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En una entrevista con el juez Andrew Napolitano, el ex secretario adjunto de Defensa de Estados Unidos, Chas Freeman, explica cómo los gobiernos israelí, británico y europeo están tratando de arrastrar a Estados Unidos a guerras a gran escala en Oriente Medio y Ucrania
por Frank Wright
En una entrevista con el juez Andrew Napolitano, el ex secretario adjunto de Defensa de Estados Unidos, Chas Freeman, explica cómo los gobiernos israelí, británico y europeo están tratando de intensificar los conflictos en Oriente Medio y Ucrania, para arrastrar a Estados Unidos a guerras a gran escala.
En un análisis paciente de la “peor crisis nuclear desde 1962”, Freeman pasa, en su aparición del 22 de agosto, de detallar la política arriesgada de la escalada liderada por los británicos en Ucrania a la cuestión de si el mundo “puede tolerar el estado agresión de Israel”.
Freeman añade que el Estado de Israel no sólo se enfrenta a la autodestrucción, sino que también está siendo conducido “al abismo” por Benjamin Netanyahu.
“Netanyahu y los demás idiotas que lo rodean han conducido a Israel al abismo, y no tienen un plan para salir de él”, afirma.
Freeman, ex embajador de Estados Unidos en Arabia Saudita, enmarca la creciente crisis en materia de política exterior con un examen de ambos escenarios de una posible guerra mundial en Oriente Medio y en Ucrania.
“Si se les presiona lo suficiente, los rusos contraatacarán hasta el nivel nuclear”, dice Freeman, señalando los peligros creados por el intento “claramente liderado por los británicos” de intensificar la guerra contra Rusia.
Freeman explica con calma el riesgo apocalíptico de esta estrategia de escalada, perseguida por el Reino Unido y los europeos en Ucrania y por el régimen de Netanyahu en Israel, ambos cuyo objetivo es asegurar la participación de Estados Unidos en una guerra a gran escala que sus acciones están diseñadas para provocar.
“Hay abundantes informes sobre la presencia de tropas de varios países de la OTAN, incluido Estados Unidos”, en la reciente ofensiva en la región rusa de Kursk, dice Freeman. Por lo tanto, dice, “no podemos simplemente descartar la afirmación rusa de que se trata de una invasión de la OTAN, y no meramente ucraniana”.
Freeman dice que Estados Unidos y sus aliados “se han convertido en beligerantes” como resultado, lo que es un acto de guerra abierta contra Rusia por parte de Occidente.
Freeman dice que esta temeraria medida hacia una guerra a gran escala no se llevó a cabo por orden de Estados Unidos.
“No creo que [Ucrania] tuviera la autoridad para hacer eso desde el Pentágono”, dice. “Aquí es donde entra en juego la supuesta participación británica en la planificación y el lanzamiento de esta incursión”.
Freeman dice que la razón de esta acción es atrapar a Estados Unidos en una guerra más amplia.
“Si los británicos realmente hicieron eso, entonces su propósito debe haber sido manipular a Estados Unidos para que nuestra propia escalada los siguiera”.
En cuanto a Israel, Freeman pregunta sin rodeos cuánto tiempo puede tolerar el mundo un Estado tan criminal y “sociopático”, que, según él, es básicamente anticristiano por naturaleza.
“Israel [se ha] convertido en la negación de los valores humanos que inspiraron nuestra religión cristiana”, continuó Freeman. “Y es básicamente sociopático”.
Aplica este diagnóstico al líder israelí.
“El señor Netanyahu –personalmente, creo yo– es un sociópata. Muchos israelíes lo han criticado básicamente por eso”.
Citando las observaciones del diplomático británico retirado Alastair Crooke, otro invitado habitual del programa de Napolitano, Freeman dice de Netanyahu: “Desafortunadamente, encaja en el contexto más amplio que Alastair Crooke esbozó: ¿Cómo puede sobrevivir durante mucho tiempo una sociedad que apoya la violación de hombres en las cárceles como una herramienta legítima?”.
Freeman se refiere al incidente grabado en vídeo de un grupo de soldados israelíes sodomizando a un palestino detenido con lo que parece ser una barra de metal. El incidente se discutió en el parlamento israelí, la Knesset, cuyos miembros coincidieron en que cualquier medida de ese tipo era un medio “legítimo” de tratamiento de sus prisioneros, a todos los cuales etiqueta como terroristas.
El ex diplomático señala que la insistencia de Israel en que “aceptamos [y] respaldamos su derecho a existir” es en realidad “un lenguaje codificado que significa ‘Nadie más tiene derecho a existir entre el río y el mar’, y por lo tanto no puede haber autodeterminación palestina”.
“Creo que… la gente se pregunta si podemos tolerar una sociedad como ésta, que es tan sádica, tan asesina, tan indiferente al derecho internacional y la decencia humana”, dice, y concluye que “gran parte del mundo está dispuesto a decir que no”.
Freeman, cuya carrera terminó en 2009 después de una campaña en su contra por parte del poderoso lobby israelí en los Estados Unidos, ofrece una visión que es obvia para cualquiera que esté fuera de la burbuja propagandística de los medios occidentales.
Por “razones complejas”, dice que en “Estados Unidos seguimos siendo devotos de Israel” y que “hay algunos países europeos que siguen siendo devotos de él, pero en otros lugares se considera a Israel no sólo como un paria sino como un criminal”.
La paciente explicación de Freeman de las crisis en Israel y Ucrania es breve, cuidadosamente razonada y completa. El poder explicativo de la visión de Freeman hace de esta presentación una de las declaraciones más poderosas sobre asuntos exteriores que se han visto en los últimos tiempos.
Se trata de una visión totalmente ausente en los medios de comunicación dominantes, que incluso el editor del Wall Street Journal admite que han “engañado” al pueblo estadounidense durante años “todo en nombre de la ‘democracia’”.
La postura diplomática de Freeman sobre el trastorno bipolar del régimen globalista-sionista es simplemente una declaración de hechos para millones de personas que temen que su vida cotidiana sea reemplazada por un estado de emergencia que se está deteriorando rápidamente.