NOTA DEL EDITOR:
El personal del periódico El Reportero y en especial su director, Marvin Ramírez, ofrecen sus más sinceras condolencias a su hermano, Roque Hernández, el periodista gráfico de Univisón por más de 30 años, Roque Hernández, para quien ha sido un golpe muy duro la partida de su hermano y mentor
por Roque Hernández
Transformado tal vez ya en polvo cósmico Jorge Alex Hernández-Mondragón falleció el pasado 13 de febrero, emprendiendo el viaje a otra dimensión rodeado de su familia y amistades, quienes preparan su último adiós el día en que estaría cumpliendo 66 años.
El arquitecto y artista plástico pasó sus últimos años viviendo en Corte Madera cuidando de su hijo hasta que este llegara a la edad adulta. Falleció en un hospital cercano a su casa después de sufrir un aneurisma cerebral.
Jorge Alex emprendió el viaje a otra dimensión rodeado de familia, amistades.
Nació un 27 de abril de 1952 en la Colonia Santa María la Ribera de la Ciudad de México, Pedro y Esperanza Hernández Mondragón le dieron vida a quien fuera el tercero de seis hijos.
Hoy es recordado como el hombre que se preocupó siempre por el desarrollo de su comunidad Latina/Chicana en el Área de la Bahía.
Jorge se graduó de la Universidad de Santa Cruz, California.
En sus tiempos universitarios jugó para el equipo de rugby Banana Slugs donde lo conocían como Alex. La relación con sus compañeros de equipo se mantuvo a lo largo de los años.
Otra de sus pasiones fue el golf, deporte que practicaba junto a sus hermanos de manera frecuente, pues era este el “pretexto” para reunirse en familia.
La educación siempre fue un asunto importante para él y en su búsqueda por educar niños migrantes trabajó en el Programa de Educación para Migrantes de Salinas en 1970.
Durante sus años en Santa Cruz su casa era una guarida para celebrar la vida. Su familia y amigos frecuentaban este hogar que sentían como suyo.
Jorge fue de las personas que sin duda murieron confesando haber vivido a su manera, siempre con una sonrisa plena y con tiempo para disfrutar de un juego de golf o tomarse una copa de vino con los amigos. En su ocupada agenda como arquitecto siempre había tiempo para sus seres queridos. Amaba a la gente y vivía el instante como si supiera que la muerte podría llegar en cualquier momento sin avisar.
Además de su legado como promotor cultual y arquitecto, nos deja también su obra pictórica.
El dibujo y la pintura fueron sus pasiones donde dejaba salir los sentimientos más profundos, llenos de color y de misterio escondido en lo abstracto.
Jorge fue parte del desarrollo de dos pilares comunitarios en San Francisco, siendo Presidente de la Mesa Directiva del Centro Cultural de la Misión, donde desarrolló múltiples proyectos culturales, y también dejo huella en como presidente del 24th Street Merchants Association, cuya organización lideró en tiempos antes que empezara a llegara la gentrificación, protegiendo el comercio hispano en ese corredor que hoy se llama Distrito Cultural Latino.
Fue un personaje inolvidable, un caballero de la vieja usanza, digno representante de la cultura latinoamericana/chicana.
A un mes de su muerte, pregunta su hermano: “¿a dónde van tus sonrisas, tus abrazos y miradas que partieron contigo? ¿En qué te habrás convertido, en color, en aire, en cenizas, en ola de mar? Tampoco lo sabemos, lo único certero es que te has ido.
“Un abrazo fuerte, hermano, amigo, padre y colega. En un día nublado de febrero te adelantaste en el camino. Hoy vivimos de tu ausencia y del recuerdo. QEPD. ¡Hasta siempre”!
Le sobreviven su hijo Lucas Evans, su hijastro Theodore (Theo) Evans; sus hermanos Frank Hernández (m. Teresa), Roque Hernández y Eric Hernández (m. Anne); sus hermanas Martha Castro (m. Joseph [Joe] ) y Connie Prosser (m. Charles [Charlie]); sobrinas Shelly Ann Jelus (m. Jeffery [Jeff]), Erica Hernández y Alex Marline McAuley (m. Blake); sobrinos Patrick Hernández (m. Jessica), Christopher Castro Seguin Pacheco, Ian Prosser, Garrett Hernández y Sean Hernández; nietos y nietas, y una gran cantidad de tías, tíos, primos y amigos de todo el mundo.