por Juliana Birnbaum Fox
El Consejo de la Ciudad de Emeryville votó de manera unánime en una audiencia especial el pasado 27 de agosto, en la cual se ordenó pagar al hotel Woodfin cerca de $300,000 mil dólares en multas y salarios atrasados a sus trabajadores. En un avance en la prolongada batalla entre el hotel y su personal de limpieza, el cual ha sacado a relucir asuntos migratoritorios y salariales; el consejo rechazó la apelación del hotel en una temprana decisión final.
Después de una protesta a las afueras del la Alcaldía, en la que cerca de 200 trabajadores, simpatizantes y activistas llenaron las instalaciones de la audiencia, llenando además los pasillos y el sótano de la cámara.
Durante meses trabajadores y simpatizantes han protestado a las afueras del hotel, pidiendo que la compañía pague los salarios atrasados adeudados a los empleados de limpieza, quienes al parecer eran de origen illegal; y a quienes el hotel les pagaba salarios muy por debajo del salario mínimo legal establecido por la ley.
El hotel Woodfi n tiene hasta el 14 de septiembre para pagar los salarios y las multas. Sin embargo, el hotel anunció que no acepta la decisión del consejo. No obstinate, si el hotel rehusa a obedecer, la ciudad de Emerville tendrá que demandar y hacerlos pagar.
El drama en el Hotel empezó el pasado 11 de diciembre cuando el hotel forzó a sus trabajadores inmigrantes a tomar 2 semanas pagadas de vacaciones, después de que los trabajadores exigeron al hotel seguir la ley salarial del año 2005 de la ciudad de Emerville. Tras este hecho, el hotel despidió a los trabajadores alegando que los números de Seguro Social no coincidían con los archivos del gobierno.
A principios de este año, la ciudad de Emerville dirigió una investigación en relación con las denuncias hechas por los trabajadores, en las que según ellos, hubo retaleaciones por parte del hotel y entre otras, una deuda por la gran cantidad de salarios atrasados .
“Esto no es carida; estos son salarios que los empleados obtuvieron por su trabajo y merecen que se los paguen” afi rmó Broke Anderson, directora organizadora de la Alianza Este de la Bahía para una Economía Sostenible en declaraciones para el noticiero KTVO.
Luz, quien trabajo para el Hotel Woodfin por tres años y quien además se ha convertido en la portavoz de este tema, dijo que durante años el hotel no cuestionó su estatus migratorio, solo hasta cuando ella junto con otros trabajadores empezaron a demandar que el hotel siguiera las regulaciones salariales impuestas por la ciudad. Cuando el hotel Woodfi n despidió a 21 trabajadores, justifi có su acción, afi rmando que temían a las acciones del Servicio de Immigracion, aunque después se pudo establecer que el hotel ha utilizado sus infl uencias en el Partido Republicano, con el fi n de que éste contactará a las autoridades migratorias.
El abogado del hotel, Bruno Katz, quien fue obligado a salir de la audiencia por hablar sin respetar su turno, informó que el hotel hizo el esfuerzo de seguir las leyes del Servicio de Immigracion y Aduanas (ICE).
En las pasadas 2 décadas, empleadores han amenazado y comúnmente implementado este tipo de despidos a lo largo del país.
“Despidos por inconsistencias o discrepancias son mal usadas por la base de datos del Seguro Social, afi rmó David Bacon de La Nación. “ Muchos empleadores han utilizado esto como pretexto para despedir empleados cuando conforman sindicatos, en los cuales se demanda mejoras salariales, mejores estándares laborales o simplemente cuando el empleador quiere reemplazar trabajadores con salarios altos por trabajadores con salarios bajos.
“No tenemos a los trabajadores y nuestra economía necesita crecer cada año” dijo el Secretario de Comercio de los Estados Unidos, Carlos M. Gutierrez, en una reciente conferencia de prensa. “Ultimamente, los asuntos demográficos no están de nuestro lado; el Congreso tendrá que pasar una reforma migratoria comprensiva”.