[Author]por Julia Ann Easley[/Author]
Una dura realidad separaba a Ana Maciel de Soledad, California, de su sueño de una educación universitaria: Es una inmigrante indocumentada.
Ahora, tan solo unos cuantos años después, la estudiante de tercer año de estudios universitarios vive ese sueño en la Universidad de California en Davis y ha jugado un papel importante en el establecimiento de un centro para ayudar a otros como ella a superar sus obstáculos para acceder a la educación universitaria.
A la vez que se lanza la nueva ley AB540, se abre el Centro de Estudiantes indocumentados en el corazón del campus. Será parte del Centro Comunitario Estudiantil y estará abierto a partir del 1 de octubre de 1 a 3 de la tarde, y se inaugurará el 21 de octubre de 5 a 6:30 de la tarde.
«Esto significa muchísimo», dice Maciel, una alumna de tercer año de la carrera universitaria de Estudios chicanos y Ciencia política. «Significa que hay un sitio central donde los estudiantes puedan ver que están representados en el campus y que hay otros como ellos».
La AB540 es una ley estatal de California, aprobada en 2001, que exime a estudiantes de pagar la matrícula universitaria de los que no son residentes (la cual es mucho más cara que la matrícula para residentes), si han asistido a una escuela secundaria de California por al menos tres años, se han graduado de una escuela secundaria de California, y han cumplido otros requisitos.
Darles fuerza a los alumnus
La ley AB540 y los estudiantes indocumentados deben tener los servicios de apoyo que necesitan para realizar sus sueños, dijo Adela de la Torre, vicerrectora de Asuntos Estudiantiles de la UC Davis.
«He visto el estrés innecesario que estos estudiantes han sentido al tener muchos trabajos a causa de su acceso limitado a ayuda financiera y el aislamiento que han vivido al no encajar en el camino estudiantil más tradicional», dijo. «Ahora podemos crear un ambiente en el que ya no tengan que enfrentarse a estos asuntos solos y tengan el apoyo del campus para lograr su máximo potencial».
El centro ofrecerá a los estudiantes indocumentados una comunidad, les coordinará los recursos y les apoyará en su éxito. Andrea Gaytan, antes la sub-directora del Centro Multicultural del campus, es la directora del nuevo centro.
Partiendo de los esfuerzos de los estudiantes a lo largo de los años, Maciel y otros miembros de SPEAK (Académicos que promueven la sensibilización y el conocimiento de la educación), una organización dirigida por estudiantes que apoya a los estudiantes indocumentados, estuvieron el año pasado redactando una propuesta para el centro y hablando con líderes del campus.
En otoño de 2013, Janet Napolitano, la Presidenta de la UC, anunció oportundamente una iniciativa de $5 millones para mejorar los servicios estudiantiles y la ayuda financiera disponible para los estudiantes indocumentados de la UC. La UC Davis recibe $500,000 para atender a sus aproximadamente 200 estudiantes indocumentados.
Servicios para estudiantes indocumentados
El nuevo centro ofrecerá asesoramiento académico y financiero y acceso a servicios de orientación universitaria. También abogará por los estudiantes indocumentados y concienciará al campus acerca de sus preocupaciones.
Mediante la asociación con la Oficina de Ley de Inmigración de la Facultad de Derecho, el centro ofrecerá servicios legales gratis relacionados con la inmigración, incluyendo representación en el juzgado de inmigración o ante las agencias de inmigración, y talleres para preparar solicitudes para la Acción Diferida para los que llegaron a este país como niños y formularios de nacionalización entre otros, y asistencia con la inmigración.
Gaytan, que empezó en agosto, también fue coordinadora de programa para un programa de inglés como segundo idioma en la Santa Fe Community College en Nuevo México, enseñó inglés en dos universidades mexicanas e inmersión en inglés en una escuela intermedia de California. Es la directora saliente de la Asociación de Plantilla y Profesores Latinos de UC Davis.
Maciel será la coordinadora académica del centro. Otros tres estudiantes de pre-graduado ayudarán con actividades de enlace comunitario, retención y marketing. Y dos investigadores pos-graduados ayudarán con defensa política, políticas, y la educación y formación de la plantilla.
La ruta a la Universidad
Para Maciel, estudiar en una universidad de importancia mundial y ayudar a otros hacer lo mismo queda muy lejos de su Irapuato nativa, una ciudad en el estado mexicano de Guanajuato. Le han dicho que un tío la cruzó por la frontera en 1997, y su madre cruzó por el desierto. Entre sus recuerdos de su niñez están los largos viajes a las audiencias de deportación de su madre.
Maciel dijo que siempre le encantó la escuela y quiso asistir a una universidad. Pero cuando su profesor de secundaria pidió que los alumnos trajeran los documentos de sus padres para que pudieran solicitar ayuda financiera federal, ella sabía que su familia no los tenía.
Pagar por la educación universitaria de su hija le pareció abrumador a una madre soltera con cuatro hijos y que trabajaba en los campos mientras cuidaba a los hijos de otras personas. La madre de Maciel le pudo ayudar durante el primer trimestre. Becas particulares ayudaron también.
En 2013, se le otorgó a Maciel acción diferida para la deportación de los Estados Unidos y permiso de trabajo bajo el programa Acción diferida para individuos que llegaron a este país como niños. Desde entonces, ha trabajado en una tienda de ropa en Salinas y como asistente de investigaciones. Este año, además de su trabajo en el centro, también trabajará como consejera académica de otros estudiantes en el Departamento de Estudios chicanos.
«Fue un gran alivio», dijo Maciel. «Sabía que no tendría que pensar en el dinero durante los exámenes finales. Estaba tan feliz de estar aquí”.