulaciones que se implementaron a comienzos del año y que permiten a los estados miembros decidir por sí mismos si quieren continuar con el uso de cultivos transgénicos o prohibirlos juntos.
Como lo reportó Sustainable Pulse, un número de otros países de la Unión Europea también optaron en contra de los cultivos transgénicos.
Gales: “Las nuevas reglas propuestas por la Comisión Europea brindan a Gales de las herramientas necesarias para mantener un enfoque de advertencia al permitirnos controlar el futuro cultivo de transgénicos en Gales”, dijo la diputada ministra galesa de Agricultura y Alimentos, Rebecca Evans. “Eso nos va a permitir proteger la inversión significativa que hemos hecho en nuestro sector orgánico y salvaguardar la tierra agrícola de Gales que se maneja bajo esquemas agroambientales voluntarios”.
Y añadió: “La empresa agrícola y de procesamiento de alimentos es la fuerza conductora de nuestra economía rural. Nuestro énfasis estriba en competir en torno a la calidad, marcando y añadiendo valor a través del procesamiento local. Nosotros, por tanto, necesitamos preservar la confianza del consumidor y mantener nuestro enfoque en un ambiente limpio, verde y natural”.
Polonia: En 2013, el gobierno polaco adoptó una regulación que prohibía la agricultura transgénica en el país, muy por delante de la acción de la Unión Europea. Pero cuando la Unión Europea aprobó la regulación que otorgaba a los países miembros el derecho de prohibir si así lo decidían, eso brindaba al gobierno polaco de suficiente autoridad para actuar.
“Ahora ya no tenemos que explicar los aspectos científicos y podemos relacionarlo con cuestiones sociales”, señaló el ministro polaco de agricultura Marek Sawicki en el momento de la prohibición.
Alemania: Los funcionarios del gobierno alemán anunciaron en septiembre pasado que el país ya no iba a permitir el cultivo de plantas transgénicas, como afirmó el ministro alemán de Agricultura Christian Schmidt.
Eslovenia: El ministro esloveno de Agricultura Dejan Zidan dijo al anunciar la prohibición del país que “el gobierno adoptó la decisión por una petición de exclusión del territorio geográfico entero de Eslovenia del maíz transgénico de la Unión Europea, incluyendo la ya registrada variedad MON 810 y otras siete variedades que están en el proceso de registro con las Comisión Europea. Esto me permite enviar formalmente la solicitud como ministro de Agricultura en concordancia con la ley de exclusión de Eslovenia en relación con el cultivo de maíz transgénico”.
Serbia: El secretario del Ministerio de Agricultura y Protección Ambiental , Danilo Golubovic, anunció recientemente la prohibición de productos transgénicos en el país. Al anunciarlo, Golubovic dijo que la medida se basó en un deseo de mejorar la salud y la seguridad públicas.
Bulgaria: Este gobierno decidió pulir su limpia y verde imagen mediante la prohibición de los cultivos transgénicos. Como lo señaló el director de Sustainable Pulse, Henry Rowlands, “Bulgaria es hogar de una amplia variedad de flora y fauna únicas y también es la base de muchas civilizaciones antiguas, y es con este acervo que los búlgaros saben lo que está en riesgo cuando se usa tecnología no probada e innecesaria”.
Las naciones europeas que hasta ahora han optado por no cultivar plantas transgénicas son: Latvia, Francia, Austria, Chipre, Lituania, Holanda, Escocia, Irlanda del Norte, Polonia, Alemania, Grecia, Croacia, Hungría, Eslovenia e Italia, reportó Sustainable Pulse.