by Will Potter
La Fuerza de Tarea de Terrorismo Conjunta del FBI ha mantenido archivos de activistas que exponen los abusos de maltrato animal en animales de granja de fábrica y recomendó procesarlos como terroristas, según un nuevo documento revelado a través del Acta de Libertad de Información.
Esta nueva información surge cuando el Centro por 2los Derechos Constitucionales ha interpuesto una demanda que desafía el Acta de Terrorismo de Empresa Animal (AETA) como inconstitucional porque su vaga redacción tenía un efecto escalofriante en el activismo político. Este documento se suma a la evidencia que demuestra que el AETA va más allá de la destrucción de la propiedad, sostienen sus partidarios.
El archivo de 2003 del AmericaFBI detalla el trabajo de varios activistas de derecho animal que usaron la investigación encubierta para documentar repetidas violaciones al bienestar de los animales. El agente especial del FBI quien redactó el informe dijo que “entraron ilegalmente al edificio perteneciente a la [redactado] Granja… y grabó las condicio de los animales.”
Los activistas animales causaron una “pérdida económica” al negocio, dice el FBI. Y también abiertamente rescataron a varios animales de abusivas condiciones. Esto no fue hecho de manera encubierta al estilo de grupos cubiertos como el Frente de Liberación Animal— fue un acto de desobediencia civil no violenta y, como señala el FBI, los activistas distribuyeron comunicados de prensa y realizaron entrevistas con la prensa asumiendo responsabilidad por sus acciones.
Basado en estos actos— traspasar a fin de fotografiar y grabar abusos en granjas fábricas— el agente concluye que hay “indicios razonables” de que los activistas “han violado el Acta de Terrorismo Animal de Empresa, 18 USC Sección 43 (a).”
El archivo fue descubierto a través de una solicitud de FOIA de Ryan Shapiro, quien es uno de los activistas mencionados. El archive está disponible para ser descargado aquí. [Por favor note que este documento tiene redacciones adicionales, a fin de proteger las identidades de otros activistas, tras solicitud.] Shapiro es ahora candidato a doctor en el MIT.
“También da qué pensar ver el nombre de uno en un archivo del FBI proponiendo cargos terroristas,” dijo en un correo electrónico. “Da incluso más que pensar darse cuenta de que las sunegó Unidospuestas actividades terroristas en cuestión apenas exponen la horrible crueldad de las fábricas de las granjas, educando al público sobre lo que pasa tras las puertas cerradas, y rescatando abiertamente a pocos animales de una de esas granjas como un acto de desobediencia civil.”
Cuando testifiqué ante el Congreso contra la AETA en 2006, una de las principales preocupaciones a las que me referí es que la ley podría ser usada para englobar un amplio espectro de actividad que amenaza las ganancias corporativas. Los partidarios de la AETA han negado repetidamente esto, y han dicho que la ley solamente será usada contra las personas que hacen cosas como quemar edificios.
Entonces cómo expli1camos que tal persecución fuera considerada en 2003, bajo el precursor de alguna manera estrecho de la ley?
Una posibilidad es que a los agentes del FBI les falta capacitación, educación, y vigilancia. Están espiando a los activistas políticos sin entender o respetar la ley.
Otra explicación es que este documento no es un error, ni un caso aislado. Es un reflejo de una campaña coordinada para enfocarse en los activistas de los derechos de los animales, quienes, como señala el agente del FBI, causa “pérdida económica” a las corporaciones.
Sepa la historia complete de cómo las corporaciones están enfocándose en activistas como “terroristas.”
A nivel estatal, federal e internacional, las corporaciones han orquestrado un intento de silenciar a los activistas políticos, y un objetivo clave ha sido los investigadores encubiertos. Por ejemplo: Un proyecto “Ag Gag” ha sido introducido en Florida para criminalizar las investigaciones. Su principal patrocinador llama a estas investigaciones “terrorismo.” Cuatro intentos similares fallaron en otros estados este año.
Esos proyectos estatales son similares al modelo de “eco-terrorismo” redactado por el Consejo de Intercambio de Legislación Norteamericana, un grupo corporativo frontal.
Un reciente informe de EUROPOL sobre terrorismo internacional incluye una sección de investigaciones encubiertas por parte de activistas de derechos de los animales y ambientales.
12 activistas españoles han sido acusados de terrorismo por sus investigaciones.
Dos activistas en Finlandia enfrentaron cargos similares.
El FBI deja claro que el Acta de Terrorismo Animal de Empresa no se trata de proteger la seguridad pública, se trata de proteger las ganancias económicas. Las corporaciones y los políticos que los representan han mentido repetidamente al público norteamericano sobre el alcance de su legislación, y sostuvieron que la ley solamente se enfoca en grupos subterráneos como el Frente de Liberación Animal. La verdad es que esta ley de terrorismo ha sido lentamente y metódicamente expandida para incluir las tácticas de organizaciones nacionales como la Sociedad Humana de Estados Unidos.
Este documento ilustra cómo el contragolpe contra el activismo efectivo ha progresado dentro del movimiento de derechos de los animales. Sin embargo, si este tipo de legislación no se revierte, sentará un precedente para que las corporaciones usen este modelo contra Occupy Wall Street y cualquiera que amenace los negocios como siempre.