por Dave Hodges
The Common Sense Show
Un estimado de siete millones de personas estuvieron en la inanición hasta la muerte durante la Gran Depresión. Y, sorprendentemente, estas personas poseían habilidades para preparar alimentos que prácticamente se han perdido hoy en Estados Unidos (p.e. las latas). Los norteamericanos ya no poseen estas habilidades. Nuestras habilidades actuales de preparación de alimentos consisten en asegurar que tenemos suficiente gasolina para llegar y salir de la tienda de comestibles.
Con una asombrosa deuda que se cierne sobre el país, ¿qué tan vulnerables son los norteamericanos a la hambruna si (y cuando) un colapso económico quiebra nuestra economía?
No es ningún secreto que el mundo entra en una situación desesperada cuando llega un hambre mundial. En el último año pude consultar estadísticas; el Banco Mundial cita el hecho perturbador de que ha habido 51 disturbios en 37 países en el pasado reciente debido a los altos precios de los alimentos, cuya consecuente escalada parece no tener fin a la vista. Asimismo, el Banco Mundial especula que el estado actual de los precios de los alimentos podría conducir a la inestabilidad política, y que este es el tipo de elementos de que están hechas las guerras. ¿Y cuál es la causa primaria del aumento de los precios de acuerdo con el Banco Mundial? Es la creciente demanda de alimentos de una población en aumento dentro de China. Las implicaciones militares futuras deberían ser autoevidentes, donde las naciones hambrientas invadirían a las menos hambrientas. Pero ¿qué acerca de los Estados Unidos? ¿Qué tan vulnerables son los norteamericanos ante la posible inanición masiva?
Una instantánea de la vulnerabilidad alimentaria de los Estados Unidos
Casi increíble, 79 por ciento de la gente que utiliza los bancos de alimentos suelen comprar comida barata, no saludable, y apenas les alcanza para alimentar a sus hijos. El precio de los alimentos sigue superando rápidamente los cheques de pago de la mayoría de las familias de la clase media.
Según el New York Times, la familia norteamericana típica actualmente es 36 por ciento menos pudiente de lo que era hace sólo12 años.
Más alarmante aún es que uno de cada seis hombres, entre los 25 y los 54 años, no tienen empleo. El ingreso de la familia media norteamericana es 7 por ciento inferior al del año 2000. Los Estados Unidos ocupan ahora el 19º lugar en el mundo y continúan bajando. No hay manera de que la mayoría de las familias norteamericanas puedan seguir el ritmo de la inflación de los alimentos, al tiempo que los salarios de los norteamericanos hoy día mantienen una proporción inversa con el aumento en los precios de los alimentos. Esta es una prescripción del desastre. Los más vulnerables a la hambruna en el entorno económico actual son los niños, los cuales, en un sorprendente 26 por ciento, viven bajo el nivel de pobreza. Y ciertamente no podemos ignorar el hecho de que 50 millones de norteamericanos están de alguna manera bajo los Vales Federales de Alimentos. Con estas tremendas estadísticas, un número significativo de norteamericanos son vulnerables al políticamente motivado “chantaje de alimentos” en estos tiempos de incertidumbre económica.
La interrupción del transporte podría ser catastrófica
El elemento crítico que podría impactar más el número de norteamericanos que son vulnerables a la hambruna tiene que ver con interrupciones en nuestro sistema de transporte. Con el propósito de la eficiencia y para maximizar los beneficios, se hacen entregas de alimentos “Justo a tiempo (JIT)” en los puntos de venta varias veces al día. Sin estas entregas JIT, observaríamos escasez inmediata en el primer día de la interrupción del envío de los alimentos a su destino final.
No obstante que aproximadamente 10 por ciento de los norteamericanos viven cerca de expendedores sustanciales de alimentos, mis investigaciones previas han revelado el hecho de que la interrupción del transporte podría ser una amenaza para la vida de la mayoría de los norteamericanos, y los efectos se verían en dos días. La mayoría de los norteamericanos están, a lo sumo, a nueve comidas de la hambruna, lo que representa la cantidad de alimentos que la persona promedio ha almacenado según FEMA.
La Administración Obama Empeora una Mala Situación
El BLM ha estado tratando de apoderarse ilegalmente de cada granja y rancho que puede en el Oeste. Hace algún tiempo, escribí que de 52 rancheros que vivían y operaban cerca del rancho de Cliven Bundy, 51 fueron forzados a dejar sus tierras. Hoy, con el arresto de Cliven Bundy, el número ha disminuido de 52 a 52, mientras Bundy sin duda será forzado a vender, con la mayoría de los hombres de Bundy en la cárcel sin posibilidad de fianza.
¿Por qué BLM y sus primos hermanos de EPA quieren sacar a los granjeros y a los rancheros fuera de sus tierras? Para una ilustración más clara de la cuestión, demos una ojeada a Executive Order 13603:
https://www.whitehouse.gov/the-press-office/2012/03/16/executive-order-national-defense-resources-preparedness
Con el trazo de su pluma, Obama tiene un control total y absoluto sobre todos los alimentos, donde su EO 13603 establece:
1. e) “Fuentes alimentarias” significa todos los establecimientos y productos (simples, mezclados o compuestos), o complementos para esos establecimientos o productos, que puedan ser ingeridos, ya sea en humanos o animales, sin considerar otros usos a los que estos establecimientos o productos pueden ser expuestos en todas las fases de procesamiento, desde los establecimientos de materia prima hasta los productos elaborados en su forma vendible para el consumo humano y animal. “Fuentes alimentarias” también significa agua potable, empacada comercialmente en contenedores de mercadeo, todos los almidones, azúcares, grasas y aceites vegetales, animales o marinos, semillas, algodón, cáñamo y fibras de lino, pero no significa ninguno de esos materiales después de haber perdido su identidad como establecimiento o producto agrícolas. (f) “Establecimientos de fuentes alimentarias” significa plantas, maquinaria, vehículos (incluyendo granja) y otros establecimientos requeridos para su producción, procesamiento, distribución y almacenamiento (incluyendo almacenamiento en frío) de fuentes alimentarias, y para la distribución doméstica del equipamiento de granja y fertilizantes…”