por L.J. Devon
Limpiar un excusado es barato y fácil con una Coca-Cola. Después de que la Coca se asienta en el excusado durante una hora, el ácido carbónico y fosfórico hacen su trabajo, ¡dejando la taza del baño libre de sarro!
Cuando ese mismo envase de Coca-Cola es vaciado en la boca y baja al esófago de un ser humano, ocurre una cadena mucho más compleja de eventos. Después de quemar su camino hacia debajo de la garganta y dejando tras sí una capa de caramelo coloreando los dientes, la Coca-Cola comienza su destrucción nutritiva dentro del cuerpo.
En 60 minutos, una botella de Coca lleva al cuerpo en una montaña rusa, cagando el hígado, disparando el azúcar de la sangre, acelerando la producción de grasa mala y robándole al cuerpo nutrientes beneficiosos.
Con 1.6 miles de millones de raciones de Coca-Cola vendidas alrededor del mundo cada día, no es de extrañar por qué los trastornos cardiacos, la mala alimentación, la deshidratación, la diabetes y la obesidad están matando lentamente a las personas.
Los doctores a menudo aconsejan a los pacientes obesos dejar de comer grasas, pero muchas grasas son buenas para el corazón y el cerebro, como los ácidos grasos Omega-3. Por si fuera poco, suprimir simplemente las grasas no considera uno de los más silenciosos perpetradores de ganar peso y de enfermarse: el jarabe de maíz con alta fructosa.
En lugar de beber un refresco envenenado, tome un hidratante vaso de AGUA.
El refresco le roba al cuerpo los nutrientes y carga el hígado
El jarabe de maíz con alta fructosa (HFCS, por sus siglas en inglés) se encuentra en todo tipo de alimentos procesados, condimentos y bebidas dulces. Se encuentra incluso en los alimentos alternativos “bajos en grasas” que las personas son estafadas para comprar para perder peso.
La cosa es: el HFCS NO es como la glucosa. La glucosa es reconocida por el cuerpo, metabolizada por las células y más fácilmente utilizada para energía, mientras que el HFCS se rompe en glucosa y fructosa, haciendo más difícil al cuerpo su utilización.
La fructosa que se rompe tampoco tiene nada que ver con la fructosa de las frutas. Las frutas naturalmente tienen fibra para prevenir que el cuerpo no absorba demasiada fructosa. El HFCS no contiene fibra. Inunda el cuerpo sin rendición de cuentas o balance, cargando el hígado. El HFCS con frecuencia se consume con otros agentes endulzantes artificiales cuya función es mejorar el sabor del producto. Esta inundación de toxinas es dura para la sangre, la piel y los órganos desintoxicantes.
El HFCS es finalmente metabolizado por el hígado de manera similar al etanol que se encuentra en las bebidas alcohólicas. Como la fructosa inunda el hígado, éste se confunde y termina produciendo una serie de grasas malas. Como el cuerpo se “intoxica” por el HFCS, el cerebro tampoco recibe la señal de que está lleno. Esto puede provocar que la persona beba y coma más, añadiendo así los problemas del aumento de peso.
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60 minutos de abuso
En los primeros 10 minutos de beber una Coca, 10 cucharadas de azúcar entran al cuerpo. Eso es el 100 por ciento de la ingesta diaria recomendada. Una persona sólo puede tolerar el endulzante extremo porque el ácido fosfórico que pudre los dientes compensa el dulzor.
Luego de 20 minutos, se hacen picos de azúcar en la sangre, causando una explosión de insulina. Como la fructosa corre desenfrenada y no se absorbe, el hígado hace un esfuerzo extra, procesando las moléculas de azúcar y convirtiéndolas en grasas malas.
A los 40 minutos, se da la máxima absorción de cafeína. La presión sanguínea de la persona aumenta y sus pupilas se dilatan. Esto estimula al hígado a arrojar más azúcar en la corriente sanguínea. En consecuencia, los receptores cerebrales de adenosina se bloquean, haciendo que la persona se sienta despierta.
Cinco minutos después la producción de dopamina en el cerebro le provoca a la persona sentimientos de placer que la hacen adicta para desear otra.
Una hora más tarde el ácido fosfórico que se ha abierto camino en el sistema ha retirado nutrientes vitales del organismo. El calcio, el magnesio y el zinc se ligan con el ácido fosfórico en el intestino delgado.
El calcio, el magnesio y el zinc, electrolitos y agua son entonces orinados fuera del cuerpo y desperdiciados. La Coca no sólo ha hecho adicto al cerebro a su maldición, sino que también ha causado la formación de grasas malas, picos de azúcar en la sangre, cambios en la presión sanguínea, deshidratación y la pérdida de nutrientes para la formación de los huesos!
Cuando la hora llega a su clímax, la persona comienza a tener un bajón de azúcar. La irritabilidad y la fatiga toman su sitio. Los huesos son despojados de nutrientes vitales y el sistema se queda deshidratado.
Son 60 minutos de abuso y ocurre con cada botella de refresco.
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