por Marvin Ramírez
Manifestaciones alrededor de los EE.UU. se han llevado a cabo para denunciar y rechazar el golpe de estado en la República de Honduras que depuso al Presidente Manuel Zelaya, cuyo mandato fue elegido por el voto popular.
En San Francisco, varias docenas de personas marcharon en la acera del edificio del Consulado de Honduras el 29 de junio, desconociendo al nuevo “gobierno de facto” instituido por los militares, tras la destitución de Zelaya, a quien le falta aproximadamente seis meses para que termine su período presidencial.
“El golpe militar que derrocó al presidente electo de Honduras, Manuel Zelaya, provocó repudio unánime a nivel internacional.
Pero la respuesta de algunos países ha sido más reacia que la de otros y la ambivalencia de Washington ha comenzado a despertar sospechas acerca de lo que realmente el gobierno estadounidense está tratando de lograr en esta situación”, escribió Mark Weisbrot para el The Guardian Unlimited. Según su comentario, las primeras declaraciones de la Casa Blanca en respuesta al golpe fueron débiles y evasivas.
En ellas no se denunciaba el golpe, sino más bien se hacía un llamado a “todos los actores políticos y sociales en Honduras a respetar las normas democráticas, el Estado de derecho y los principios de la Carta Democrática Interamericana”.
Los gobiernos vecinos de Guatemala, Nicaragua y El Salvador hicieron las primeras advertencias al anunciar una suspensión del comercio por 48 horas.
Mientras tanto, las fuerzas armadas continúan ocupando las principales arterias del país, las prensa intervenida, el país paralizado, mientras la Organización de Estados Americanos intervenía y consideraba la expulsion de Honduras de ese organismo.
En este mismo momento rifles M-16 pagados con dólares estadounidenses, y con etiquetas “Hecho en EE.UU.”, apuntan a miles que protestan pacíficamente, subrayó Weisbrot. “El General Romeo Vásquez y otros militares líderes, recibieron entrenamiento en contrainsurgencia en el Instituto para la Seguridad y Cooperación Hemisférica, antes conocida como la Escuela de las Américas, la cual es responsible del entrenamiento de muchos que perpetraron atrocidades en las Américas”.
Zelaya fue sacado de su casa a punta de pistola por soldados y volado al exilio el 25 de junio, después de tratar de conducir una consulta popular que permitiría la reelección. Actualmente un presidente sólo puede mandar por un período de cuatro años.
Con el golpe de estado, se ha puesto al descubierto la pretención de que América Latina ha dejado de ser una semicolonia del imperialismo yanqui y que una serie de instancias diplomaticas, como la Cumbre de Río – la Unasur o incluso el ALBA -, la ha emancipado de la tutela del capital financiero internacional, comentó, Jorge Altamira, de la Prensa Obrera.
Al cierre de esta edición se esperaba que el Presidente Zelaya regresara a Honduras acompañado de varios presidentes latinoamericanos a retomar el poder, a pesar de amenazas de ser arrestado y procesado.