por Araceli Martínez Ortega
Luis Echegoyén, un ícono del periodismo en español de la Bahía de San Francisco, falleció el lunes 6 de abril, en el seno de su hogar en el barrio Mission Terrace de San Francisco.
“Falleció dormido, en paz, mientras tomaba una siesta por la tarde”, dice el mayor de sus hijos Luis David Echegoyén.
Tenía 81 años cuando lo sorprendió la muerte en su casa donde se encontraba reunida toda su familia.
También lloran su partida William Moya Cabrera, esposo de su hija Deborah, y Esther Armendáriz, su hermana que vive en Los Reyes, El Salvador.
“Mi padre nos dejó mucho, sobre todo su gran pasión por ayudar a su gente. Era un luchador por los menos afortunados. Ayudó a establecer muchos programas de alcance en las comunidades pobres”, dice entristecido su hijo Luis David de 55 años.
Pero además, comentó, contribuyó a la creación del Mission Culture Center for Young Artists.
Su madre María Ethel se encuentra desconsolada. “Ha perdido a su rey”, dice el hijo mayor. Don Luis y María Ethel estuvieron casados durante 60 años, y juntos llevaban 64 años.
Don Luis nació el 5 de julio de 1938 en Santa Ana, El Salvador. Emigró a San Francisco, a principios de la década de los años 60.
En Estados Unidos se convirtió en un pilar de la comunidad hispana de la Bahía. Fue conocido por sus esfuerzos humanitarios, su compromiso con los inmigrantes, y su activismo.
Usó su estatus de celebridad para crear conciencia sobre los asuntos de justicia social relacionados con la comunidad latina, lo que lo hizo ser conocido como “El alcalde de La Misión”, el distrito hispano de San Francisco.
Colaboró con líderes de organizaciones comunitarias, cívicos y artistas para avanzar proyectos que sirvieran a los latinos.
Por varias décadas fue el conductor de los noticieros de las 6 de la tarde y 11 de la noche de Univision Canal 14, donde se ganó el respeto de la comunidad.
Pero su carrera fue más allá de su trabajo como periodista y activista, fue actor, comediante, maestro de ceremonias y poeta.
Antes de trabajar en televisión, su voz de barítono lo llevó a participar en una variedad de estaciones de radio en español como KOFY, KBRG, KLOK, KIQI y KEMO.
Fue dueño de Hispanic Multimedia donde producía comerciales y programas educativos.
En 1975 se unió a KDTV/Canal 14, que luego se convirtió en Univisión, donde trabajó hasta que se retiró en marzo de 2007.
Luis fue el primer latino en recibir un premio Emmy. Fue miembro de la Junta de Gobernadores de la Asociación Nacional de Televisión, Artes y Ciencias (NATAS) y fundador del programa de becas para estudiantes latinos “Éxito Escolar”.
En Univision, también condujo el programa sabatino, “Aquí con Luis Echegoyen” en el que presentaba a los líderes que servían a la comunidad latina.
Los últimos años de su vida, los pasó trabajando para la comunidad latina, algunas veces como maestro de ceremonias; y otras, como freelancer para la televisora TV Azteca. Además de cultivar una de sus aficiones preferidas, la declamación y la poesía, y no perder oportunidad de ayudar a la comunidad.
Fue conocido por su don de gentes, su elegancia, caballerosidad, carisma, creatividad y sentido del humor.
Podía hablar de cualquier tema, y tenía una gran colección de libros en su biblioteca.
En sus tiempos libres, le gustaba leer de historia, política y poesía. A menudo recitar los poemas de Rubén Darío en los eventos locales.
Los restos de Don Luis fueron cremados, y su familia tuvo un servicio privado el viernes 10 de abril. Sin embargo, planean llevar a cabo un evento público para honrar su memoria, una vez que la cuarentena por la pandemia del coronavirus, termine.
Reacciones
Mauricio René Avilés conoció a Luis Echegoyén a finales de 1962 cuando emigró a San Francisco.
“En aquellos tiempos habíamos 23,000 latinoamericanos. Era la costumbre reunirnos en las casas, y compartir anécdotas de nuestros países”, narra.
Fue un fin de semana normal cuando en una de esas reuniones caseras de latinos, conoció a Luis, cuando declamaba el poema, El Brindis del Bohemio.
“Nos volvimos a juntar durante la guerra de fútbol entre Honduras y El Salvador. Formamos la Organización Salvadoreña Unida. Hacíamos kermeses para recaudar dinero para mandar a El Salvador”, dice.
Luis trabajó en San Francisco para varias organizaciones que ayudaban a la gente, agaregó.
“Él venía de ser el niño mimado de la época dorada de la televisión y la radio de El Salvador. Fue entrenado por los mejores. Estudió con Omar González, uno de los locutores más importantes de El Salvador. Participó en una caravana artística que iba por todos los pueblos. Cantaba, brincaba y hacia payasadas”, recuerda.
“Fue un privilegiado porque trabajó con personajes ilustres en El Salvador; y fue uno de los primeros artistas en hacer comedia, shows de juegos y giras artísticas en una época en la que todo se hacía en vivo”.
Mauricio René considera que Luis vino a San Francisco en busca de nuevos horizontes.
“Más que periodista, era un teatrista – un hombre de teatro -. Siempre estaba actuando. Se molestaba cuando le decía, ‘tienes que regresar al teatro’ porque estaba ocupado con la radio y la televisión”.
Abrió el Canal 20 de televisión 20 en San Francisco que después se convirtió en el canal 14, y luego en Univisión.
¿Cómo lo describiría?
“Era un gran locazo. Un humanista bien humano. En El Salvador, pudo conseguir una beca para estudiar teatro en México y fue hasta Cuba”.
Pero sobre todo, cuenta que Luis tenía una habilidad para ver la vida de una manera muy práctica.
“Debido a su formación en el teatro, sabía cómo resolver los problemas en el momento, y a sacar la situación”.
“El legado que nos deja es que fue un hombre bien metido”, dice. Y explica: “se metió donde había una puerta abierta. No solo por meterse sino por ayudar. Fue una persona que se entregó al 100 por ciento a la comunidad”.
En Facebook, María Leticia Gómez, una periodista retirada de Univision publicó al enterarse de la muerte de Luis Echegoyén lo siguiente:
“Desde que nos conocimos en 1999 nos convertimos en grandes amigos. Conducimos Noticias Univision 14 juntos por siete años. Hace apenas una semana hablamos por última vez, y se despidió con su característico, «¡te quiero mucho Marrrrrrrría Leticia!»
En medio del dolor inmenso que me causa su partida, doy gracias por los años que la vida nos permitió compartir. Luis Echegoyén fue un maestro generoso, un compañero inigualable, un amigo entrañable, un periodista único y un ser humano maravilloso. Descansa en paz querido Luis. Te llevaré en mi corazón por siempre, Chego”.
Le sobreviven su esposa María Ethel Ugarte de Echegoyén y sus cuatro hijos Luis David, Deborah Linda, Dernelio Miguel y Rossanna María. Así como tres nietos, Roberto Carlos, Cristina Alejandra y Victoria Andrea Cabrera. Además de dos bisnietas: Isabela y Alejandra Cabrera.